Los 32avos de final del certamen federal arrancaron con sorpresa: es que el último campeón perdió por penales 5 a 4 (tras el 2 a 2 final) con el conjunto de Viedma que milita en el Federal A y se quedó afuera en su presentación.
El año arrancó pésimo para Rosario Central, que ni siquiera pudo disimular el mal comienzo en su torneo favorito, el que tantas veces alcanzó la instancia máxima y que logró coronar en la edición anterior. En la presentación de Paulo Ferrari, quedó eliminado en manos del humilde Sol de Mayo, que tampoco arrancó bien 2019, pero en dos categorías más abajo.
El conjunto rionegrino sorprendió de entrada a propios y extraños. Es que desde que Héctor Paletta pitó el inicio y hasta el entretiempo, dominó el trámite del encuentro disputado en el estadio Brigadier López, de Colón de Santa Fe. Y no sólo eso, sino que también tradujo esa supremacía con ocasiones de gol.
Después de tanto intentar, el tan merecido tanto para Sol de Mayo llegó sobre el final de esa primera parte, en los pies de Alberto Reyes, cuando el reloj marcaba 44’. El auriazul fue todo desconcierto, y el cero en el marcador era un regalo.
Preocupado por el flojo rendimiento de su equipo, Ferrari echó mano a los habituales titulares Washington Camacho y Germán Herrera para el segundo tiempo. Pero al equipo igual le costó reaccionar, y por eso sufrió el segundo gol en contra a los 12’, con un cabezazo de Lucas Malacarne, que aumentaba el marcador y la sorpresa.
Pero el Chaqueño Herrera se cargó el equipo al hombro, y Claudio Riaño ratificó la remontada con dos rápidos goles a los 18’ y 19’. Buena manera de debutar en las redes con la auriazul para el delantero, a quien se le venía negando el grito en la Superliga.
Pero como la levantada no fue lo suficiente como para ganarlo en los noventa, y para no perder la costumbre, Central volvía a definir una serie desde los doce pasos, aunque en esta ocasión la suerte le fue esquiva, y el que avanzó fue su rival. Herrera y Pablo Becker fallaron sus disparos, y los de Arroyito se vuelven a Rosario con las manos vacías.
