Edición de Qué de la cual se extrae la cita de Scalabrini Ortiz para esta opinión.
Edición de Qué de la cual se extrae la cita de Scalabrini Ortiz para esta opinión.

Cuando todos creíamos que un feroz recorte ya estaba en marcha desde el 10 de diciembre, el presidente Mauricio Macri amenazó que si el Congreso no aprueba la ley buitre, “habrá ajuste o hiperinflación”. Para la derecha vernácula, siempre quedan más agujeros para apretar en el cinto.

La advertencia del primer mandatario también se blandió sobre las testas de los gobernadores. La extorsión es que, si quieren plata, tendrán que hacer votar a sus legisladores a favor del nuevo “retorno al coloniaje”, como titula uno de los artículos publicados en este medio, recordando el trabajo de Arturo Jauretche cuando analizó el Plan Prebisch y cómo encadenaba al país a la dominación extranjera.

Ese apriete a las provincias, surtió rápido efecto en las autoridades de la Casa Gris, tanto si tomamos en cuenta las declaraciones del gobernador Miguel Lifschitz en el Senado, como los votos y dichos de los diputados nacionales socialistas, quienes apoyaron el plan de endeudamiento con vuelta al FMI y su monitoreo de las cuentas argentinas incluido. Vale la redundancia, para marcar el triple endeudamiento al que será sometida la Nación: con el proyecto macrista se va a tomar deuda, para pagar deuda (buitre) y así volver a solicitar más deuda. Lo que se dice un verdadero programa progresista.

La contradicción, en el marco de la intervención de la diputada socialista por Santa Fe, Alicia Ciciliani, no habría sido tal, si hubiera buscado en la tradición más gorila de la historia de esa corriente ideológica en nuestro país, que bien podría haber estado representada por Américo Ghioldi. “Norteamérico”, le decía don Arturo. O si se hubiese apoyado en referentes de la internacional a la que pertenece su partido, como el recién venido presidente Francois Hollande, quien tampoco tiene ningún empacho en ser socialista y al mismo tiempo aplicar las recetas neoliberales en su país. De esos ejemplos abundan en la civilizada y vieja Europa.

Pero, para criticar al ex ministro Axel Kicillof, Ciciliani no tuvo mejor idea que citar una vieja frase –sobre la simpleza de los conceptos económicos– de Raúl Scalabrini Ortiz, quien se ubica en las antípodas del pensamiento “cipayo y pro imperialista” –así lo hubiera llamado el autor de Historia de los Ferrocarriles Argentinos– con el que fundamentó su voto a favor del proyecto macrista. No encontrará la diputada, en la prolífica obra del escritor de Política Británica en el Río de la Plata, ningún argumento que la lleve a tomar esa decisión genuflexa, “entreguista”; aunque en esta redacción se duda seriamente de que la legisladora haya ido a la biblioteca a buscar algunos de esos trabajos, fundantes del pensamiento nacional y popular.

“Para dominar un país ya no hace falta someterlo militarmente, bastan oportunos empréstitos y concesiones”, escribió Scalabrini en la edición de septiembre de 1957 de Qué. Valga esta cita como desagravio para el creador de El hombre que está solo y espera. Y que valga también para recuperar ideas que hemos elaborado alguna vez como pueblo, y que andamos necesitando de nuevo por estos días en que sabemos que a pesar de todo no estamos solos, y que la paciencia tiene un límite.

Fuente: El Eslabón

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