Jardín Provincial N°1

“Haciendo historia, entramando sueños, mirando el mundo con los ojos nuevos. Alojando amorosamente a las infancias en un Jardín de Infantes público que enseña, resiste y sueña”. Así llega a los 50 años el Jardín Provincial N°1 Alida Charro: con motivos más que valiosos para festejar.

La expresión anterior está estampada en una tarjeta, que circula a modo de invitación, para estar este viernes 29 de octubre, a las 10, en la puerta del Jardín de Ferreyra 1348 bis. La calle estará cortada, habrá un escenario facilitado por la “escuela amiga” y vecina que es la 116 Santiago del Estero, familias invitadas y niñas y niños protagonistas, como debe ser en una celebración dedicada a las infancias y quienes trabajan para ellas.

Por esa misma razón de que las niñas y los niños “merecen el mayor de los respetos”, estarán ausentes los “discursos de personas adultas hablando diez minutos”, solo lo estrictamente protocolar para un aniversario de 50 años. Sí estará la Banda Maestra, compartiendo un número artístico para el Jardín. Es un grupo armado desde Amsafé, integrado por maestras y maestros que hacen música.

Toda la información que rodea a este festejo tan especial la comparte la directora del Jardín N°1, Andrea Fernández. “Más que un cumpleaños feliz, son felices cincuenta años de alojar infancias en la escuela pública”, sintetiza sobre el aniversario y dice que esa idea resume un claro posicionamiento que sostienen en lo cotidiano.

Jardín Provincial N°1
El espacio físico del Jardín 1, una de sus fortalezas.

El Jardín 1 nace en la zona sur de Rosario, alrededor de un Centro de Acción Familiar (CAF), y con el tiempo pasa a depender del Ministerio de Educación. Buena parte de su historia está unida a la Escuela Primaria N°116 Santiago del Estero. En 1994, a poco de cumplir las Bodas de Plata, inaugura su nuevo edificio.  El nombre de “Alida Charro” es en homenaje a una supervisora -quien falleció muy joven- que tenía a su cargo varios jardines de la zona del N°1.

Actualmente, el establecimiento tiene una matrícula de 210 niñas y niños, en las salas de 3, 4 y 5 años. Andrea destaca que la pertenencia de las docentes que trabajan en el Jardín N°1: lo eligen y se quedan para siempre, y eso también la incluye a ella. Lleva 30 años en la docencia, una carrera que está vinculada en sus comienzos al Jardín 1, luego en otros espacios de nivel inicial. En 2018, con un alto puntaje logrado en el concurso de ascenso, regresó al jardín. “Pude tomar la dirección y volver a mi primer amor. Será hasta que me jubile”, dice feliz de la decisión.

Una de las razones que hace tan especial a este jardín ubicado frente al Parque Alem -afirma Andrea- “es que ha tenido siempre, con distintos modos de gestionar, propuestas pedagógicas muy potentes”; además de que “siempre se han armado grupos estables de maestras, porque es un jardín donde la gente llega y se queda”

Cuando habla de las fortalezas de este jardín público, nombra el espacio físico del que dispone y “al que nunca se traicionó poniendo más cemento que el indispensable”. También “la pluralidad de miradas y de cruces en la comunidad”, que se da al recibir niñas y niños de Arroyito, Empalme Graneros y Ludueña. Y la fortaleza de la inclusión educativa, trabajan en común con las Escuelas Especiales 2010 y 2081.

La alfabetización inicial, integral y cultural en los múltiples lenguajes; la Educación Sexual Integral (ESI), y el cuidado propio y del ambiente son los tres grandes caminos -explica la directora- por los que transitan todas las propuestas pedagógicas del Jardín 1. Aunque remarca que el primer lugar en todo siempre la tiene el juego: “Jugar, siempre jugar”. Una prioridad fortalecida tras el tiempo de aislamiento en la pandemia.

Jardín Provincial N°1
Un encuentro docente de capacitación, entre las actividades para celebrar el aniversario del Jardín 1.

En esa mirada lúdica -cuenta Andrea- también se inscriben distintas actividades pensadas por los 50 años. Por ejemplo, un encuentro que hicieron con docentes y directoras que pasaron por el jardín donde compartieron una merienda y el relato de historias con mantas contadoras. Y también una capacitación realizada el sábado pasado con un taller sobre el derecho a jugar, al que se sumaron maestras de jardines de la zona, coordinado por el programa Jugada Maestra también de Amsafé.

La celebración del 50 aniversario se da en el mes de la identidad (el 22 de octubre es el Día Nacional de la Identidad, recuerda el accionar de las Abuelas). Andrea dice que además de haber adherido a esta campaña de derechos humanos, también festejan tener una identidad que las posiciona ante las pibas y los pibes, “que es un profundo compromiso con las infancias. Eso es lo que nos identifica”.

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