Esto de sostener el formato de periodismo impreso en tiempos de tanto vértigo megainformativo obliga cada vez más a apelar a aquello de “al cierre de esta edición….”, para explicar por qué tanta cosa que este periódico abordaría no se va a encontrar en las páginas de “esta edición”, que está en pleno “al cierre” en la nochecita del jueves 9 de diciembre, esperando que lleguen desde la plaza 25 de Mayo las fotos de la Ronda, que esta semana se congrega en defensa del derecho humano a la no persecución política de un grupo de personas entre las que se cuenta Nadia Schujman. Para la enorme mayoría de quienes habitualmente leen este y otros periódicos, diarios, portales, Nadia no necesita presentación. De todos modos, en las páginas de esta edición sí se va a encontrar data sobre su trayectoria y valores, reflejados en comunicados y pronunciamientos de numerosas organizaciones y personalidades. “La Nadia es el Otro”, es la consigna que sumamos desde la cooperativa La Masa, que produce este semanario, con el que tozudamente jugamos “nuestro papel en la calle” desde hace más de veinte años, cuando fue lanzado por un puñado de muchachos entre los que se cuenta Juane Basso Feresin, a quien desde su súbito y conmocionante fallecimiento en marzo pasado extrañamos a mares; y mares enormes, sí, pero no tanto como los que periódicamente inundan los ojos de Nadia, que tuviera en Juane a su compañero de vida, al padre de sus hijos Pedro y Juana.
Que quede claro entonces que nos une con Nadia y con Juane y con Juana y con Pedro un vínculo de amores y dolores compartidos, muy personal; y también muy Político, así con mayúsculas. Con esas emociones y convicciones trabajamos siempre, nunca nos paramos desde la supuesta objetividad periodística, desde la falaz asepsia ideológica, desde la robotizadora mirada “desde afuera”. Acá calibramos la lente de la cámara con aceite verde y salimos a las canchas a jugar siempre con la misma camiseta, con el objetivo de cumplir el mismo papel, ese que nos impide contar con más cobertura de la movida en la Ronda de este jueves de nochecita de cierre en la redacción en la que apenas quedamos un par, porque el resto está ahí, en la plaza, acompañando a Nadia. Por eso tampoco podemos dar cuenta de cómo una vez más, en este caso por iniciativa del Museo de la Memoria de Rosario, nos atraviesa otro homenaje a Juane este 10 de diciembre, que para nosotros acá en la redacción de cierre es mañana y para ustedes, compalectores, es por lo menos ayer. De la jornada del 10 nos queda en el tintero y las rotativas otra cosa más de las que sentimos importantísimas: la movilización en plaza de Mayo con Cristina, Lula y Alberto como protagonistas centrales.
Lo que nunca, pero nunca más, nos queda atragantado, es expresar que nosotros y nosotras queremos ser así, de los que viven el Amor como Política, lo personal como acción colectiva, la plenitud como banderas que el viento abraza sople desde donde sople. Este es el ejército que nos cuenta en sus filas, estas palabras son ahora nuestras armas, que no vamos a bajar ni ante el odio que enfrentamos ni ante el dolor que supura en cada homenaje que rendimos a los que extrañamos tanto.
“Rendimos”, se escribió, así en el borbotón de sentimientos que se disparan con fragor y así también se releen enseguida, no para arrepentirse, sí para intentar que se entienda lo mejor posible cada cacho de pasión que aquí se imprime. Acá, rendir solo se rinde homenaje, tributo. Y se remarca y se reitera que lo de rendir como borrarse, como correrse del rumbo, como rendirse, no se baraja. Porque acá, acá no se rinde Nadia ni nadie.
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