Foto: Javier García Alfaro.
Foto: Javier García Alfaro.

Con solo cuatro cuadras de distancia, los clubes rosarinos Luchador (Lima 1350) y Federal (Zeballos 4641) supieron ser por años clásicos rivales. Pero desde no hace tanto tiempo, a partir de un proceso de recuperación y transformaciones en las dos instituciones, a cargo de vecinos y vecinas en su mayoría jóvenes, nació un nuevo proyecto deportivo, social y cultural. Los cambios llegaron a tal punto que hoy existe un equipo conjunto de voley femenino, bautizado La República –por el barrio– y una Universidad Popular de las Artes que también desarrollan entre los dos establecimientos. “Somos conscientes de que con nuestra propuesta hemos tocado intereses”, reconocen desde la nuevas comisiones directivas, y desde ahí se explican los recientes ataques al domicilio de dos de sus integrantes.

“Hace un tiempo que venimos trabajando en los clubes Luchador y Federal, un proyecto popular, inclusivo, que ha generado molestias o ha tocado intereses que antes estaban en el barrio consolidados. Entonces, a raíz de eso, hace tiempo hemos venido teniendo amenazas, algunas compañeras han sido perseguidas, y estas amenazas se empezaron a concretar”, explicó a el eslabón, Matías, uno de los integrantes de la Comisión Directiva del Federal.

Entre la serie larga de intimidaciones denunciada por los jóvenes que apuestan a abrir los clubes al barrio como espacios de contención para los pibes, se cuentan los robos a las dos instituciones realizados a principio de año, primero en el Luchador y exactamente un mes después al Federal.

A través del abogado Federico Garat, los clubes radicaron una denuncia por las primeras amenazas ante el Ministerio Público de la Acusación de la Provincia. Con base en las pericias realizadas por la justicia, se supo que lo que más buscaron “los ladrones” fue la información de la base de datos de las computadoras, lo que hizo reforzar la hipótesis de que no fue un “choreo común y corriente”.

“Además nos robaron los recursos culturales, que son nuestras mayores herramientas, son la cultura, el arte, el deporte. Nosotros entendemos que esos robos apuntan a vaciar nuestro clubes. Se han llevado violines, violas, patines, etc. Esto lo vemos como un ataque a nuestro proyecto y no un mero hecho de inseguridad”, remarcó Matías.

El domingo 26 de octubre, las amenazas se materializaron en una balacera frente al domicilio de Daniela Giménez y Nicolás Rigatuso, presidenta y síndico del Federal, que por suerte no se encontraban en el domicilio.

“Tenemos identificada a la mano de obra, pero también tenemos hipótesis de cuáles son las estructuras que están detrás”, dijo Matías, aunque se mostró cauteloso por “cuestiones de seguridad” y porque hay una investigación judicial en marcha.

“El club Federal estuvo tiempo atrás asediado por dealers, grupos delictivos con relaciones con la policía, con negocios muy turbios”, plantearon a este medio dos vecinos del barrio que se acercaron el miércoles pasado a la conferencia de prensa en el Federal. «Era habitual ver el patrullero estacionado frente a la puerta y los canas tomando porrones adentro», graficaron.

“Nosotros también vinculamos todo esto con cierta intención de algunos sectores de meter en la ciudad un modelo de seguridad utilizando la fuerza represiva del Estado. Hay un amplio sector político que quiere instalar en Rosario un modelo de seguridad represivo. Nosotros vemos que esto es una ataque a todos los proyectos de vecinos y vecinas, de barrios organizados, no solamente en La República sino en otros barrios. Por eso nosotros pensamos que estos ataques, si bien vienen de grupos delictivos, creemos que vienen amparados por esos sectores”, analizó Matas.

“El club y el barrio está en una disputa que se da en otros territorios y que es entre quienes nos organizamos para construir nuestra felicidad y la de los pibes, contra los poderes de la minorías que quieren dominarnos e impedir esta otra forma de relacionarnos, de escuchar y trabajar con el otro”, dijo por su parte Nicolás Rigatuso sobre la serie de intimidaciones que llevó a los jóvenes dirigentes a realizar el pasado miércoles una conferencia de prensa para “hacer visible” el conflicto. “La dignidad y la alegría de nuestro territorio están en disputa”, planteó.

“Con miedo y terror tienen la intención de disputar nuestros clubes, nuestro barrio y nuestros territorios”, dijo Nicolás, y añadió: “Muchos compañeros y compañeras han puesto mucha cabeza y corazón en este proyecto, y lo vamos a defender”. “Y vamos a contestarles redoblando nuestro trabajo, duplicando nuestros esfuerzos”, agregó Daniela, la presidenta del club.

Clubes unidos

“Los dos clubes empezamos a caminar juntos hace un tiempo. En otra época el Luchador y el Federal eran clásicos rivales, se peleaban entre sí, y hoy en día trabajamos por un proyecto de barrio, ya no tiramos por nuestro lado cada uno, tenemos un proyecto de barrio, de vecinos, de chicos y chicas”, contó Matías.

Daniela describió las propuestas que desarrolla el Federal, en conjunto con el club Luchador, sobre las que dijo “son muy variadas”, y que van “desde las deportivas como fútbol, voley o patín, hasta las culturales y artísticas como diferentes talleres, murgas o la más reciente Universidad Popular de las Artes”.

