Unos 69 muertos y 1,7 millones de afectados causó hasta el momento la erupción del Volcán de Fuego, situado en el sur de Guatemala. El estallido es considerada el más fuerte de los últimos años.
El balance de víctimas tras la erupción del Volcán de Fuego, según datos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses, Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) es de 69 muertos, más de 4.000 evacuados, y aproximadamente 1,7 millones de personas afectadas, y aún no hay datos precisos acerca de los desaparecidos.
El volcán entró en su segunda erupción de 2018, la cual generó fuertes flujos piroclásticos y densas columnas de ceniza, que cubrieron los departamentos de Chimaltenango, Sacatepéquez, Escuintla y Guatemala.
También se observaron corrientes de lava que han llegado hasta sectores residenciales. Actualmente, la erupción se encuentra en su fase final.
Las columnas de ceniza alcanzan 4.500 metros sobre el nivel del mar y se registran «explosiones débiles y moderadas, con incandescencia en el cráter», señala la Conred.
Al mismo tiempo, los expertos advierten sobre el riesgo de la reactivación del volcán e instan a mantenerse lejos de las barrancas afectadas por el flujo piroclástico.
En la reunión del Consejo de Ministros, convocado por el presidente del país, Jimmy Morales Morales, se decretó el Estado de Calamidad Pública en los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez, los más afectados por la erupción. Por esa disposición, las autoridades podrán utilizar los fondos de emergencias para mitigar los daños provocados por el fenómeno natural.
El Aeropuerto Internacional La Aurora ha suspendido temporalmente todos los vuelos, tanto entrantes como salientes, por motivos de seguridad.
La caída de arena ha dejado inhabilitada la pista principal del aeropuerto para los despegues y aterrizajes, y de momento los equipos especiales realizan la limpieza para restablecer su funcionamiento.
San Miguel de Los Lotes
Los equipos de rescate en San Miguel de Los Lotes, la zona más afectada por la erupción del Volcán de Fuego en Guatemala, están desbordados y consternados ante la dramática situación que se vive en el lugar. «Se está temiendo lo peor, que la mayoría de las 400 personas no hayan podido escapar», señalaron los rescatistas.
En esta aldea de pequeños caseríos en las montañas, cuya población exacta se desconoce, numerosas personas han perdido a familiares y las escenas que se viven son desoladoras: cuerpos totalmente calcinados que los equipos de emergencia recogen sin poder evitar que incluso se les caigan extremidades, como el de un bebé al que hallaron quemado y cuyo brazo se cayó al suelo al levantarlo.
El jefe de comunicación de los bomberos municipales, Erwin Villagran, explicó a BBC Mundo que un equipo especializado en búsqueda y rescate llegó el domingo a la zona y detuvieron las tareas en la noche por el calor del flujo piroclástico, fenómeno que se produce cuando estallan violentamente fragmentos de rocas y gases volcánicos ardientes que son demasiado densos para convertirse en columnas de cenizas.
El extremo calor que se siente en la zona y la actividad del volcán dificultan aún más los trabajos, y varios miembros de los equipos de rescate también fallecieron, si bien se desconoce por el momento el número exacto.
«No sabemos cuánta gente todavía ha fallecido, porque no sabemos cuánta gente vive allí, no hay un censo actualizado, son casas desperdigadas por las montañas», explica Andrés Guevara, de la Conred.
Guevara reconoció que no estaban «preparados para esto». Varios miembros de los equipos de búsqueda y rescate también han fallecido durante las tareas, si bien se desconoce el número exacto.
«Impactante»
El cirujano Gustavo Refinos, del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, llegó en la mañana de este lunes para ayudar a atender a los afectados, pero «de momento, no ha salido ningún herido», se lamentó, mientras agregó: «Todas las personas que han salido, han salido fallecidas».
El médico también señaló, repitiendo la frase que más se escucha en este día negro: «Es impactante. No creía que me iba a impactar tanto».
En ese marco, los lugareños se desesperan: este lunes mismo se produjo otra erupción y todo el mundo tuvo que salir corriendo de nuevo.
«No nos avisaron nada… Por eso la lava nos agarró de sorpresa. Toda mi familia se quedó enterrada», explicaba llorando Eufemia García, de 50 años.
Fuentes: RT | BBC News Mundo