Foto: Andrés Macera
Foto: Andrés Macera

Chaco fue la sede elegida para ser la sede del próximo Encuentro Nacional de Mueres. La elección se hizo a través del tradicional aplausómetro y el resultado fue recibido con una enorme emoción por parte de las miles de mujeres chaqueñas que recorrieron cientos de kilómetros para participar de lo que fue un Encuentro histórico en la ciudad. El acto de cierre comenzó bajo la lluvia apenas pasadas las 10 en el Monumento a la Bandera. Allí estaba la gran columna de mujeres con la bandera de Chaco, alzando y multiplicando sus voces para que la ovación y los aplausos sean contundentes al momento de elegir la próxima sede del Encuentro. Las otras dos postulaciones eran Capital Federal y San Luis.

“Chaco las espera a todas”, dijo Rosario, una chaqueña con lágrimas en los ojos minutos después de escuchar que su provincia había sido elegida por aclamación como se realiza desde hace 30 años. ”Chaco es una provincia desamparada por los gobiernos, nos dejan sin tierras, niños y mujeres estamos en la pobreza y queremos que todas las mujeres podamos hacernos sentir, somos originarias del lugar y queremos que se haga justicia. Tenemos que visibilizar lo que está pasando porque la prensa se enfoca en la Capital, y parece que no existimos”, volvió a remarcar mientras el resto de sus compañeras se fundían en abrazos.

“Es la tercera vez que nos postulamos para ser sede. Nuestras demandas son importantes, en salud, en políticas de Estado que no se implementan. Necesitamos que el país nos apoye porque de esa manera, con el apoyo de las mujeres en Chaco 2017 muchas políticas se van a poder modificar. Tenemos femicidios, violaciones, y una de las más graves, son las violaciones a las niñas Qom, de 9 y 10 años. Las mujeres de los pueblos originarios necesitan ser escuchadas por eso queremos que Chaco sea la sede. Necesitamos de la voz y la experiencia de cada una de las provincias. Necesitábamos ser oídas”, expresó Yudit, chaqueña y periodista. “Queremos políticas propias de Chaco. Una política que se implementa en Buenos Aires no es igual a la política que necesita gente del Impenetrable. Las mujeres chaqueñas necesitamos equidad y respeto a nuestro género, y que practiquemos nuestra sexualidad libremente.”

Resistencia cobijará así a las decenas de miles de mujeres que participan cada año de los Encuentros Nacionales de Mujeres. Y cada año se multiplica la masividad, la concurrencia, los debates en talleres, las actividades que le dan vida a las plazas. Rosario no fue la excepción. La marcha fue emotiva, histórica, llena de color y diversidad. Ni las balas de goma ni los gases que la policía de la provincia desplegó en la zona de la Catedral, al cierre de la movilización, puede empañar el sentido político de los Encuentros Nacionales de Mujeres. Son únicos en el mundo. Empoderadas, libres, acompañadas, feministas o no. Una política que se transcribe en los cuerpos, diversos y disidentes. Pintados, desnudos, alborotados, poderosos, autónomos.

El 31 Encuentro Nacional de Mujeres fue una fiesta colectiva. Un conjuro de poder que potencia las miradas y los aprendizajes. Porque de los Encuentros también se cocinan leyes y legislaciones que avanzan en más conquistas de derechos. Se tejen alianzas, se construyen redes. Se definen estrategias para seguir peleando, por ejemplo, por un aborto legal, seguro y gratuito.

Y por eso tanto molesta. La Catedral vallada y bajo custodia de una policía dispuesta a disparar balas de goma directamente contra el cuerpo de las mujeres es la imagen propia del patriarcado. La denuncia es visible y se hace eco en los miles de gritos y cánticos que anoche, en la multitudinaria marcha del Encuentro, hicieron retumbrar los 45 cuadras de movilización. Consignas que hablan de la lucha feminista, antipatriarcal. “Aborto legal para no morir”. “Saquen sus rosarios de nuestros ovarios”. “Mujer no sea indiferente y únete a la lucha”. “Basta de travesticidios”. “El ajuste es violencia”, “Macri, compadre, la calle está que arde”, “Liberen a Milagro”, “Berta vive, la lucha sigue”, “Activismo torta”. “No queremos más femicidios ni trata ni explotación, queremos en farmacia el Misoprostol”.

Desde la Comisión Organizadora que encabezó la marcha cantaban que “a pesar de todo, les hicimos el Encuentro”. Y de eso se trató. De superar las campañas difamatorias días antes del Encuentro. De sumar esfuerzos y unificar criterios en cada asamblea y plenarias de comisión, del trabajo intenso de 200 mujeres que durante un año dejaron todo para garantizar alojamiento, comida, actividades, lugares para la realización de los 69 talleres previstos, traslados.

El espacio público fue de todos y todas. De la amplia diversidad de un movimiento que crece; que diversifica. El grito de las que no están: Berta, Lohana, Diana, Sandra, entre miles. Que denuncia la explotación, trata y precarización laboral. Que grita por un aborto libre, seguro. Por la autonomía de nuestros cuerpos. Que no tolera un solo femicidio ni travesticidio más. Que habla de las madres que en los barrios luchan contra la violencia policial. Que se enfrenta, una y otra vez, contra un sistema de privilegios patriarcal que en estos últimos dos Encuentros, responde con balas de goma y gases. Y que tiene a la policía como su brazo ejecutor. Que hace visible el ajuste del gobierno nacional y la feminización de la pobreza. Que exclama también por la libertad de Milagro Sala. Que sabe que la lucha feminista es una lucha contra el extractivismo, es un feminisimo latinoamericano y popular.

“Se habla muy fuerte de la paridad política, de la libertad de decidir sobre nuestros propios cuerpos, hay una grave preocupación en cuanto a la situación económica. Las mujeres sienten que esto se repite. Pero hay mucha energía y fuerza en la convicción de todas las mujeres. Es necesario la unidad en la lucha para avanzar en la conquista de derechos. En la unidad está la fuerza de las mujeres, y eso hace los Encuentros, empodera a las mujeres, nos llamó la atención la cantidad de jóvenes que por primera vez se sumaban a un Encuentro. Y poder pensar en colectivo lo que sentían, en principio, una problemática individual, es muy importante. En el Encuentro todas aprendemos de todas”, cerraron hoy a modo de balance algunas de las integrantes de la Comisión Organizadora de este 31 Encuentro Nacional de Mujeres que una vez más, hizo historia en Rosario.

* Enredando

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