El lunes y martes pasados se desarrolló en La Habana el Foro Internacional de Periodismo, donde participaron delegados de más de una veintena de medios cubanos y extranjeros. Entre decenas de periodistas, disertaron dos argentinas: Stella Calloni y Andrea Holgado.

El Foro Internacional de Periodismo se realizó en La Habana a principios de esta semana. En el mismo se analizaron los peligros que acechan al periodismo latinoamericano y los medios de información en tiempos de globalización, pero haciendo eje en un hito histórico: cómo se logró romper el cerco informativo y desenmascarar la fracasada invasión gusana y norteamericana de Playa Girón.

En aquella Operación Verdad fue clave Rodolfo Walsh, quien fue el que descifró un cable enviado por la embajada de Estados Unidos en Guatemala sobre los preparativos para invadir Cuba.

Walsh fue parte de un destacado grupo de periodistas convocado por otro argentino, Jorge Ricardo Masetti, para dar nacimiento a Prensa Latina, la agencia de noticias cubana de la revolución, una tarea encomendada por el propio Ernesto Che Guevara.

Walsh aceptó aquella invitación de Masetti, quien se convirtió en el primer director de Prensa Latina, a la que describía como “medio objetivo, pero no imparcial”.

Masetti le encargó a Walsh crear un Departamento de Servicios Especiales que prescindiera de las ataduras estilísticas de los cables y tuviera en sus filas colaboradores prestigiosos.

Walsh puso manos a la obra y ese departamento llegó a contar con escritores de la talla de Miguel Ángel Asturias, Gabriel García Márquez y Jean Paul Sartre, entre otros; y enormes periodistas, como Rogelio García Lupo y Carlos María Gutiérrez.

Una merecida evocación

En el antiguo Hotel Nacional de La Habana, donde funcionó la sede del Foro, y como disertante invitada, la periodista argentina Andrea Holgado consideró la importancia de traer al presente el talento y el compromiso de Walsh, ante el bloqueo mediático actual.

“Como hace 60 años, la tarea para romper los cercos informativos es crear uno, dos, tres, cientos de Operación Verdad, para –como dijo Walsh antes de ser asesinado– dar testimonio en tiempos difíciles”, consignó la periodista que hace poco más de un año fuera despedida de la agencia oficial de noticias Télam por el régimen macrista.

Holgado, quien además es docente investigadora de la Universidad Nacional de La Plata (Unlp), recordó por sobre todo la estatura moral, el amor a la Patria y las excepcionales dotes de escritor de Walsh, muerto a manos de la dictadura cívico militar argentina el 25 de marzo de 1977.

La periodista destacó que Walsh fue “un escritor brillante, que cómodamente podría haber transitado por los beneficios y glorias de los escritores de su época, pero fue un militante y guerrillero comprometido con el momento histórico que le tocó vivir”.

Holgado conminó, asimismo, a seguir su ejemplo y “a dar batalla por sostener la información como un bien social y no como una mercancía”, abogó por “una mirada periodística que se superponga a la tecnología”, y llamó a “la comprensión de la necesidad de reapropiarse de los medios desde otras miradas posibles”.

Miradas diversas, objetivos comunes

La multiplicidad de voces, el magnífico abanico de abordajes y miradas que dejó el Foro tuvieron como común denominador la búsqueda de mecanismos y herramientas para romper el cerco mediático establecido por el dispositivo de medios hegemónicos, a nivel nacional y en términos globales.

Tal cual lo consigna un despacho de la Agencia Cubana de Noticias (ACN), uno de los paneles giró en torno de los peligros que encierra “el mejor oficio del mundo”, como le gustaba definir García Márquez al periodismo.

Precisamente otra argentina, periodista, escritora y analista de política internacional, Stella Calloni, enfocó su ponencia en la guerra contrainsurgente, ejércitos mediáticos, respuestas descolonizadoras y resistencia de la comunicación en el siglo XXI.

La periodista denunció el uso de la desinformación como arma, y en una entrevista con Prensa Latina explicó: “Sólo con inteligencia, responsabilidad y creatividad podemos enfrentar este fenómeno”.

Calloni, en su disertación, cuestionó “el uso de la desinformación como un arma para ejecutar guerras de baja intensidad y psicológicas contra gobiernos y personas”.

Para la experta periodista, esa maquinaria mediática enajena a los individuos hasta un punto que calificó de “zombificación de la sociedad”, e insistió en que debe apelarse al “rompimiento de esquemas comunicacionales y al uso de un lenguaje directo y sencillo para transmitir la realidad”.

Pero fueron muchos los que disertaron, y vale la pena mencionarlos y –al menos– sobrevolar los temas que abordaron.

Por ejemplo, Paulo Cannabrava, veterano periodista brasileño, director de Diálogos del Sur, participó de un panel denominado “Comunicación, política partidaria, elecciones y relaciones internacionales”, y se refirió a la quiebra de los paradigmas pos elección de (Donald) Trump.

