Alejandro Druetta fue clave en la detención de dos narcos condenados en el mismo juicio que el ex jefe de Policía Tognoli. A uno le secuestró cocaína que, al final, era azúcar. Su vínculo con Pullaro, con Actis Caporale y la acusación de liderar una banda.
La detención del comisario Alejandro Druetta, ex jefe de Contrainteligencia de la Policía de Investigaciones (PDI), que será indagado por ser el presunto jefe de una banda narco posee, además del condimento de otro oficial ligado a los delitos que debía reprimir, el de haber caído a cuatro días de celebrarse las elecciones provinciales.
Para el gobernador y candidato a diputado, Miguel Lifschitz, eso constituye algo “raro”, que lo vincula con un modo poco ortodoxo del proselitismo. Al menos para un sector de las oposiciones, lo raro es tener policías detenidos por narco. Una mirada ilusoria, por cierto.
“Es raro que sea en el cierre de campaña”, dijo Lifschitz en declaraciones televisivas. Y recordó que Druetta había sido pasado a disponibilidad el año pasado por decisión de su gobierno, una vez que una juez federal lo llamó a indagatoria por presunta complicidad con un joven que irá a juicio por tráfico de estupefacientes.
En igual sentido se manifestó el abogado de Druetta, Gabriel Navas, quien afirmó a Radio Dos que su cliente “no es un narco policía” y coincidió con el gobernador: “Es un título fuertísimo que se tira a poco de las elecciones en Santa Fe, hay un componente político”.
Historia de un comisario
¿Quién es Alejandro Druetta, el comisario detenido este miércoles por la Policía de Seguridad Aeroportuaria?
Ex jefe de la Brigada de Operaciones VIII de la ex Drogas Peligrosas, con asiento en Venado Tuerto, Druetta ganó notoriedad pública con la detención, en 2012, del narco de Villa Cañás Andrés Ascaíni, alias Vasco.
Según el acta de procedimiento, lo detuvo con 1,1 kilo de cocaína en su automóvil, un Audi A4. Pero las pruebas de laboratorio establecieron que, en su mayor parte, se trataba de azúcar. Una cocaína infrecuentemente estirada.
La causa por la detención de Ascaíni fue una de las que se anexó al juicio oral en el que el narco fue condenado junto al ex jefe de Policía de Santa Fe y ex Drogas Peligrosas, comisario Hugo Damián Tognoli.
Los defensores del Vascoesgrimieron entonces, en procura de alivianar la situación procesal de su cliente, que la presunta cocaína había sido plantada con tal impunidad que, quienes lo hicieron, no trepidaron en estirarla largamente con azúcar. Igual, todos fueron condenados.
Druetta también “tumbó” a otro narco de la zona sudoeste de Santa Fe. Aldo Totola Orozco, un delincuente con cierto predicamento en el mercado de drogas de la zona de Firmat, también condenado en el juicio oral a Tognoli. Curiosamente, ese operativo se denominó “Azúcar Blanco”.
Tanto Ascaíni como Orozco habían sido denunciados públicamente por narcotráfico por el entonces diputado provincial Maximiliano Pullaro, nacido en esa zona de la provincia. Fue durante una sesión de la Cámara baja.
El ascenso
Cuando Pullaro fue designado ministro de Seguridad –cargo que obtuvo más por sus denuncias sobre narcotráfico que por sus conocimientos previos del tema-, prohijó a Druetta.
Lo llevó a la flamante PDI, la nueva y límpida fuerza policial en la que le ministro se apoyó cuando vio que sus zapatos se encastraban en barro en cada paso que daba sobre la fuerza de seguridad tradicional.
Druetta tuvo una tarea destacada en la “lucha contra el narcotráfico”. Pero ahora, el fiscal federal Claudio Kishimoto y la Procuraduría contra el Narcotráfico (Procunar), entienden que el comisario atendía de ambos lados del mostrador.
En el dictamen que elaboraron para solicitar al juez federal Marcelo Bailaque su detención y llamado a indagatoria, los fiscales sostienen que Druetta era el jefe de una asociación ilícita junto al suboficial Juan Ángel Dal Mastro, Tiburón, condenado a 6 años y 6 meses de prisión por encubrimiento en el juicio a la narcobanda Los Monos.
La causa contra el jefe policial es un desprendimiento de la iniciada en 2012 para investigar al presunto narco Ignacio OjitosActis Caporale. Que cuando iba a ser detenido alguien le avisó de los allanamientos y alcanzó a bajar del avión que lo traía a la Argentina, durante una escala.
Desde entonces Ojito se mantuvo prófugo hasta diciembre de 2016, cuando fue detenido arriba del auto en el que iba a correr una competición en el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires.
Para los fiscales, Druetta conoció a Actis Caporale en la plaza Pringles cuando el entonces adolescente de 18 años vendía troqueles LSD, en 2007.
Desde entonces lo puso a trabajar para él, el pibe creció al igual que el negocio narco. Paralelamente, Druetta utilizaba a Ojitos para que le “marcara” traficantes que eran detenidos y, así, aumentaba el prestigio policial del comisario.
La investigación sobre el policía prohijado por Pullaro nació de un testigo “arrepentido” que relató esa historia ante los fiscales.
Que, además, entrecruzaron datos de varias causas y llegaron a la conclusión de que algunos procedimientos positivos eran solo una fachada, indicó a Redacción Rosario un investigador de la Procunar.
La misma que indicó que Druetta será indagado este jueves por “asociación ilícita y tráfico de drogas”.
La coincidencia temporal de la detención con la visita a Rosario de la ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich, quien dijo que Druetta era “una de las personas que aparecía como confiable, siempre ligado al narcotráfico, pero sin embargo estaba más del lado del narcotráfico que de los ciudadanos”, despertó las comprensibles paranoias preelectorales.