El pasado miércoles 8 de julio, los trabajadores informales del arte y la cultura se reunieron en la plaza Montenegro (San Martín y San Luis) para realizar un “callejerazo” hacía la Municipalidad de Rosario. La quinta intervención de la vía pública fue organizada por la Asamblea de Artistas Callejerxs, Técnicos de Eventos Rosario, Musicxs Unidos Rosario, Cultura en Movimiento, Asamblea Muralistas Rosario, Asociación Civil de Músicos Independientes, y Artesanos Autoconvocados, quienes se unieron para reclamar por la obtención de un subsidio para todos los trabajadores de la cultura y por la implementación de una tarjeta alimentaria, debido a que el bolsón de ocho productos no perecederos otorgado cada 15 días por la Municipalidad no es suficiente. Además, se solicitó que no se reprima a los trabajadores callejeros y que se respete su derecho a trabajar en todos los espacios, como lo venían haciendo antes de la pandemia.
La situación del sector es preocupante: la actividad estuvo parada durante casi 100 días. Además, a lo largo de este tiempo no tuvieron ningún tipo de relevamiento de su condición por parte del municipio ni de la provincia. No se trata de un capricho: el arte y la cultura son el espacio y el camino elegido por muchos. Y las ferias, la posibilidad de juntar el mango para llevar a sus casas. En consecuencia, fue el “callejerazo”, la herramienta de lucha que nace años antes cuando la movida gritaba “El arte callejero no es delito”, la que vuelve a ponerse en funcionamiento por parte de los laburantes del rubro.
Pero también existen otras herramientas: para Federico, miembro de Artesanos Autoconvocados, una de las ventajas fundamentales con las que cuenta el colectivo es “el apoyo de la gente. Esa es el arma fundamental con la que contamos y que consideramos que es muy poderosa. Todo el mundo, o el 90 por ciento de la población mundial, ama a algún artista, artesano, o a alguno de nosotros”. Así, entre reivindicaciones del espacio público y solicitudes de acompañamiento, los creadores de cultura de los espacios verdes marcan las calles y la agenda.
El grupo es heterogéneo: está conformado tanto por trabajadoras y trabajadores vinculados con tareas educativas como talleristas y maestros, docentes de música. También hay payasos, artistas callejeros y productores de esculturas y artesanías, encargados de espacios culturales, músicos y muralistas. Sin embargo, la condición que los ensambla no sólo es su amor al arte, sino también la categoría informal de su sector. Y, aunque esta característica dificulta la posibilidad de contabilizar la cantidad de damnificados dentro del rubro, en los distintos comunicados realizados por los artesanos rosarinos se estima que la crisis afecta a casi 600 familias que viven de este tipo de actividades.
“Lo que reveló la pandemia es que estamos todos en negro, sin ningún tipo de cobertura, sin red”, expresó el artesano en diálogo con El Eslabón. Y completó: “Todos los trabajadores del arte y la cultura estamos en una situación informal. Los únicos que reciben un sueldo formal serían los empleados administrativos, pero a uno que trabaja freelance o directamente en negro, como los artesanos de la feria, la municipalidad no les da ni un tablón ni un caballete”.
Además, Federico comentó que la tarjeta alimentaria es necesaria “para que podamos comprar carne, verdura y la garrafa”, porque “si nos dan solamente productos no perecederos no podemos ni siquiera calentar los alimentos porque no tenemos plata para comprar la garrafa”. En el caso del subsidio, la queja está relacionada a las dificultades que el sector atraviesa para poder paliar la crisis: “En el caso de los artesanos, estamos totalmente endeudados. Se deben todos los alquileres, todas las expensas y los impuestos. Estamos quebrados. Lo mismo el conjunto de la cultura, y ni hablar de aquellos compañeros que todavía son de riesgo y que no pueden volver siquiera a la feria”, detalló.
Otra de las preocupaciones del sector está relacionada al aumento de la curva de contagios que se prevé a partir de las declaraciones del lunes 6 de julio, en las que la ministra de Salud de la provincia, Sonia Martorano, explicó que “estamos entrando en el período más complicado de la pandemia”, por lo que se espera que los contagios asciendan entre el 15 de julio y el 15 de agosto. En ese sentido, Federico advirtió que mientras la curva se acelera su reclamo en torno al subsidio y a una tarjeta alimentar para los trabajadores “toma mucho más valor”. Y sumó: “Las condiciones que faltan para formalizar el trabajo artístico son muchas, por lo que creemos que darle un subsidio a los trabajadores, que la gran mayoría nos encontramos empadronados dentro de la Secretaría de Cultura, sería un buen comienzo para empezar a hacerlo”.
Por su parte, los laburantes del sector realizaron varios intentos para poder recibir colaboraciones tanto del gobierno provincial como del municipal. Después de tocar varias puertas –la de la Secretaría de Cultura, la de Desarrollo Social de la provincia, y hasta la del Ministerio de Trabajo–, lograron obtener una reunión con el municipio, pactada para ese mismo miércoles del callejerazo. A pesar de que existía cierto optimismo entre los concentrados, “quien nos recibió fue el secretario del Intendente y la respuesta fue negativa, tanto a lo que corresponde a la tarjeta alimentaria como al subsidio”, comentó a este medio Analía Bramajo, perteneciente a la feria de la plaza Montenegro y al grupo de Artesanos Autoconvocados. Y añadió: “Todos nos dicen que no. Sólo lo que podemos llegar a lograr de la mano de la gente de Ciudad Futura es que la Guardia Urbana Municipal no nos saque del Parque España, por lo menos este fin de semana”.
Fuente: El Eslabón
Sumate y ampliá el arco informativo. Por 300 pesos por mes recibí todos los días info destacada de Redacción Rosario en tus dispositivos por mail, y los sábados, en tu casa, el semanario El Eslabón. Suscribite en este enlace: Redacción Rosario + El Eslabón. O comunicate al WhatsApp +54 9 341 6407379.
