El arquero bielorruso Artem Gomelko se mandó un blooper de aquellos al introducir el balón en su propio arco tras un disparo desde mitad de cancha que, sin su inexplicable intervención, se hubiese ido tranquilamente por la línea final.

El nombre de Artem Gomelko pasará a la historia, pero no como él quisiera, ya que será recordado por anotar uno de los autogoles más absurdos de la historia ya que, sin su intervención, el balón se hubiera ido por línea de fondo y no a las redes.

La jugada se dio en la liga de Bielorrusia, con un disparo lejano de Anton Matveenko, quien, detrás de su campo, sacó un balonazo que parecía morirse en la intrascendencia, hasta que el balón golpeó en la mano derecha de Gomelko, quien trataba de detenerlo, y se fue al fondo.

El autogol significó el empate final 1-1 entre el Torpedo Zhodino y el Dnepr Mogilev, ya que, después del fallo, la sorpresa imperó en los jugadores de ambos equipos pero, sobre todo, en el guardameta.

Fuente: El Universal, de México


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