Mientras Cambiemos machaca con una supuesta levantada de la actividad en clave preelectoral, en el día de San Cayetano miles de personas salieron a la calle a pedir por un empleo y un plato de comida.
En lo que va del gobierno de Macri se creó un puesto de trabajo en el sector primario por cada 15 destruidos en la industria.
En el día de San Cayetano, organizaciones sociales y sindicales protagonizaron en la ciudad de Buenos Aires una movilización multitudinaria en reclamo de la aprobación de una ley de emergencia alimentaria. Los manifestantes criticaron duro las políticas de ajuste del gobierno nacional que “margina a los trabajadores”.
Con miles de fieles que cada 7 de agosto renuevan su fe en el patrono del trabajo, Rosario también tuvo su marcha de la parroquia San Cayetano a la sede local del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación en reclamo de “tierra, techo y trabajo”, consigna impulsada por el papa Francisco. Sin dudas la problemática del empleo, en un contexto de despidos y suspensiones, fue la principal preocupación que mostraron los manifestantes. Y no es para menos.
En base a datos oficiales del Sistema Integrado Previsional Argentino, informados por el Ministerio de Trabajo, un estudio de la Universidad de Avellaneda determinó que el empleo privado registrado cuenta con unos 16.000 puestos de trabajo menos en la comparativa entre mayo de este año y fines de 2015, con pico del deterioro en agosto 2016.
En este sentido, el informe resaltó que en el último año y medio se creó un puesto de trabajo en el sector primario por cada 15 destruidos en la industria. “La mayor parte de los rubros productivos perdieron poder adquisitivo en el último año y medio”, se indicó.
Por sectores, de acuerdo con el Observatorio universitario, “se registran casi 58.000 empleos perdidos en la industria, además de 11.177 en el sector de la construcción y más de 26.600 en el transporte y otros servicios conexos”. En los sectores intensivos en mano de obra, la creación fue de menos de 3.800 empleos en el sector primario, orientado a la exportación.
De esta forma, por cada empleo nuevo en el sector agrario, se destruyeron 3 en la construcción, alrededor de 7 en servicios y más de 15 en el sector fabril, según los datos de la Universidad de Avellaneda.
“La problemática del empleo ha resurgido en nuestro país, producto del cambio radical en la matriz macroeconómica desde fines de 2015; de un modelo que priorizaba el consumo interno como tractor del crecimiento económico, apuntalando los ingresos reales de las clases media y baja, se buscó mutar a un perfil productivo traccionado por las exportaciones”, se analizó en el informe.
