En México se aplica la mano dura. Se libra desde hace más de una década la denominada guerra contra la drogas. Se sigue la receta de EEUU, al pie de la letra. El resultado es desastroso: el narcoestado. Las bandas de narcotraficantes son cada vez más poderosas y más crueles. Y están cada vez más interpenetradas, más confundidas y mimetizadas con el Estado.
La muerte de tres estudiantes en manos de narcotraficantes se suma a la larga lista de más de 100 mil homicidios ocurridos en México desde el inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto, en 2012, y a los más de 200 mil asesinatos, y 50 mil personas desaparecidas desde que empezó la llamada guerra contra el narcotráfico hace 11 años.
Según la Fiscalía General del Estado (FGE), los tres estudiantes de cine cayeron en las manos del Cartel Jalisco Nueva Generación. Al parecer, fueron confundidos por rivales del crimen organizado, de acuerdo al testimonio de dos detenidos.
Los jóvenes, que se hallaban desaparecidos hace un mes, fueron asesinados y disueltos en ácido sulfúrico. Los investigadores informaron que hallaron restos genéticos de una de las víctimas en una finca en la que se cree que fueron torturados y asesinados.
Según el relato de dos personas arrestadas tras el hecho, los estudiantes Javier Salomón Aceves, Marco Ávalos y Daniel Díaz fueron detenidos en un camino del municipio de Tonalá, Jalisco, por hombres armados que se identificaron como miembros de la Fiscalía. Los estudiantes, que filmaban un trabajo escolar en una finca en Tonalá sin saber que era un refugio de los criminales del cartel Nueva Plaza, fueron secuestrados en la ruta, cuando frenaron por un desperfecto de su vehículo. En ese momento, fueron interceptados por miembros del cartel, que los trasladaron a una segunda casa.
Según informó Página 12, en dicha vivienda, las autoridades encontraron chapas patentes, uniformes con logotipos de la Fiscalía y armas de uso exclusivo del Ejército. En el sitio, los secuestradores interrogaron a los golpes a una de las víctimas para intentar obtener información del cartel Nueva Plaza pero el joven murió a causa de los golpes, por lo que los narcotraficantes decidieron matar a los otros dos.
Los cuerpos de los tres estudiantes fueron trasladados a una tercera finca en la que se presume que fueron disueltos en ácido sulfúrico ya que se encontraron 46 bidones con esa sustancia y tres bañeras con restos del líquido. Además, hallaron 18 perfiles genéticos diferentes a los de los estudiantes por lo que las autoridades sospechan que la casa fue utilizada antes para disolver más cuerpos. “Los indicios recabados son múltiples, graves, concordantes y unívocos, y no hay indicios en contrario”, aseguró el fiscal Raúl Sánchez Jiménez.
Este brutal asesinato triple retrotrajo a la población a la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, en Oaxaca, que contó con la complicidad de las autoridades policiales y políticas de la región. Este hecho se produjo el 27 de septiembre de 2014 en la ciudad de Iguala, en el estado de Guerrero, al sur de México. Una movilización de estudiantes secundarios fue reprimida por policías municipales y terminó en masacre: seis muertos y 57 estudiantes detenidos, de los cuales 43 continúan desaparecidos. Casi cuatro años después, lo único que está confirmado es que el gobierno mintió, ofreció pistas falsas e impidió una verdadera investigación.
Frente a la crueldad de este nuevo hecho, los estudiantes universitarios, cansados de la violencia se organizaron para protestar contra la ausencia del Estado con varias marchas y movilizaciones desde el día mismo de la desaparición de los tres jóvenes cineastas.
Al conocerse la noticia, la Federación de Estudiantes Universitarios emitió un comunicado en que anunció una nueva marcha de protesta por la violencia e impunidad que existe en torno al tema de las desapariciones. “Nos solidarizamos y brindaremos todo el apoyo y acompañamiento necesario a las familias, con la promesa de que su desaparición no quedará en el olvido. Lo que ahora la familia decida es en lo que nosotros estaremos para respaldar”, dice el comunicado de la organización estudiantil.