La gestión de Alberto Fernández deja en claro su apuesta por la integración y la democracia, y lo coloca en las antípodas del gobierno de Macri, enemigo de los procesos populares, golpista y defensor de la soberanía del Reino Unido en Malvinas.

El relanzamiento del gobierno argentino tras las Paso, y el cambio del ministro de Relaciones Exteriores (salió Felipe Solá y lo reemplazó Santiago Cafiero) es una buena oportunidad para hacer un breve balance en torno a la política exterior en lo que va de la gestión de Alberto Fernández. Acaso el rasgo más claro y contundente sea la fuerte apuesta por la integración regional, fortaleciendo organismos multilaterales que no responden a los dictados de EEUU, como la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), y su incorporación al Grupo Puebla. El gobierno argentino literalmente salvó la vida al por entonces presidente electo de Bolivia, Evo Morales, y condenó con firmeza la dictadura de Yanine Áñez que se impuso a sangre y fuego tras el golpe de noviembre de 2019. 

La Argentina condenó sin tibieza a la Organización de Estados Americanos (OEA) y Alberto Fernández acusó de golpista al secretario general de ese organismo, Luis Almaro, y pidió que sea juzgado.

Esta apuesta por la democracia y la voluntad popular lo ubicó en las antípodas de la derecha regional, representada por entonces por Mauricio Macri, Sebastián Piñera (actual presidente de Chile), Lenin Moreno (ex mandatario de Ecuador), Iván Duque (presidente de Colombia), Jair Bolsonaro (presidente de Brasil) y Mario Abdo Benítez (presidente de Paraguay). 

Copa “Entregadores de América”

Los representantes de la derecha quieren ser los preferidos del Imperio, y compiten entre sí para ganarse el lugar del mayor y más feroz enemigo de Venezuela, Cuba, Nicaragua, los movimientos sociales, los pueblos originarios, las construcciones colectivas y la soberanía. Y obviamente trabajan para destruir Unasur y Celac.

La Cancillería argentina, en cambio, y el propio presidente, condenaron duramente, y en reiteradas oportunidades, foros y encuentros internacionales, los criminales bloqueos que sufren estos países, medidas que se mantuvieron, y hasta se profundizaron, incluso durante la pandemia, lo que demostró una crueldad sin límites y un gran desprecio por la vida.

El presidente argentino también acusó al por entonces mandatario de EEUU, Donald Trump, por formar parte de los que perpetraron el golpe en Venezuela. Y puso en marcha una investigación para averiguar si el gobierno de Mauricio Macri envió armas y municiones para masacrar a las niñas, niños, mujeres y hombres que salieron a protestar en Bolivia. Hasta ahora, los indicios, documentos y testimonios apuntan a la colaboración de la gestión Macri con los crímenes de lesa humanidad cometidos durante y después del golpe.   

El gobierno argentino retiró la demanda por presuntos “crímenes de lesa humanidad” contra Nicolás Maduro. La acusación fue presentada por Macri y sus aliados de la región, y es un caso más que ubica a la gestión Fernández en las antípodas del gobierno que lo precedió.

Argentina envió ayuda humanitaria a Cuba en el marco de la pandemia. Envió jeringas y otros insumos, pero no vacunas, como dijo la mentirosa serial Patricia Bullrich, rápidamente desmentida.

Y en el caso Venezuela, además de condenar las sanciones unilaterales de EEUU, el presidente argentino se ofreció a mediar en el diálogo entre el gobierno y la oposición.

La furia y las mentiras de Clarín

“El presidente argentino, Alberto Fernández, dijo el viernes (30.07.2021) que la Organización de Estados Americanos (OEA) «tal como está no sirve» y que «es un escuadrón» que avanza sobre los «gobiernos populares» de América Latina”, señala Clarín sin poder disimular su furia y su adicción a las noticias falsas. La volanta de la nota, en rojo, dice “Tensión regional” (nunca se produjo) y en el título afirma que el presidente “arremetió” contra la OEA, verbo que nunca usan para los dirigentes de derecha, que sólo “critican”, “objetan” y otras finuras. 

“Durante un encuentro virtual por el segundo aniversario del foro Grupo de Puebla, Fernández señaló que los años del gobierno de Donald Trump (2017-2021) en EEUU «hicieron que la OEA no fuera un lugar de encuentro para América Latina», sino «una suerte de escuadrón de gendarmería para avanzar sobre los gobiernos populares»”, señala Clarín.

“La OEA tal como está no sirve. El primero que tiene que hacer mea culpa es el señor (Luis) Almagro por la cantidad de cosas que ha hecho”, señaló Fernández y agregó que “también la institucionalidad de EEUU por haber propuesto y sostenido a un hombre como Almagro”, sigue la nota, que también menciona que el presidente argentino añadió que el accionar de la OEA en Bolivia “necesariamente tiene que ser investigado y tiene que ser juzgado”, respecto de irregularidades denunciadas en las elecciones presidenciales celebradas en 2019, cuando había triunfado Evo Morales.

Es notable cómo la misma noticia, con idénticas declaraciones, tiene otro tono, otro marco, otro contexto, en otro sitio de noticias, por ejemplo Deutsche Welle (DW), servicio de radiodifusión internacional financiado por el presupuesto fiscal federal alemán. DW titula “Fernández dice que OEA es «un escuadrón» contra gobiernos populares” y en la bajada señala “El presidente argentino también criticó las sanciones aplicadas a gobiernos como los de Cuba y Venezuela, acusados de violar los derechos humanos”.

La Nación con manos de seda

El 27 de mayo de 2021 el diario de los Mitre tituló “Mauricio Macri, sobre Venezuela: «La decisión de Alberto Fernández indigna»”.

“El ex presidente criticó con dureza la decisión del Gobierno de retirar su apoyo a la demanda contra Nicolás Maduro en La Haya”, dice la bajada. Macri no “arremete” ni “embiste”, a lo sumo “critica con dureza”.

“Tras conocerse que el gobierno argentino retiró su apoyo a la demanda contra Nicolás Maduro en La Haya, el ex presidente Mauricio Macri calificó de «indignante» la decisión de la administración de Alberto Fernández y sostuvo que de esta manera «se decidió estar del lado del dictador»”. Con un hilo en su cuenta de Twitter, el ex mandatario publicó este jueves un texto titulado: “Argentina alineada con la dictadura de Nicolás Maduro” y expresó su posición respecto de la sorpresiva medida adoptada por el país.

“Hace unas semanas el gobierno argentino retiró su apoyo a la demanda presentada frente a la Corte Penal Internacional para que se investiguen las violaciones a los derechos humanos que suceden en Venezuela. Argentina había sido parte del bloque de países que años atrás pidió que se investigue a Maduro por delitos de lesa humanidad como torturas, ejecuciones y violaciones. (Cabe recordar que el informe de 2019 de la ONU confirmó que estas prácticas tienen lugar en Venezuela)”, señaló Macri.

Y en cuanto al tema Malvinas, las diferencias no pueden ser más tajantes: Para el gobierno de Macri “son británicas”. Para el de Alberto Fernández (que reiteró el reclamo en Naciones Unidas) son argentinas.

La puja entre la derecha regional (que demostró estar dispuesta a todo) se desarrolla con virulencia. El resultado es cambiante, fluctuante, incierto. Pero lo único seguro es que los enemigos tienen mucho poder. Y que se necesita mucha unidad e integración regional para hacerles frente.

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