Acostumbrado a andar detrás de escena, más organizando campañas que protagonizándolas, a Germán Martínez le llegó el momento de ser candidato. Es el tercero de la lista de diputados del Frente de Todos que en Santa Fe encabeza Marcos Cleri. En una extensa entrevista con Noticias Piratas realizada el sábado pasado –programa que produce la cooperativa La Masa en Radio Universidad (sábados de 12 a 14, FM 103.3)–, el cientista político y referente de Unidad Ciudadana y la Corriente Nacional de la Militancia analizó el panorama que va de las Paso a las generales, y aseguró: “Lo que está en juego son dos dos modelos de país. Uno concentrado en poquísimas manos o uno que intenta integrar a todos”.
—¿Cómo ves el clima social, el humor de la gente con relación a lo que se disputa en estas elecciones?
—Nosotros tenemos habitualmente, todos los sábados, 25 y 35 mesas de la Corriente de la Militancia en distintos puntos de la ciudad y eso nos permite ir testeando la temperatura del ciudadano promedio que está a veces está más enojado en un momento, más decepcionado en otro, o con mayor nivel de esperanza. El clima es positivo de cara a las elecciones, entre otras cosas porque hubo algunos debates que se lograron instalar en la campaña de la mano de Alberto Fernández que repercuten en la calle.
Ahora, esto no es contradictorio con una operación fuerte del gobierno de mostrar datos de dudosa procedencia, con la idea de instalar la sensación de que se están acercando a Alberto. Yo no sé cómo va a terminar todo esto, pero Antonio Cafiero tenía una frase en el ‘87 cuando competía por la gobernación en Buenos Aires: «Las encuestas pueden decir lo que quieran, pero la sensación térmica dice que ganamos».
—Una de las grandes preocupaciones de estos comicios está centrada en la transmisión del escrutinio por la polémica empresa contrada del Gobierno, Smartmatic, lo que convierte al proceso de fiscalización en una clave de las elecciones. ¿Cómo llega el Frente de Todos a esa instancia?
—Acá en Santa Fe tenemos una ventaja. Venimos de dos elecciones provinciales que nos permitieron diseñar la fiscalización en términos muy importantes, con dos grandes espacios. Por un lado, el sector de Omar Perotti y el nuestro de Unidad Ciudadana enfrentando al espacio conformado por Encuentro por Santa Fe, con María Eugenia Bielsa. Y en las elecciones generales no solamente logramos unificar el dispositivo de fiscalización sino que además de eso, nos permitió cubrir ciento por ciento la totalidad de las mesas de votación e introducir muy bien un sistema propio de conteo rápido que nos dio exacto.
Ahora estamos en otra etapa, no está más la boleta única, el rol del fiscal es más importante, porque se suma la tarea de reposición del voto a lo largo de la jornada, y empieza toda esta cuestión alrededor del sistema principalmente de transferencia de datos, es ahí donde está el principal cuestionamiento. En ese sentido, nuestros apoderados legales se han movido bien y han logrado que se pueda aplicar en todos lados lo que ya se venía haciendo en Santa Fe, que es que pueda haber fiscales informáticos en el centro de cómputos de recepción de los datos. Eso significa que en el Correo, hay fiscales de los partidos políticos que ven como van entrando los datos. Y se agregó que son fiscales informáticos en el lugar donde se transmite el dato, es decir que en cada una de las escuelas va a haber un fiscal del Frente de Todos al lado del donde se está escaneando y transmitiendo el dato al centro de cómputos.
Además, a partir de una aplicación que se diseñó a nivel nacional, vamos a tener prácticamente un escrutinio paralelo. Hay que ver hasta dónde llegamos, porque una cosa es el Estado con toda su infraestructura, y otra cosa es una fuerza política, pero todos sabemos que uno de los principales atributos que tiene nuestro espacio político es la militancia.
Dicho todo esto, que son los cuidados para reducir daños, te digo que si la distancia es importante y tenemos un fiscal por mesa, no hay chance de que nos hagan fraude. Por eso necesitamos todo: laburar mucho el voto para tener la mayor distancia posible y tener un fiscal por mesa para que, además de reponer el voto, garantice un certificado electoral bien confeccionado, con todas las firmas, y que ese certificado sea transmitido por las autoridades de la escuela pero que al mismo tiempo el fiscal se quede una copia para que nosotros podamos contrastar esa información con la que va volcando el centro de cómputos.
—Pensando los votos desde el punto de vista económico, con este modelo neoliberal han sido golpeados los sectores asalariados, los comerciantes, los jubilados y pensionados, los que reciben la Asignación Universal, los industriales, ¿no te parece que no la dan las cuentas al gobierno?
