Dibujo de Josefina Preumayr para el libro "Gato enojado no caza ratones" de Laura Vilche

La editorial rosarina Libros Silvestres está a punto de sacar una nueva serie de cuentos: Tarumba, pero en lugar de esperar a sus lectores y lectoras en librerías, estos relatos escritos e ilustrados por artistas locales, saldrán a la calle a buscar nuevos públicos junto al semanario El Eslabón y estarán disponibles también en kioscos de diarios y revistas de Rosario. El primer ejemplar de la nueva colección es Gato enojado no caza ratones, de Laura Vilche. Ilustrado por Josefina Preumayr, empezará a caminar la ciudad junto a este semanario, con compra opcional, a partir del próximo sábado 8 de junio. Antes, la colección será presentada en la Feria Internacional del Libro, el jueves 6 a las 19, en el Centro Cultural Fontanarrosa (San Martín 1080), junto a otros títulos nuevos del sello que dirige Carolina Musa.

Al remarcar que los ejemplares de la editorial están en todas las librerías de Rosario y del resto del país, como también en muchas Ferias a lo largo y ancho de la Argentina, la directora del sello Libros Silvestres contó que desde hace tiempo venía con ganas de probar con el circuito local de diarios y revistas. “Es un modo de llevar los libros a la calle, desacralizarlos, provocar el encuentro con otros posibles lectores que no son habituales clientes de librerías, incluso que no son lectores de literatura y menos de literatura local”, contó Musa.

En cuanto a la propuesta de libro/objeto, la editora señaló que la particularidad de la serie Tarumba está en que “son libros de pequeño formato y de pocas páginas, impresos a dos tintas en risografía, que es una técnica que tiene mucho de artesanal, por lo tanto son prácticamente fanzines para niñes. Fanzines por su modo de producción y circulación alternativo, y por su contenido también, por su desfachatez”.

El arte de la colección y su puesta estética fue realizada en conjunto con Cris Rosenberg y Vicky Gómez Hernández, responsables del Taller Capitana. Carolina Musa adelantó además que para continuar con la propuesta siempre lúdica e interactiva de la editorial, los libros se distribuyen montados sobre un soporte especial que contiene sorpresas para jugar en casa.

Este proyecto editorial prevé publicar cada mes un título diferente, todos ellos escritos e ilustrados por artistas locales que viven en Rosario o en cualquier parte del mundo. Hasta el momento están confirmados, además del mencionado Gato enojado no caza ratones, Gerarda, La mutante, de Cristian Molina, con ilustraciones de Diego Rolle; MALDELMEIL, de David Wapner e ilustrado por Tati Babini; Lobo, de Lila Gianelloni y las ilustraciones a cargo de Cris Rosenberg; Platillos volantes, de Diego Colomba a duo con los dibujos de Melisa Lovera; El amarillo, de Carolina Musa junto a  Rouse de Zavaleta; El señor López un pez con todas las letras, escrito por Maia Morosano y Martín Tranier, y La máquina de hacer tonterías, de Gonzalo Ruzafa, estos últimos aún en busca de sus ilustradores.

La nueva sociedad/ amistad de Libros SIlvestres con El Eslabón, producido por la Cooperativa de Trabajo la Masa, se da también en el marco del aniversario del periódico que cumple 20 años haciendo periodismo autogestionado en la ciudad. Los lectores y lectoras suscriptos al semanario también podrán encargar y recibir en sus casas todos los títulos de la colección.

De esta manera, El Eslabón aprovecha para incluir a los más chicos de la casa con una lectura compartida de los textos. Vale la aclaración de la editora, quien aseguró que los “tarumberos” son textos que pueden ser leídos por cualquiera, sin que importe la edad. “¡Esperemos que los «grandes» no se achiquen!” advirtió Musa, y explicó que “por sus construcciones sintácticas y estilísticas, por sus personajes y sus temas, son cuentos que puede leer y disfrutar cualquier lector. Por ejemplo: En Gato enojado no caza ratones, Laura Vilche nos propone una asamblea gatuna que reacciona contra el hecho de que usemos la palabra gato para nombrar a ciertos personajes oscuros (incluye presidentes). En Gerarda, la mutante, Cristian Molina crea una ficción posible sobre las diferencias en los cuerpos. En Lobo, Lila Gianelloni nos deja pensando sobre el andar solitario. Y en MALDELMEIL (así, con mayúsculas) David Wapner (argentino que vive en Israel) nos hace reír con un personaje desopilante que contrae una extraña enfermedad producida por mails”, detalló Musa.

Dibujo original de Josefina Preumayr.

Lectura crítica, autónoma y tarumbera

Sobre el nombre de la serie, Carolina explicó que tarumba es un adjetivo que se aplica a una persona “atontada o confundida, especialmente por haber recibido un golpe en la cabeza”. Será ese el efecto que produce leer estos cuentos. “Buscamos y elegimos textos que problematizan o ponen en entredicho cuestiones actuales, como la discriminación, la sexualidad, el consumismo, el deterioro del planeta, el uso de la tecnología o los roles sociales, a través de la literatura. No obstante, evitando toda intención moralizante”, afirmó Carolina Musa sobre el contenido de los relatos, al considerar que “la literatura es, en primer lugar, forma. Y aunque implica una búsqueda y un ejercicio de autonomía, nunca provee soluciones acabadas, porque cuando lo hace… no funcionan”.

En este sentido, la editora agregó: “Buscamos una literatura más crítica e incorrecta, con contradicciones, que cuestione los estereotipos y los deje bajo sospecha; que no esconda, y que enfrente al lector con las contradicciones de esos seres tontos que se ocupan del mundo: nosotros, los adultos”.

La distribución de la serie de cuentos Tarumba junto a El Eslabón es posible gracias al apoyo de Amsafé, Provincia de Santa Fe, Municipalidad de Rosario; el Concejo Municipal, y la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe. Además acompañan esta iniciativa, por su interés cultural y educativo María de los Ángeles Sacnun, senadora nacional, Alejandra Rodenas, diputada nacional, Carlos Del Frade, diputado provincial.

 

 

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