Foto: Javier García Alfaro
Foto: Javier García Alfaro

Recientemente fue presentado en la ciudad el libro de poemas El largo aliento del nicoleño Diego Colomba, junto a los poetas rosarinos Carolina Musa y Tomás Boasso y el editor Juan Maldonado.El volumen,editado por el sello cordobés Alción Editora, contiene dos partes. La primera compila poemas narrativos, en versos largos.

Cada uno encierra una unidad de sentido y se vale por sí mismo, y en cualquier orden de lectura, todos en su conjunto urden la trama de la agonía del padre y del hombre que fue ese padre. Es la historia de un duelo, como en el Diario de Barthes pero no en la zozobra de la pérdida, sino de la proyección de la figura paterna en el hijo, que también es padre y hombre arrojado a un destino común.

Los poemas describen cada una de las situaciones de la intimidad de la muerte que lenta se anuncia, y ahí donde la comunicación entre padres e hijos encuentra su límite, el autor evoca al amor que se pronuncia más allá del lenguaje discreto, en movimientos sutiles y desinteresados, en el sentido del humor, la complicidad y en los cuidados que los hijos prodigan con resignación ante la rebeldía de la vejez. Una rebeldía que reafirma una voluntad vital aunque sea la última después del abandono propio.

La segunda parte del libro lleva el título de Óxido, que da apertura a una serie de poemas en prosa, inspirados en fotografías de pueblos casi abandonados de la pampa húmeda. En palabras del autor “una colección de ruinas y lugares inhóspitos en las que encontraba imágenes infantiles”, más precisamente de Santa Isabel, el pueblo de los padres de Colomba.

Las figuras del reposo, el trabajo doméstico, los gallineros, el vino, las miguitas de pan y las formas en que la lluvia siempre se anuncia, son evocaciones de una memoria que vuelve a poner la mirada en la vida rudimentaria a la intemperie de la llanura. Colomba deja entrever en el subtexto de El largo aliento y la prosa de Óxido, con un lenguaje lacónico y sintético, la melancolía pero también el ímpetu del hombre que se lleva consigo las fotografías de todo lo que dejó atrás.

Colomba es doctor en Letras y crítico de obras literarias. Algunas de sus reseñas fueron publicadas en El Eslabón y hoy algunas de ellas están reunidas en la publicación Mesa de Novedades (EMR, 2013). En oportunidad de presentar su libro Desaire (Ediciones En Danza, 2014), Colomba, lejos de encarar su propia escritura desde el lugar de crítico, aclaró: “Escribo con el lado ciego”. Persisten en su obra con fuerza atávica, la rusticidad del campo, la infancia (no idílica, sic),y en este caso, por qué no, los adioses para los que nunca se está preparado, y que lo dejan a uno entre el cielo abierto y la pampa. Si está por llover, vendrán nuevos brotes, y la poesía siempre.

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Un comentario

  1. adhemarprincipiano

    18/06/2016 en 20:17

    Felicito al amigo Colomba, por su nuevo libro, espero leerlo. Una inquietud:Porque en la tapa la» protagonista» esconde el rostro?

    Responder

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