Los jacobinos no comprendieron con claridad los problemas de los campesinos europeos, no avizoraron que a éstos les correspondía el papel principal en la ruptura del orden feudal y a la hora de definir las políticas agrarias, sólo tuvieron en cuenta sus intereses.
Los integrantes de la Mesa de Enlace piden que se establezcan retenciones cero a partir de diciembre del 2020, con ese panorama imaginamos un estado desfinanciado pero a pesar de todo, una desigualdad enorme entre grandes productores sojeros, y el obrero del pueblo.
Estos dirigentes se reúnen en la Capital Federal y centralizan los documentos redactados en mesa de café, en casos asesorados por especialistas del agro negocio, que nada conocen de la idiosincrasias del chacarero del interior, las diferencias ideológicas hacen que las prioridades de distintas entidades se adecuen a puntos generales en común, pero no acuerdan un programa con los verdaderos reclamos de las bases de las entidades federadas del interior.
Lo ideal sería diferenciar volúmenes de producción y segmentar a pequeñas extensiones productivas, y en el caso de economías regionales no aplicar retenciones. Es imposible tener un país con posibilidades para todos los sectores si un pequeño puñado de empresarios agro sojeros no es diferenciado impositivamente al resto de los pequeños productores agropecuarios y más aún al trabajador rural, la rentabilidad del agro en grandes extensiones está más que asegurada con las retenciones actuales, mientras que pequeños productores hacen malabares para poder seguir manteniendo su unidad económica.
Por otro lado, algo muy importante que no debemos dejar pasar es que ningún representante de la mesa de enlace con las diferencias que hay entre sus representados, reclama una regulación del arrendamiento rural, teniendo en cuenta que el propietario del campo se lleva un porcentaje superior al 40% de la cosecha y solo aporta impositivamente al estado en su declaración jurada de ganancia.
Por último dentro de la mesa de enlace se encuentra la Federación Agraria Argentina, entidad que nuclea a pequeños y medianos productores, son el sector más numeroso y con más problemas de acceso a la tierra y con serios problemas de mantenerse en arraigo, para ello debería esta entidad retomar el reclamo fundacional y hacer fuertes pedidos donde se discuta una verdadera reforma agraria donde se limite el atesoramiento de tierras en el país, mientras que año tras año desaparecen de los padrones agropecuarios entre 4.000 a 5.000 familias chacareras.
Comunicado de Bases y Entidades Cooperativas de la Federación Agraria Argentina ante un momento histórico
«La realidad económica que golpea a los pequeños y medianos productores, no se refleja en la tibia posición de la actual conducción ni sostiene la demanda histórica de la centenaria organización nacida del Grito de Alcorta, generando más incertidumbre hacia el futuro.
Entidades nacidas del seno de la FAA, Cooperativas de primer y segundo grado, Filiales con presencia histórica -de las provincias de Santa Fe y Córdoba-, se convocaron el miércoles 21 de agosto en Oncativo, Córdoba, para analizar la realidad de los productores y la pasiva e incomprensible posición de la actual conducción.
Muy a pesar de una cosecha récord -por obra de un clima que acompañó en la mayoría de las regiones agrícolas del país-, como de la inversión realizada en tecnología y fertilizantes, la realidad de una inmensa mayoría dista mucho del relato que se trata de instalar desde hace tiempo y que esconde datos que deberían alarmar no sólo al sector en particular, sino a los responsables de la administración de la política económica y a la sociedad en general.
Esta preocupación es sustentada por la realidad de los pequeños y medianos productores pampeanos y de muchas economías regionales, que sufren la carencia de una política agropecuaria que los contenga. Donde parece que todo el “campo” es igual y en donde el único tema son las retenciones, con una voracidad fiscal que no repara en la pequeña escala a la que pertenecen miles, con el financiamiento a tasas de más del 70 por ciento. Considerar que un típico pequeño productor -tanto pampeano como de las economías regionales- pueda estar cubierto por el valor de sus granos o productos, es darle una partida de defunción para ellos, sus familias, el interior y la comunidad en su conjunto.
Esta pequeña lista de problemas -al sólo efecto de enunciar algunos de actualidad y otros que se arrastran sin resolver en décadas-, se suma a la peligrosa concentración de la producción, la dependencia tecnológica, el avance contra el cooperativismo agropecuario, la carencia de una ley de arrendamientos, en donde una gran cantidad de chacareros se van convirtiendo con sus maquinarias en meros prestadores de servicios y en peones calificados de un gran negocio, del que son artífices con su trabajo, pero la mayoría de la producción no les pertenece.
Por si lo expresado pudiera parecer un reclamo recurrente, sectorial y oportunista, brindamos un dato oficial, arrojado por el último Censo Nacional Agropecuario 2018: existen 40 mil explotaciones menos con respecto al anterior censo. Esto marca de manera palmaria, la verdadera realidad del campo argentino en su conjunto; cada vez menos productores, cada vez mayor concentración y el avance de grandes laboratorios, de la industria agroexportadora y de semillas.
La Federación Agraria Argentina, desde su fundación, supo representar a los agricultores familiares, al interior olvidado, a los pequeños pueblos, a sus cooperativistas. No puede optar por la tibieza ni renunciar a las prioridades que sus hombres y mujeres demandan. Este tiempo exige compromiso y responsabilidad.
El encuentro de hoy, ha definido como agenda de trabajo realizar una nueva convocatoria en la Ciudad de Rosario, con fecha a confirmar para el próximo mes de septiembre. Allí, serán convocadas todas las bases genuinas de las distintas provincias y regiones productivas del país».
(*) Dirigente de la Federación Agraria Argentina (FAA)
