El cantautor el Punki Breventano aborda en “Popular” la dimensión que alcanzaron los orientales en la agenda internacional durante los últimos años. “¿Será el fazioli? ¿La peli de Mujica?”, se pregunta con ironía sobre el ser charrúa. Y adelanta los detalles de su próxima presentación en Rosario.

Fabricio el Punki Breventano construyó con su obra “Popular”, un material discográfico de canciones vitales, mordaces, sensibles y amistosas, que presentará próximamente en Rosario. El cantautor uruguayo oriundo de Salto, vivió más de un lustro en Buenos Aires, pero volvió a su pago hace tres años, luego de una ruptura amorosa, cuenta. Y dice que esas canciones latentes emergieron desde el terruño, ese mismo del que, reflexiona, estuvo como “de moda” en los últimos años.

“Me volví al Uruguay después que se terminó un ciclo en Argentina, estuve como seis años viviendo allá, y como pasa siempre cuando algo se acaba, empecé de cero. No tenía trabajo ni casa, paraba de mis amigos porque fue todo de sopetón, sin aviso”, cuenta con tranquilidad y sin perder el hilo continúa: “De hecho había salido de gira con la murga Falta y Resto, toqué unas fechas en Buenos Aires y me vine para acá, porque lo que quería hacer era un disco mío y encaré nomás”.

El músico se reencontró con sus amigos y compinches de La Waterbanda, agrupación que lo acompañará en su presentación en Rosario el próximo jueves 13 de setiembre, en el Complejo Cultural Atlas (CCA), y a la que se sumará un combinado de músicos locales.

Qué Nave!, que abre el material y lo expande al universo, Capataz, una crítica irónica a los roles de poder en clave de murga y milonga, El Meme, dedicado al jugador uruguayo Luis Suárez, y Santa Teresa, son algunas de las atracciones de Popular.

Pero hay uno de los temas que es emblemático, a través del cual el Punki Breventano analiza con humor e ingenio la “fama” charrúa de los últimos años con Uruguay nomá.

¿Será el fazioli? ¿La peli de Mujica?, se pregunta en el tema, y agrega: “Lo que pasa hoy en el mundo es que somos novedad (…) Ahora nos llegó la fama, Uruguay nomá !” , arenga y admite, en el devenir de la canción que “la mordida de Luisito” con la celeste en el mundial de Brasil, “nos dejó fuera de foco”.

“Uruguay nomá fue parido un poco cuando yo estaba en Buenos Aires, en principio por cómo se veía desde allá a los personajes como (José) Mujica o la Selección uruguaya. Yo viví en Buenos Aires todo el período de la presidencia del Pepe en Argentina, y veía como lo endiosaban los medios, de hecho los medios hegemónicos argentinos, porque de alguna manera era funcional al sistema, ese sistema maquiavélico termina haciendo una remera con el Che Guevara, o endiosando al Pepe, que por otro lado, comparto muchas políticas económicas y sociales de su gobierno, y ahora nos va a agarrar el coletazo de lo que está pasando allá (en alusión a las políticas macristas) haciendo un paréntesis”, comenta.

“Yo veía al Uruguay –continúa el Punki– como un renacer, como una moda sobretodo, con las leyes que salieron: legalización del aborto, la marihuana legal, el matrimonio igualitario, que si bien desde el papel, desde lo legal existe, la mentalidad de los pueblos no siempre va en paralelo a lo que está pasando. Podemos tener leyes avanzadas pero si la cabeza de la gente no cambia. Hay muchos cabezas de termo, hay muchos medios de comunicación que dicen que «nos robaron un PBI», (se ríe), entonces es muy complejo el entramado, lo que quise hacer es contar cómo se veía Uruguay desde afuera”.

Breventano pinta la aldea aquí y allá, y eso le permite ahondar en la política, en lo social y colectivo, y en la humanidad más elemental. “Si bien, como decimos en Uruguay, tenemos que votar por el menos peor, el camino son los movimientos sociales, es el otro. La Patria es el otro, se dijo por ahí. En un fragmento de Uruguay nomá dice: «Vamos arriba nosotros y en las cosas simples la grandeza encontrás»”, resalta el cantautor y agrega: “Si está lloviendo y vas a entrar tu ropa, entrá la de los otros, y doblala. Si estás cocinando en tu casa y llega alguien de laburar, le servís un plato de comida, no le decís, ¿Che querés comer? Es que la grandeza de los pueblos está ahí, no tanto en sus conductores”.

