Como un ciclo siniestro, una vez más, el fuego convirtió el horizonte isleño en una ceja encendida y crepitante que devoró formas de vida, inundó de humo y disparó la ira urbana porque el ciclo no tiene soluciones a la vista. La ley de Humedales, en tanto marco legal, parece necesitar fórceps, pero la esperanza también está puesta en la reactivación del Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná (Piecas); herramienta que impulsa dos objetivos: los Faros de Conservación y la construcción social y política del ordenamiento ambiental del territorio Delta.
El telón de fondo fue más que suficiente para ocupar una de las cinco ediciones de las jornadas “Delito Complejo y Políticas de Seguridad en la Pospandemia”, organizadas por el Ministerio de Seguridad de la Nación. Así, en el marco del segundo encuentro virtual que se llamó Abordaje multiagencial para el control y la prevención de delitos medioambientales, el abogado paranaense Jorge Daneri fue el encargado de “Una visión sobre los delitos ambientales en el actual contexto de gestión institucional del sistema de humedales de los ríos Paraguay y Paraná”. El encuentro fue moderado por Enrique Font, Rector del Instituto Universitario de Seguridad Marítima. Del mismo participó además, el doctor Damián Zaitch, profesor del Instituto de Derecho Penal y Criminología Willem Pompe, de la Universidad de Utrecht.
Desde Ámsterdam, uno de sus lugares de residencia, el letrado que desarrolla su trabajo desde el derecho ambiental en organizaciones ecologistas de Entre Ríos y su cuenca, repasó el tema con El Eslabón. Lejos quedaron los primeros años de la década de 1990, cuando la ecología se hacía un lugar en las tareas escolares como ideal armónico para la casa común, la tierra; y Joan Manuel Serrat preguntaba «padre qué le han hecho al río». Hoy se identifican los delitos verdes como un tema complejo y específico, sobre el cual es necesario avanzar.
¿Por qué se necesita un Derecho Ambiental? “Es una ciencia jurídica nueva que ha venido a producir un quiebre muy fuerte dentro de lo que ha sido durante cientos de años aquello que nació con el Derecho Romano, una división entre derecho público y privado”, respondió. Y dijo que a partir de la crisis ambiental y de civilización que vive el planeta, esta especialidad se involucra en todas las ramas del Derecho, entre ellas, la penal.
“Cuando hice el posgrado en derecho ambiental en 1993, en la Universidad Nacional de Córdoba, éramos siete alumnos”, evocó. Y dijo que desde ese momento viene abordando el tema, con especial foco en humedales. “Tienen que incendiarse las islas para que ingrese en la agenda de las autoridades públicas”, enfatizó. Aunque agregó la sensación de que estaríamos en presencia de un cambio de actitud ante la gravedad de lo sucedido.
En este marco señaló la reactivación del Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná (Piecas). Se trata de un acuerdo interjurisdiccional entre las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe, junto al gobierno nacional, a fin de gestionar los humedales del ecosistema que comparten, y que requiere un uso sostenible, mirada integral y enfoque regional de dicha cuenca.
Para Daneri, el dato alentador es que el Piecas se está reactivando desde febrero y el impulso viene del Ministerio de Ambiente de la Nación, al mando de Juan Cabandié, con un equipo joven formado técnica y políticamente. “Este programa había quedado totalmente frenado en la última etapa del gobierno de Cristina Kirchner y, más grave aún, los cuatro años posteriores fue inexistente, sin ningún tipo de actividad sistemática y seria. Esa inacción ha generado esta situación realmente grave en la que ha habido una omisión del Estado gigantesca, ante escenarios que ya estaban anunciados”, enfatizó.
Ahora, con su reactivación, el Piecas puso en marcha dos acciones de fuste: los llamados Faros de Conservación y la construcción social y política del ordenamiento ambiental del territorio Delta, en una primera y segunda etapa respectivamente. Para Daneri, que estas fichas se muevan en el complejo tablero de ese ecosistema, es relevante. “Nosotros decimos que infelizmente el gobierno de Entre Ríos aparece tarde en todo este escenario y con esta gravedad institucional”, aseguró.
¿En qué consiste esta gravedad? “Se debe a que existen tres leyes en Entre Ríos que declaran áreas naturales protegidas al Paraná Medio, al éjido de Victoria en humedales, el departamento y municipio, a la confluencia de los ríos Paraná y Uruguay, también en humedales, entre otras áreas, pero ninguna de las tres leyes fueron reglamentadas, no tienen el decreto reglamentario y por lo tanto no tienen presupuesto, equipamiento ni personal, no tienen nada”, argumentó.
“Durante años venimos denunciando esto, y acá están las consecuencias que también tienen su razón de ser en que en 2012 y 2013 se quiso privatizar el Delta y sus puertos en todo lo que eran las tierras fiscales o públicas, pero fue tan escandalosa esa sociedad anónima que se quiso constituir por 99 años para producir arroz y soja, que no se concretó”, relató sobre las miles y miles de hectáreas de áreas naturales protegidas que intentaron privatizarse. “Esto fue tan escandaloso que se derogó a los dos meses por la misma Legislatura que lo había aprobado”, comentó.
