Cristina Fernández de Kirchner encabezó el acto en homenaje a Eva Perón. «Evita ha vuelto hoy en la dignidad de una patria que dejó de ser colonia. Hoy es más eterna que nunca» y «el mejor homenaje que le podemos hacer es militar y trabajar incansablemente por la grandeza de la nación», dijo la presidenta.
Cristina sostuvo que tanto sus gobiernos como el de Néstor Kirchner la recuerdan permanentemente a Evita en las políticas aplicadas para el retorno del trabajo y el desendeudamiento con el Fondo Monetario Internacional y el traspaso de la Afjp que administraban los fondos previsionales al Estado.
También con la Asignación Universal por Hijo, el presupuesto educativo, para la universidad y la ciencia y la tecnología, y las dos millones de computadoras netbook entregadas, como asimismo la construcción de más de 1.300 escuelas y la aprobación de la ley de matrimonio igualitario.
Asimismo, mencionó que Eva Perón «utilizaba mucho la palabra oligarquía» y, seguidamente, mencionó una de sus frases: «Por ahí puedo entender que no nos quieran o nos desprecien, lo que más me cuesta entender es cómo algunos de nosotros venidos de abajo se juntan con los que siempre nos atacaron para socavar la unidad de este movimiento».
«Tenemos que ser fuertes», pidió Cristina, y aseveró que hay que «manejar nuestra palabras y también manejar nuestros silencios, esos muchas veces deben ser más elocuente que las palabras».
Reiteró además que se emitirá un billete de cien pesos «en el que por primera vez aparece la imagen de una mujer, la imagen de Evita».
Estaban presentes en el acto el vicepresidente de la Nación, Amado Boudou; el gobernador bonaerense Daniel Scioli; el intendente de José C.Paz, Carlos Urquiaga y el titula del PJ, Mario Ishii.
Asimismo, concurrieron al acto, en el mercado concentrador de ese distrito del noroeste del Gran Buenos Aires, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y ministros del gabinete nacional, entre otros funcionarios.
La Presidenta, en el inicio de su discurso, se mostró emocionada al recordar que ese mercado concentrador lo había inaugurado Néstor Kirchner en su presidencia.
«Me vienen a la mente imborrables recuerdos y momentos donde siempre me han recibido como una más», sostuvo, y recordó también el discurso de Kirchner «el 25 de mayo del 2006 donde hicimos un inmensa movilización en la Plaza de Mayo. Empezó ese discurso muy emocionado, primera vez que hablaba en Plaza de Mayo, creo que nunca más volvió a hacerlo».
«Quería -continuó- simbolizar en esas palabras a toda una generación, la mía, una generación del Bicentenario, la de los que teníamos 18, 19, 20 años, algunos más cuando el general Perón retornaba a la patria».
A continuación, enfatizó que «no volvimos para hacer cualquier cosa porque como él lo había marcado el 25 de mayo de 2003, no pensaba dejar sus convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno».
«Tal vez muy pocos entendieron aquel otro 25 de mayo cuando dijo un día volvimos y es que volvimos para que ella, para que Eva Perón, que había prometido volver y ser millones, cumpliera con su propia profecía de volver a una Argentina diferente».
En ese sentido, dijo «qué proféticas resultaron aquellas palabras que muchas veces las leemos: Nuestra Patria dejará de ser colonia, o la bandera flameará sobre sus ruinas».
A continuación recordó «las imágenes del 2001 cuando se incendió el país por las políticas neoliberales» y criticó «cómo nos habían sumergido. Cada 6 meses recibíamos la visita de un virrey que nos decía lo que teníamos que hacer».
«Las cosas que han pasado desde que ella no estuvo, y lo que hemos logrado hasta ahora», exclamó, y preguntó al público: «Díganme si no estamos cumpliendo ese legado y ese mandato histórico a todo aquel que se sintiera peronista».
Afirmó que se siente «con la inmensa responsabilidad de conducir los destinos de la patria en momentos que no son fáciles, no sólo por lo que pasa en el mundo».
Y homenajeó a Kirchner. «Además de ser mi marido, era mi mejor amigo, mi mejor maestro, mi mejor compañero».
Sostuvo que «trato de hacer honor a lo que le prometí allá en El Calafate muy despacito cuando le dije: ´no te voy a hacer quedar mal, no te voy a hacer pasar vergüenza».
Al volver sobre Evita, dijo que «ella también, que fue desaparecida durante 18 años, ha vuelto en la justicia, en la verdad, que hemos puesto en la política de derechos humanos, como uno de nuestros pilares y que hoy es ejemplo en el mundo».
Pero sostuvo que no quería llorar porque «a los grandes se los recuerda combatiendo, luchando por llevar adelante sus ideales».
Y celebró por «esta patria que hemos construido entre todos los argentinos, aún para los que no están de acuerdo porque lo maravilloso y distintivo de un proyecto nacional, popular, democrático y de inclusión social, es que incluye y beneficia aún a aquellos que los critican y que los boicotean permanentemente».
«Déjenme decirles que si hay un lugar donde hoy la veo a ella más que nada es en los cientos de miles de jóvenes argentinos que se han incorporado a la política y que la llevan en su corazón».
Luego, dirigiéndose a Mario Ishii, Cristina le dijo: «Mario querido, no te preocupes por los saboteadores, siempre va a haber saboteadores de los proyectos nacionales, populares y democráticos; lo que nunca van a poder sabotear es la historia porque la historia finalmente más temprano que tarde termina haciendo justicia».
Sostuvo que hoy leyó en «los diarios cosas muy lindas de Eva, a 60 años, y fijensé cómo los derrotamos, ninguno de los que la insultaba y agraviaba puede firmar una nota ni pueden decir nada porque es reconocida por todos».
Pidió la mandataria que «no perdamos el tiempo en aquellos que por ambiciones, por limitaciones, no comprenden el curso de la historia» y advirtió que cada uno de nosotros «va a ser juzgado por la historia y la memoria del pueblo».
«Ella pudo ganarle a la historia con la memoria del pueblo; ella es eterna y hoy venimos a homenajearla, irrepetible, única, pero debemos aprender las lecciones que no da la historia y saber que el camino que hemos elegido es el de lograr que en Argentina cada vez haya menos pobres, y eso significa enfrentar intereses».