Sobre las comparaciones entre las sociedades a ambas costas del río de la Plata, sostiene: “Ustedes tienen líderes en la política y en el deporte y lo tienden a endiosar. Acá en Uruguay al ser tan chiquitos no tenemos eso, viste, entonces cuando volví comencé a ver la grandeza de las pequeñas cosas, de las pequeñas acciones. Rescato de la Argentina, que cuando están en crisis empiezan a aparecen las ollas populares, las cosas sociales, más allá de la política partidaria, el pueblo se une en la calle y se tienden una mano, un puente, un plato de comida, una ropa”.

Siempre estuvo cerca

El Punki Breventano llegará a Rosario acompañado por sus compinches de La Waterbanda: Ulises Rivas (batería), Rodrigo Gambetta (guitarra), Pedro Restucia (guitarra folk y coros), Álvaro Ubiria (bajo) y Lucía Ceppi (coros). El show tendrá la particularidad de sumar músicos locales a la movida, una orquesta invitada para interpretar el repertorio de tangos y milongas, integrada por Marco Bortolotti (guitarra y arreglos), Analia Camiletti (violin), Mariano Sayago (contrabajo) y Lucía Coggiola (bandoneón).

“La relación con la barra rosarina -cuenta Breventano-arrancó cuando fui a tocar con La Murgardel a Rosario con una banda local, La Cotolengo, y fuimos a la casa de Marco (Bortolotti) con unos gurises del tango. Con Marco y Ana Camiletti, que es una violinista de Rosario, que tiene una banda, Doña Guacho y los del fondo, hicimos una gira por la costa uruguaya. Marco se copó en hacer arreglos de mis tangos, El Saya (Mariano Sayago) y una gurisa que toca el bandoneón me van a acompañar”.

“La barra de Rosario me encanta, es una ciudad recontra tanguera, conocí gente de la orquesta Utópica, de Pasaje Noruega, que versionaron Capataz. Estoy muy contento, hay mucho humildad y talento, me siento un privilegiado”, dice.

Popular y rioplatense

El Punki arrancó a tocar la guitarra a los 13 años en su Salto natal, aquella ciudad situada al noroeste uruguayo, a pasitos de Concordia, Entre Ríos. “Me gustaba León Gieco. A Salto llegaba música de Jaime Ros. Y música argentina como 2 Minutos, que era punk rock, simples de tocar en la guitarra”, recuerda quien tuvo su tribu punk de gurisito, y de ahí el sobrenombre.

“En mi casa siempre se escuchó Pappo, Manal, Pescado Rabioso, y música uruguaya como Eduardo Mateo. También la murga, los carnavales siguieron a pesar de la dictadura, mis hermanos participan de murgas”, rememora.

“Siempre me gustó lo popular, no reniego de mi origen. Mi música tiene ese origen, vos la escuchas y podés sentir el olor a choripán, el aroma de una torta frita que están haciendo”, define.

“Mi viejo tocaba la batería, yo la quería pero era muy cara. Después me fui a Montevideo y aprendí lo que es el candombe de la capital, el candombe de los negros, de barrio sur y Palermo. Nosotros los blancos que nos gustaba, teníamos que que ir para allá. Y después la guitarra eléctrica y el tango, que me llegó por mi abuela, y que comencé a mamar en mi primer viaje iniciático a Buenos Aires en tren”, subraya sobre su llegada al género del 2×4.

“El tango me parecía horrible pero después fundé con otros músicos el cuarteto Ricacosa con el que hacíamos un estilo con guitarras a lo Zitarrosa y Rivero, cuando acá la gurisada estaba con el rock and roll. Después aprendimos a tocar un poco mejor» (se ríe). Y vuelve al rock and roll: «Es lo más grande que hay. El Flaco Spinetta, y el primer disco de Los Gatos, y el tío Fito”, destaca. De alguna manera todo este universo se sintetiza con su disco Popular.

Nota publicada en el periódico El Eslabón nro. 367

 

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