Cannabrava alertó sobre “el peligro que representan los medios de comunicación transformados en voceros de la dictadura del capital financiero”, y advirtió que “las cosas no son tan sencillas como parecen, la realidad muestra una nueva estrategia en la política de dominación, cuyo objetivo es la implantación del caos”.

El brasileño sentenció: “Asistimos a la sustitución de la propaganda política por la manipulación mediática. Las grandes agencias de publicidad promueven la venta de sus candidatos políticos como si fuera jabón, y todos son iguales, pero usted compra aquél que el marketing hizo acreditar que es mejor”.

Cannabrava se lamentó de que “por otro lado, se ha producido la judicialización de la política, el poder judicial transformado en poder legislador, por encima de la Constitución”. Y agregó que “también se criminaliza la actuación política, descalificando el ser político, los partidos políticos y la propia política”.

En una definición de la que deberían tomar nota periodistas, dirigentes políticos y sindicales y los propios magistrados argentinos, el investigador brasileño indicó que “algo ocurre en el medio judicial, donde los jueces transformados en una poderosa casta, y, como que deslumbrados por el poder, perdieron el sentido de la justicia, y utilizan los tribunales en función de intereses individuales o de grupos empresariales y hasta de una potencia imperial”.

Didáctico como pocos, Cannabrava remarcó: “Un solo ejemplo basta para ilustrar la insensatez y ausencia de sentido patrio del poder judicial, y es el caso de la Operación Lava Jato, que ganó titulares en la prensa de todo el mundo. El nuevo campo de batalla es virtua. O nos conectamos y nos fortalecemos como hacen nuestros enemigos, o tendremos un futuro de esclavos intelectuales de los señores de todas las guerras”.

El editor de la revista Diálogos del Sur explicó que “no basta sólo con conectarnos, también hay que identificar al enemigo y trazar una estrategia de combate. El enemigo se tornó fuerte por su cohesión ideológica y su capacidad de debilitar y dividir los adversarios, de cooptar intelectuales y comunicadores”.

El remate de Cannabrava resultó brillante: “El dilema es soberanía o sumisión al caos”.

Voces y temas

Otras voces, no menos importantes, y otros temas, de tanta actualidad como los mencionados, fueron ejes del Foro que finalizó el martes pasado en La Habana.

Gustavo Espinoza, dirigente sindical y político peruano, habló acerca de La Revolución cubana vista por la prensa peruana en los días del triunfo de enero de 1959.

Hugo Guzmán, periodista chileno, director del diario El Siglo, expuso sobre “La vigencia y urgencia de imponer la verdad en el espacio mediático”. En ese sentido, puntualizó: “Con los recursos a nuestro alcance, y desde nuestros medios de prensa, hay que contrarrestar las falacias de los monopolios de la información y otras que se esparcen a través de redes sociales como Twitter  y Facebook y de esa forma pasar del diagnóstico a la respuesta para lo cual contamos con grandes periodistas e intelectuales”.

En otro panel, vinculado con el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, se exhibieron vídeos, y Rosa Miriam Elizalde, vicepresidenta de la Unión de Periodistas de Cuba, disertó con respecto al desafío del periodismo en el escenario digital en América Latina.

En tanto, “La subversión mediática contra Cuba” fue el tema de Percy Alvarado, periodista e investigador cubano.

En la jornada final del Foro el secretario general del Consejo Mundial de Agencias de Noticias, el búlgaro Maxim Minchev, dio a conocer la invitación al sexto cónclave de la organización, que tendrá lugar a mediados de junio de este año en Bulgaria.

A ese evento se espera que asistan más de 100 agencias de los cinco continentes,  y se analizarán temas como las falsas noticias, inteligencia artificial y las nuevas fuentes de ingresos en el sector.

Minchev es, además, director general de la agencia de noticias búlgara BTA.

Carta de Rafael Correa

Si bien no pudo asistir, el ex presidente ecuatoriano Rafael Correa envió un mensaje al Foro, que fue dado a conocer por el presidente de Prensa Latina, Luis Enrique González, en el que resalta el papel y la trayectoria de la agencia como un medio alternativo al poder mediático, a la vez que ponderó “la urgencia de fortalecerla, expandirla y tener muchas más”.

En otro párrafo de la misiva señaló que “la prensa burguesa es la principal fuerza que deben enfrentar los procesos de cambio en nuestra América; cualquier progresista que no lo haya entendido ha  entendido muy poco”.

Correa planteó: “Vivimos democracias mediatizadas donde ya no manda el pueblo sino los medios. La brutal restauración conservadora que vive nuestra región no sería posible sin el indecente apoyo y manipulación de los medios de comunicación, como lo han hecho en Sudamérica en Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador y Bolivia”.

Correa enfatizó la necesidad de “contar con más medios populares dispuestos a dar la lucha y aunque en condición de gran desventaja convertirse en alternativas reales a las grandes corporaciones informativas”, al tiempo que afirmó que “la lucha por una América Latina justa, libre, integrada y soberana tiene como componente esencial la victoria en la batalla comunicacional”.

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