Foto: fiscmate.
Foto: fiscmate.

Yo no sé, no. El barrio tenía espacio suficiente como para que a la hora del cuadrado uno ponga en juego sus japo –que eran las más valiosas–, sus lecheritas o porcelanas y las comunardas. Y un lugar para los aceritos y los bolones.

En algún momento, Germinal propuso en su plataforma política del Papo (Partido de Alegría al Poder) veredas aptas en todas las cuadras para jugar a las bolitas. A lo mejor inspirado en aquel diputado electo Enrique Badessich que en en 1922 fue elegido por el partido bromosódico en Córdoba, y que no lo dejaron asumir porque el establishment de aquel entonces dijo que estaba mal del mate.

Los pibes del barrio, una vez muchachones, algunos quizás influenciados por el acerito, se hicieron obreros metalúrgicos. Otros, en las últimas escaramuzas de aquella resistencia, como en el rosariazo, aprendieron que las bolis servían como aliadas para enfrentar a la caballería de aquellas dictaduras. En pleno liberalismo de los 90 las japo por culpa de la apertura económica parecían desvalorizadas, parecían llover con aquella lluvia de dólares (que hasta hoy estamos pagando). Pero los pibes de entonces se resistieron y siguieron con el valor histórico: una japo valía 5 comunes, lo que benefició a la industria nacional.

El cemento, las veredas y los juegos electrónicos parecen haber acorralado a las esferas de vidrio al seguro lugar de los aerosoles. Pedro me dijo: “Y de eso nadie salta. Nadie habla para liberarlas”. Y siguiendo, Pedro, hablando de seguridad, me rajó: “Hay candidatos con una cara que parecen transmitir cierta alegría y con algunas propuestas alocadas como el que puso el PRO para gobernador en Santa Fe. Lo cierto es que a la hora de seguridad proponen mano dura, a la hora de educación proponen mano dura. Y cintazos. Y todo sabemos que después de eso al cinto hay que ajustárselo, porque en materia económica proponen mano dura con un ajuste propio de los liberales”.

“Y la mano dura no sirve –me dice Pedro– para jugar a la bolita. Hay que tener firmeza y puntería. Así que para que en los barrios vuelva la alegría y la seguridad, los pibes tienen que tener el lugar suficiente como para volver a encarar al opi. Y se logra con más inclusión, más Estado. Hay que agacharse para hacerle el hoyito al establishment económico, al poder judicial, al poder mediático, para que se democratice de una vez por todas”.

Más notas relacionadas
Más por Hilo Negro
  • Ciro y Juanpe a los camarazos

    Otrora compañeros de trabajo en De 12 a 14, las candidatos a convencionales constituyentes
  • Humberto

    A quienes se nos da la posibilidad de acumular bastantes décadas de vida, también se nos
  • Otro

    No había lugar para la protesta parado delante del escritorio en el sótano que había dejad
Más en Columnistas

Dejá un comentario

Sugerencia

Ciro y Juanpe a los camarazos

Otrora compañeros de trabajo en De 12 a 14, las candidatos a convencionales constituyentes