Representantes del Instituto de Capacitación en Criminalística Juan Vucetich, denunciaron este lunes a funcionarios del Ministerio de Educación provincial por incumplimiento de los deberes de funcionario público.
El Instituto de Capacitación Criminalística Juan Vucetich que funciona desde 2007 en Corrientes 2190 de la ciudad de Rosario pide sin éxito desde hace años el reconocimiento como instituto terciario ya que sin éste certificado no pueden entregar los títulos a sus alumnos egresados. La traba que les pone Educación estaría vinculada a un informe reservado de la Escuela de Policía.
La presentación fue hecha por el director y representante legal del instituto Carlos Bonilla, donde se pide que sea reconocido como establecimiento de nivel terciario. En la denuncia están involucrados el director del Servicio Provincial de Enseñanza Privada, Germán Falo, Graciela de Moretti, asesora letrada de la dirección y la licenciada Adriana Marras, jefa de la Dirección de Enseñanza Superior zona sur de la cartera provincial.
Consultada por Redacción Rosario, la presidenta de la Asociación Civil Juan Vucetich, explicó que se llegó a la instancia de una denuncia penal después de años de ninguneo por parte de las autoridades provinciales. “Desde el año 2007 venimos solicitando al Ministerio de Educación la resolución para que se nos reconozca la tecnicatura sin tener respuesta”, expresó.
Vucetich explicó que el trámite para que le otorgaran al instituto la personería jurídica ya había sido una odisea y que desde entonces esperan en vano la resolución para poder entregar los títulos a sus alumnos. Cansados de esta situación, se tomó la decisión de denunciar a los responsables de Educación provinciales por incumplimiento de los deberes de funcionario público.
“Pese a que nosotros hemos aclarado en infinidad de ocasiones que ésta no es una carrera policial, desde la Provincia nos desvían las presentaciones hacia el Ministerio de Seguridad o al de Justicia cuando en realidad es competencia del Ministerio de Educación”.
Abaca manifestó su frustración al aseverar que “en lugar de acompañar este tipo de iniciativas que promueven la formación de ciudadanos, el Ministerio le está impidiendo ejercer el derecho constitucional a la educación poniendo palos en la rueda. Lo cual no se explica”, concluyó.
Por su parte, el representante legal del instituto, Carlos Bonilla, manifestó en declaraciones a la prensa que "nos niegan el permiso y no nos dan explicaciones. Cuando hicimos el segundo pedido en 2009 y nos dijeron que la negativa se basaba en un informe reservado del Consejo de la Escuela de Policía. En ese momento fuimos con una escribana al Ministerio y comenzaron a monitorear el proyecto y a tener reuniones en las que nos prometieron que iba a ser aprobado, nada de eso sucedió", explicó.
"Los alumnos quieren estudiar, aprender, y lo hacen, pero también quieren tener un título que los habilite a desarrollar su profesión. Nos dijeron que queríamos formar policías y no es así -añadió-, lo que queremos es formar peritos en criminalística y es lo que hacemos".
"Nos dijeron que no había apertura para carreras nuevas y no es así, durante este tiempo, desde que nosotros hicimos la primera presentación en 2007, se abrieron otras carreras, lo pudimos comprobar", aseguró el responsable del establecimiento educativo que forma expertos en peritajes orientados a casos criminales.
"Daría la impresión de que hay un ensañamiento", indicó el director en el intento por buscar explicaciones a las trabas que encontraron en el Ministerio de Educación. En ese sentido Bonilla aclaró que en este momento dictan cursos de capacitación: "Nadie nos puede prohibir eso, a lo que no podemos acceder es a la carrera".
Bonilla detalló que el conflicto arrastraría una interna policial. "Cuando nosotros abrimos fue un boom, porque pusimos en evidencia un montón de carencias que tenía la investigación policial, tanto fue así que se creó la Policía Científica, que de científica no tiene nada porque está llena de falencias -explicó-. Nosotros damos 12 materias que no se enseñan ni se aprenden en ninguna otra escuela. Causó sensación y admiración, eso molestó a algunas personas y empezaron a poner palos en la rueda a ver si lo podían parar".