“Por eso, nosotros hacemos una apuesta mucho mayor a la que está liderando el Ministerio de Ambiente de la Nación y a lo que Entre Ríos pueda hacer, ya que están los mismos personajes”, explicó Daneri. Y señaló “una responsabilidad de la Secretaría de Ambiente de esta provincia y de su Fiscalía de Estado muy grande. El gobernador (Gustavo Bordet) tiene que prestar atención a esto urgentemente. El cómo preste atención a esto, es una cuestión de su discrecionalidad, pero hay responsabilidades políticas muy grande por parte de las autoridades ambientales en Entre Ríos”.
Ley de Humedales
¿Por qué la ley de Humedales viene más conversada que partido de truco? La Cámara de Diputados comenzó a debatir los proyectos que existen al respecto en la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano. La iniciativa busca definir presupuestos para el uso racional y sostenible de estos ecosistemas. No es la primera vez que se ventila el tema entre las bancas, pero tampoco son nuevas las presiones para que no vea la luz.
“En el tema de la ley de Humedales, sin lugar a dudas, hay diversos intereses que no quieren que avance y que han logrado hasta ahora que no tengamos la ley de presupuesto mínimo para su protección”, dijo el especialista. ¿Cuáles son esos intereses? “Sin lugar a dudas la Sociedad Rural Argentina, otras organizaciones del campo, otros intereses como los mineros”, reseñó. Y agregó que no se puede pasar por alto que “la mayoría de las arenas que van para Vaca Muerta, se están extrayendo del Delta argentino; es decir, hay intereses muy fuertes donde una ley de protección de los humedales molestaría mucho e impediría incluso algún tipo de estos usos, tal como se los ha venido gestionando hasta ahora, incluso incumpliendo la legislación ambiental nacional y provincial vigente”.
Con respecto a las actividades que generan el impacto ambiental pernicioso en lo que debería ser un vergel y termina siendo un paisaje de troncos ennegrecidos y animales arrasados por las llamas, Daneri dijo que más bien se trata de una confluencia de factores: “Hay causas que generan lo que nosotros denominamos impactos acumulativos, una es la cultura de la quema. Con o sin autorización, la gente ha seguido tratando de utilizar esta actitud para que venga el rebrote y eso supuestamente beneficie a la ganadería en islas”.
Además, consideró que en la actualidad los impactos acumulativos se potenciaron. “Hay un deseo de destruir estas áreas protegidas por actores que no puedo identificar con nombres propios, obviamente porque no tengo elementos suficientes para decir fulano o mengano, pero su nivel de alevosía y de gravedad pesan, junto a la enorme y sostenida bajante del río, que ha secado numerosas áreas de humedales y generado una seca compacta muy grande, más las elevadas temperaturas en invierno por procesos de cambio climático”, argumentó.
Para Daneri, justamente, el gran tema es el cambio climático y su adaptación. “Todo esto que está pasando ahora en el Delta fue anunciado y la política no ha estado a la altura de las circunstancias para anticiparse, para generar por ejemplo lo que ahora sí arranca, que son los Faros de Conservación y el proceso de ordenamiento ambiental del territorio, esto es, determinar qué usos van a estar permitidos o prohibidos, y esto, a los intereses concentrados les genera mucha preocupación y mucho dolor de cabeza”, enfatizó.
Los Faros de Conservación se están ejecutando en el Parque Nacional Islas del Delta, del lado de Santa Fe y en el Parque Nacional Pre Delta de Entre Ríos, y se están identificando otros cinco núcleos. Su implementación incluye personal, embarcaciones, tecnología de punta, entre otras herramientas.
Para Daneri, no hay que pasar por alto que “hay una cultura muy sana en las islas de puesteros, pescadores, incluso de pequeños productores agrarios, que están siendo desplazados por este modelo de grandes propiedades. Un ejemplo es el juicio que devino en sentencia judicial, que es una pieza jurídica y política excepcional, que determinó que una empresa holandesa no podía hacer soja con agroquímicos y endicamientos en diez mil hectáreas en el ejido de Victoria, Entre Ríos. Fue un fallo histórico y cuesta una enormidad que la gente, estos sectores minoritarios pero con mucho poder, sigan construyendo endicamientos para la producción agraria en humedales”, explicó.
Además, dijo que en la actualidad, “en los humedales de Victoria, Ibicuy y Gualeguaychú, como en los de Uruguay y Paraná Medio, se puede hacer una ganadería en total armonía con los servicios ambientales que presta el Delta. También se puede pescar, hacer avicultura, pero no se puede hacer agricultura pampeana con agroquímicos, esto está expresamente prohibido por las ordenanzas y leyes vigentes”.
“La prohibición que está vigente es la pampeanización del Delta, es decir, la producción de soja con agroquímicos, porque se considera vigente la ley de arrendamientos de tierras fiscales en estos ecosistemas”, señaló Daneri. Y dijo que estas normas rigen para el área natural protegida del ejido que va desde la ruta que une a Victoria con Gualeguay, hasta Villa Constitución.
Humedales. ¿A qué se llama humedal? A zonas donde el agua es el principal factor controlador del medio y la vida vegetal y animal asociada a él; se dan donde la capa freática se halla en la superficie terrestre o cerca de ella, o donde la tierra está cubierta por aguas. Son cunas de diversidad biológica con innumerables especies vegetales, animales con altas concentraciones de aves, mamíferos, reptiles, anfibios, peces e invertebrados. Esto sólo puede mantenerse si se permite que los procesos ecológicos de los humedales sigan funcionando. Por insólito que parezca, son los ecosistemas más amenazados del mundo, por conversión, contaminación y sobreexplotación de sus recursos.
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