Los jóvenes remarcan con orgullo que el Federal fue el primer club recuperado de Rosario. “Hubo sectores a la expectativa de ver cómo funcionaba eso, o para la cooptación o para ver qué pasaba, para seguir destruyendo a los pibes y seguir teniéndolos como consumidores. Y con el tiempo eso no pudo ser”, aseguró Matías. “Hay un proyecto cultural afianzado, cada vez más fuerte, entonces, ante esa expectativa que tenían, nos transformaron en enemigos”, reflexionó el joven dirigente, y añadió: “Sabemos que eso afecta intereses. Nosotros realmente somos un proyecto político, somos un bio proyecto, un proyecto de vida”.

Los referentes del club se reconocen como militantes de un proyecto e incluso plantean que los cargos en la Comisión Directiva son solo a los fines de respetar las formas jurídicas. “En realidad trabajamos horizontalmente, sin verticalismos ni jerarquías”, destacaron.

Según contaron a este medio, en la actualidad, entre los dos clubes, hay 800 chicos y chicas haciendo fútbol, voley, patín y natación. Además están las actividades culturales y artíśticas. A principio de año se iniciaron la Universidad Popular de las Artes donde los pibes aprenden viola, violín, chelo. “Esto apunta a romper con la idea del establishment de la música de que solamente una clase elitista puede tocar esos instrumentos y que pueden sonar en un teatro y no en un club con una estructura algo deteriorada con pibes marginados”, fundamentó Matías. La Universidad se da seis meses en el Federal y seis en el Luchador. “Rotan los talleres para que cada chico y chica participe de los dos clubes”, agregó.

El equipo de primera de voley femenino se llama La República y lo comparten chicas del Federal y chicas del Luchador. “Para nosotros eso significa unir identidades más allá de los clubes, en una identidad de barrio, identidades que no son geográficas, sino que son de relaciones y vínculos”, explicó Matías.

Acá no se rinde nadie

El miércoles pasado, los jóvenes dirigentes del club Federal, acompañados por sus compinches del Luchador, brindaron una conferencia de prensa en la que leyeron un documento en el que recordaron cómo recuperaron los clubes y le dieron una explicacióń a este presente de consolidación de su proyecto “popular de inclusión”, por un lado, y de ataques e intimidaciones, por otro.

“En el 2008, los y las vecinas del barrio nos enteramos que el club iba a ser una víctima más del negocio inmobiliario local. Era ahí, en el club donde algunos crecimos y otros envejecieron. Se pensaba construir un edificio (como ya había sucedido en las cercanías del barrio). Esta situación indignó y movilizó rápidamente al barrio, generando así un estado de organización como hacia tiempo no se veía. De este movimiento y organización surgió un ideal hoy afirmado firmemente; el rechazo a la privatización de los espacios públicos”, señalaron los jóvenes en el texto leído por Daniela.

“Al Federal hacía varios años que lo habían alejado del proyecto de sus fundadores, operando con un fuerte anclaje dentro de su infraestructura una red que se dedicaba al negocio de la droga, entre otras cosas”, recordaron en el escrito, en el que además indicaron que “una construcción similar ocurre a unas cuadras de aquí y es la que se vive en el Club El Luchador. Por este motivo, barriendo cualquier límite ficticio, hoy los dos clubes somos uno”.

“Resistimos económicamente llevando a cabo una economía colectiva, participativa, totalmente autogestionada aun sabiendo que toda idea para materializarse tardará más tiempo”, afirmaron los jóvenes.

“Aprendimos practicando a entender que las fronteras geográficas, como ser una calle ancha, no aportan en nada a la identidad de un barrio, sino que son las relaciones humanas las que constituirán su identidad. En este proyecto inclusivo vemos necesario restituir o recrear vínculos comunitarios desaparecidos en tiempos de desapariciones y despojo. Esa es la primer idea que se nos atraviesa cuando la marea nos trae la palabra seguridad”, leyó Daniela.

Tras hacer una alusión directa a la agresiones sufridas por diferentes dirigentes de los clubes, la joven concluyó: “¿Cómo defenderemos nuestro proyecto desde el corchazo en adelante? Será con trabajo, con mucho más trabajo, generando aún más compromiso, transformando el miedo en participación, en construcción colectiva, reafirmando las convicciones y los ideales de nuestro barrio, juntos a otros y otras; sepan los cobardes poderosos que en nuestro barrio se camina con el pecho erguido. Por acá, acá no se rinde nadie”.

Al finalizar la lectura del documento, los jóvenes dirigentes agradecieron “la manifestación de solidaridad brindada por todos los vecinos, las organizaciones comunitarias y los diversos y heterogéneos sectores presentes”.
Entre los asistentes se pudo ver a integrantes de la CTA provincial, la CTA Rosario, ATE, la agrupación HIJOS, el gremio de los Mercantiles, docentes de Amsafé, el diputado provincial del Movimiento Evita, Eduardo Tonoilli, referentes barriales y de diversos movimientos sociales de la ciudad.

También estuvo presente y en primera fila la directora de la Escuela Secundaria Julio Cortázar, cuyos estudiantes hacen Educación Física en el Federal como parte de un convenio entre el colegio y el club. El establecimiento saltó a la fama la semana pasada porque en pleno horario de salida de los chicos hubo una balacera en la puerta del establecimiento.

Artículo publicado en la edición de este sábado de El Eslabón.

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