El panorama empeora más rápido de lo que podíamos anticipar los críticos acérrimos de este modelo oligárquico supercondensado. Siguen los recortes en áreas clave de la economía mientras los precios aumentan en tono dólar futuro. Chinos y almacenes medianos en general remarcan hora a hora. Hay un desabastecimiento que sólo tiene parangón con el período inmediato posterior al rodrigazo; sin que ello implique comparación estructural.

Las tarifas se acumulan en los hogares sin resolución, los cheques rebotan. El tránsito se redujo al mínimo –lo cual no impide que varios automovilistas se quejen de marchas y piqueteros, se les ha incorporado como acto reflejo- y la venta de autos es una evocación en foto sepia. Los combustibles aumentan sin razón. Hace tiempo –fines de los 90- que no escuchaba a varios técnicos decir, en voz baja: dejo el laburo, pero no porque consiga otro, sino porque me resulta más caro venir a trabajar.

El vecino no tiene plata … ¡pero el Banco Nación tampoco! El ambiente es de lo más interesante, por así decir. El gobierno acentúa las medidas de ajuste en vez de intentar algún alivio circunstancial. Sus principios son irreprochables: “esto es una operatoria de negocios, mientras exista algo para transferir seguiremos adelante”. La decisión de llevar las tasas a niveles astronómicos no impacta para nada en la creciente del dólar. Sólo contribuye a una nueva etapa de desindustrialización, para arrasar lo que queda.

Ante interpretaciones por llegar (algunas tonterías ya se deslizan en La Nación): acá no hay vientos surgidos de países emergentes, influencia de precios internacionales, problemas con la Reserva Federal de los EE.UU, ni un carajo. Dólar a 44.92; tasas a 67.27. Este es el modelo oligárquico; estos son sus resultados. Mientras tanto, el mundo Multipolar crece, alza sus PBI en general y sus segmentos industriales en particular. Esta recesión argentina nos devalúa para entrar a un nuevo orden del cual habíamos sido impulsores pocos años atrás.

Decir que el tiempo está lindo y así es más llevadero tirar del carro, como dice el ¿presidente?

No quedan ni zoológicos para llevar al rey a cazar elefantes.

* Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica

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