Madoery color

Tras ser removido de su cargo de rector normalizador de la Universidad Nacional de Rafaela (UNRA), Oscar Madoery, con amplia trayectoria académica en la universidad pública, aclaró en diálogo con el eslabón que la destitución, mediante la resolución del ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, “no es ilegal, pero sí ilegítima”, y añadió: “Mi temor es la modificación de contenidos, es decir el cambio de rumbo”. En tal sentido, expresó que se pone en juego “una universidad pensada para consolidar un proyecto de país de desarrollo con inclusión” frente a “una que sirva a la acumulación del capital”.

El desplazamiento de Madoery se llevó a cabo el pasado 15 de julio, en pleno receso de invierno, y en su lugar se designó al economista Rubén Ascúa, que integró el gabinete de Omar Perotti cuando éste era intendente de Rafaela, en los 90, y que, como su currículum lo expresa, está íntimamente ligado al sector empresarial. Actualmente preside la Red Pymes en la Argentina, la Red Pymes del Mercosur y el Consejo Internacional para las Pymes (ICSB, por sus siglas en inglés).

Al desligar a la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación, con la que “venía teniendo un trabajo muy fluido”, Madoery sostuvo que “esto viene del ministerio y sin explicaciones y deja un sinsabor porque interrumpe un proceso sin las argumentaciones correspondientes. La universidad pública es una institución muy prestigiosa en nuestro país, y es internacionalmente reconocida porque es libre, gratuita, se autogobierna, y eso es un proceso que no es de un dia para el otro”.

En este sentido, el docente e investigador de la Universidad Nacional de Rosario señaló: “Yo me opuse a nombrar a gente sin currículum y sin hacer el debido concurso, para que sea transparente. Jamás, en treinta y pico de años en el sistema universitario, me tocó estar tan interferido por lógicas extra académicas y extra institucionales”. De este modo, Madoery aclaró: “Yo traté de que se entendieran las lógicas institucionales, pero mucha gente de peso de la ciudad de Rafaela y la región querían imponer sus propios criterios”.

Al respecto, Madoery insistió en que la resolución que lo destituyó “es potestad” del ministro y “no hay problema legal pero sí de legitimidad”. “A mi me nombró un gobierno que ya no está: el ex ministro Sileoni. Este nuevo gobierno tiene derecho a poner a alguien que considere propio en este proceso de organización. Hay legalidad en el acto, el problema son los modos, las formas, que sea mientras la universidad está cerrada por el receso invernal”, dijo, y juzgó: “No es un buen antecedente para la universidad pública”.

Madoery explicó que un rector normalizador es un delegado que nombra el ministro de Educación para armar una universidad nacional en un periodo de 4 años, según lo establece la Ley de Educación Superior, e implica la creación de un plan institucional y de un estatuto. “Esta tarea nosotros la cumpimos en el primer año, muy rápidamente. Me nombraron en abril de 2015 y yo presenté ambos instrumentos ante el Ministerio de Educación y la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau) en septiembre. Lo hicimos rápido porque se venían las elecciones y, más allá de lo que ocurriera, era bueno que la universidad tuviera solidez institucional, por eso le pusimos mucho esfuerzo”.

 

El Cambio en la universidad pública

Madoery, que también es Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires (UBA), explicó que crear una nueva universidad implica un “plan institucional”, y argumentó: “El plan que nosotros elaboramos, y que fue aprobado por unanimidad por la Coneau, es un plan que habla de una universidad que se inserta en un territorio para potenciar sus capacidades, muy fuertemente apoyado en el sistema productivo pero también en la cultura del territorio y del trabajo y el asociativismo, por eso entre las tres primeras carreras que pusimos aparece Relaciones del Trabajo, que busca generar una capacidad de crítica que establezca que una sociedad se construye de manera más armónica cuando pone al trabajo como eje ordenador de las relaciones sociales, y eso hace mas innovador al sistema productivo y más inclusivo al sistema social”, detalló.

Luego, añadió: “No es lo mismo que una carrera se llame Relaciones del Trabajo que Recursos Humanos. Que en lugar de la innovación social, que es el valor que nosotros pusimos por encima, que se empiece a hablar de la competitividad empresarial, no es lo mismo. Una era una universidad pensada para consolidar un proyecto de país de desarrollo con inclusión y perspectivas integradoras, y otro es una universidad que sirva a la acumulación del capital. Son dos cosas distintas. No digo que vaya a ocurrir, pero es lo que temo. Y eso seria preocupante”.

Artículo publicado en la edición Nº258 del semanario El Eslabón .

 

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