Todo vale para obtener micrófono en un año electoral.
Todo vale para obtener micrófono en un año electoral.

Desde que cobrara estado público la salida de los Schoklender de la Fundación Sueños Compartidos, varias fueron las figuras políticas que contribuyeron al revoltijo mediático que se hizo del caso y los candidatos del "progresismo" santafesino no fueron excepción.

Entre los opinólogos de turno no faltó el gobernador santafesino y flamante candidato a presidente, Hermes Binner, quien primero creyó oportuno sostener que "la construcción de las viviendas es una responsabilidad del Estado, no de las Madres" –distrayéndose del convenio que Miguel Lifschitz mantiene con ellas para la construcción de viviendas en el barrio Toba–, luego, saliéndo a exigir que "la Justicia tiene que actuar ya" en el esclarecimiento del caso, y, ahora, pidiendo “salvar a los pañuelos blancos”, como otro aporte al festín político-mediático donde todos se relamen tras la carroña que dejó el escándalo.

"Vivimos en un clima donde lo más grave para una sociedad es la impunidad; la impunidad conlleva a que si no se esclarece un hecho, está siempre la sensación de que va a volver a ocurrir porque el impune se agiganta y cree que puede hacer algo mayor", manifestó el gobernador santafesino sin mayores especificaciones pero en el contexto del resonado caso que involucra a la fundación dependiente de Madres de Plaza de Mayo.

"Hay que salvar a los pañuelos blancos, que son una identificación de ética, de moral, de tenacidad y de fortaleza para lograr el esclarecimiento de todos los crímenes de la dictadura", pidió luego.

Binner ya había adherido al coro de políticos que se valen del escándalo por una estafa contra las Madres de Plaza de Mayo para conseguir cuánto micrófono sea posible y congraciarse con la prensa hegemónica –uno de los escasos medios promocionales con que cuenta el pequeño aparato del flamante Frente Amplio Progresista para encarar la carrera proselitista– cuando el pasado 13 de junio expresó que “debemos defender que la construcción de viviendas sociales es una responsabilidad del Estado, no de las Madres”, olvidándose que su camarada Lifschitz, jefe del Estado municipal, viene construyendo viviendas en el barrio Toba en conjunto con la Fundación Sueños Compartidos.

No es el único de la región que se anotó al banquete: En los últimos días, al calor del infierno que desató el escándalo Schoklender, el concejal radical Jorge Boasso y la disidente Alejandra Vucasovich, cada uno por su lado, pidieron informes sobre la operatoria entre la intendencia y la Madres como para ubicarse por fuera del radio de acción de las posibles manchas de corruptela.

Y todo muy a pesar de que Susana Nader, directora del Servicio Público de la Vivienda, aclaró desde el vamos que el consumado escándalo Schocklender en nada afectaba el plan habitacional que ese organismo lleva adelante en el barrio Toba.

“La obra está normal, nos enteramos por los diarios de esto. En la obra no se ha sentido ningún cambio y todo marcha como estaba previsto”, dijo Nader en declaraciones radiales.

El festín es abierto y toda la parafernalia político mediática opositora se regodea tras la carroña. Infinitas páginas de diarios y minutos radiales y televisivos los vieron despotricar, oportunistas, en la búsqueda de los votos de cara a octubre próximo –reza un artículo de la revista Veintitrés–: Alberto Rodríguez Saá aprovechó para potenciar su lanzamiento como candidato a presidente. “Ha habido una trampa en el manejo de la vivienda en las Madres de Plaza de Mayo”, expresó el puntano, sin diferenciar la acusación que recae sobre los hermanos, del trabajo llevado adelante por las portadoras de los pañuelos. No fue el único. “El eje de las elecciones de este año es que hay que terminar con la corrupción”, disparó Elisa Carrió.

El aliado estrella de Ricardo Alfonsín, Francisco de Narváez, definió la situación como “un caso de corrupción del Estado”, exigió explicaciones de la presidenta Cristina Fernández y se mostró enojado “por el uso de una causa querida y apoyada por todos, la causa de las Madres y las Abuelas”.

Los políticos tenían libreto. El periodista Mariano Grondona embistió semanas atrás, preguntándose en su columna dominical del diario La Nación: “De Schoklender a Hebe, ¿de Hebe a Cristina?”.

En esa misma línea se inscribió la líder de la Coalición Cívica: “Todos los adjudicatarios de las viviendas no sólo los de las Madres, están pagando todos los meses las cuotas de las coimas y los sobreprecios que fija el ministro (de Planificación) Julio De Vido con sus empresas elegidas”.

Y el candidato a presidente Eduardo Duhalde no se quedó atrás: diferenció a Hebe y las Madres de Plaza de Mayo de las integrantes de Línea Fundadora. Atentas a su estrategia, las representantes del espacio repudiaron sus declaraciones a través de un comunicado. “Duhalde no tiene autoridad alguna en el campo de los derechos humanos –expresaron–. Se trata de un reivindicador y propiciador público de la impunidad de la dictadura cívico militar que ejecutó el terrorismo de Estado en nuestro país y cuyos delitos contra la humanidad están siendo juzgados, en la actualidad, por la Justicia argentina.”

Resulta fácil predecir que el multimedios Clarín y sus marionetas mediáticas seguirán fustigando la opinión pública en lo que resta del año electoral urgando en cada tacho tras alguna cáscara de banana podrida que pueda hacerle patinar un par de puntos de adhesión a la locomotora oficial.

Según una nota publicada este domingo en Miradas al Sur, el tema de la Fundación Sueños Compartidos estaba aguardando en un cajón de la redacción de Clarín desde hace un año el momento propicio para salir a luz:  Es decir, con la habilidad de saber castigar en el momento adecuado, el monopolio esperó para intentar asustar a una parte del electorado –sostiene el autor de la nota, Eduardo Anguita–: Quizás haya logrado algún rédito confundiendo a alguna gente, pero debe analizarse en perspectiva. Hace unos meses, Magnetto invitaba a cenar a quienes creía principales referentes opositores. Barajaba distintas alternativas, con Mauricio Macri o sin él, con Eduardo Duhalde o sin él.

En cuanto a La Nación –que cuenta con el respaldo de Techint– apostaba a una fórmula encabezada por el radical Ernesto Sanz. La realidad es que, de cara a octubre, la oposición no podrá aspirar siquiera a entrar en una segunda vuelta ni colocará en sus listas a los operadores de Magnetto.

Fuentes: Página 12, Miradas al Sur, La Nación, Clarín

 

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