—Muchos hacen especulaciones como la que mencionás, tomando como punto de referencia el resultado del balotaje de 2015, pero yo quiero ganar en primera vuelta. Para eso hay que cumplir una de las dos condiciones que prevé la Constitución Nacional: o sacar más del 45 por ciento de los votos, o sacar entre el 40 y el 45 y una diferencia de 10. Como esa segunda condición me parece difícil, porque más allá de que hay muchos afectados todos sabemos que el oficialismo es una fuerza política potente, competitiva en términos electorales, que tiene los medios de comunicación, las corporaciones económicas, un pedazo de la Justicia, que tiene todo eso acompañándolo yo supongo que va a ser difícil que saque menos de 35 puntos. Va a ser complicado ganarle por el 40 más 10. Hay que ir por el 45 por ciento de los votos.
Necesitamos no solamente una cuestión de rechazo a Macri. En este momento, tanto pensando en las Paso como las generales, tiene que primar una cuestión de afecto con nuestra propuesta. Hay que dejar la calculadora y poner toda nuestra energía en hablar con cada uno, y explicarle qué es lo que está en juego, escuchar mucho, no enojarnos, no putearlos porque hayan votado a Macri en otro momento. Tratar de hablar con todo el mundo y explicar que la nuestra es la única propuesta de país que le puede dar un futuro de esperanza a los argentinos y argentinas.
—¿Y cómo describís que es lo que está en juego?
—Vuelve a repetirse el escenario de 2015, donde quedan clarísimos los dos modelos de país que están en puja y los candidatos son los emergentes naturales de esos dos modelos. Tenés un modelo de país para pocos, concentrado en poquísimas manos, donde un puñado se beneficia y la mayoría la ve con la ñata contra el vidrio y eso tiene en Mauricio Macri su expresión política.
Y por el otro lado estamos con un proyecto de país que intenta integrar a todos, inclusive a los que se ven beneficiados con Mauricio Macri, y esa es una diferencia sustancial de los dos modelos: con el nuestro hasta los que se ven beneficiados con Macri también se van a beneficiar, menos, pero se van a beneficiar. En cambio cuando gobiernan ellos, se beneficia solamente un minoría. Y este modelo de país para todos, creo que ha encontrado en Alberto Fernández una excelente síntesis electoral porque permite dos cosas fundamentales: una enorme capacidad de gestión y una enorme capacidad de negociación para ampliar los límites de nuestra fuerza y conformar una coalición de gobierno y una coalición legislativa que permita fortalecer nuestro espacio político de cara a la enormes transformaciones que vamos a tener que hacer en el rumbo económico.
—¿Cómo se confronta políticamente con una maquinaria que no tiene ningún empacho en decir «no vamos a devaluar, no vamos a endeudarnos, no vamos a despedir, ni a perseguir a los opositores, etcétera», y después hace todo lo contrario?
—En 2015 hubo una campaña mentirosa y engañosa. En la que Macri decía que no iba a tocar nada, que se iba a mantener lo que estaba bien. En el debate de Scioli con Macri quedó absolutamente claro eso. Hoy, en cambio, nos da más posibilidad a los militantes políticos de dejar en claro los dos modelos de país, porque Macri dice «Es por este camino, y más rápido». Y Alberto contesta: «Si es por este camino y más rápido, abróchense los cinturones de seguridad, porque van a seguir tirando argentinos y argentinas por la ventana».
—Por otro lado, el peronismo, el movimiento nacional, logró reestablecer lazos, recuperarse de divisiones y fragmentaciones que tuvo en la última etapa del período 2003-2015, como con importantes sectores sindicales y otros espacios…
—Cierto, me parece que a la recomposición superestructural de nuestro espacio político, recuperando vínculos con el movimiento obrero organizado, con otros sectores que nos habían acompañado en el 2011 y se habían ido en 2013, como el Frente Renovador. Recuperando vínculos con referentes como Felipe Solá.
—Y ampliando hacia un sector que no estuvo incluso cuando se era gobierno, que tiene un peso simbólico importante, como el de Pino Solanas, Victoria Donda, Patria Grande, PTP…
—Hoy hay movimientos muy diversos que están acompañando la propuesta de Alberto Fernández. Qué voy a ir a hacer con un integrante o adherente de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), ¿lo voy a ir a retar porque antes estuvo en otro lugar político? No, hay que ir abrazarlo y decirle que salgamos a buscar a más argentinos y argentinas.