El destino de los aliados. Anarcocapitalismo en los Estados Unidos. Rusia y China, crecen. La ilusión del belicismo; la ilusión del poder blando. El mar Rojo. La Resistencia en Asia Occidental. Javier Milei, Gustavo Petro y ciertas inquietudes. Donald Trump en la pole position.

Amistades

Los Estados Unidos suelen ser crueles con sus aliados. Sin ir más lejos, basta pegar una mirada a la situación de Ucrania, por un lado, y de Alemania, por otro. El panorama se presenta más claro si se comprende que tanto la potencia del Norte como sus esforzados amigos, tienen en el seno de sus gobiernos representantes del capital financiero que orienta a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN); esa cúspide no toma en cuenta instituciones ni pueblos alineados con Occidente, sino que los emplea según sus necesidades y proyectos. Cuando llegó, cristal de amor; cuando se fue, voz de rencor.

Desde ya que hay mucho más para incluir en la grilla, pero si nos detenemos apenas en esos tres espacios “nacionales” podemos observar abruptas caídas en cada PBI, desindustrialización, disminución de la presencia estatal en la vida social, graves problemas humanitarios, endeudamiento, pérdida de recursos naturales locales, quiebres en la vida cotidiana y priorización de las finanzas y las armas a la hora de destinar los ahorros de la población y las cargas impositivas.

Los volúmenes históricos son distintos. Norteamericanos, alemanes y ucranianos (en ese orden) parten de situaciones diferenciadas. El haber regido el planeta por largas décadas y haber succionado riquezas mediante la moneda universal, y los variados logros obtenidos a través de invasiones directas y de entreguistas circunstanciales, son factores que facilitaron al Tío Sam una dimensión inigualable. Pero en la actualidad la catástrofe humanitaria que atraviesa denota que ya no hay en su administración zonas que aborden la contención social, la salud y la educación.

Con Ronald Reagan, George Bush padre e hijo, Barack Obama y Joseph Biden, los Estados Unidos fueron aplicando esto que con aires innovadores se denomina anarcocapitalismo: el dominio de las más grandes empresas privadas por sobre toda entidad pública. Si, la receta de dejar todo en manos de las corporaciones no es un invento argentino; fue surgiendo desde el seno mismo del Imperio durante la hegemonía del Consenso de Washington. Si en los tramos previos se asentó en la expoliación de otras naciones, la misma lógica de acumulación rentística derivó en la aplicación de un modelo equivalente puertas adentro.

Claro que el empujón que una parte de la humanidad está fomentando para correr ese esquema y elaborar uno más razonable es lo que lleva a la pulseada presente. De otro modo, esta magnífica especie, única en el Universo según los registros de telescopios bien potentes, podría languidecer hasta introducirse por completo en el orificio sin fondo de algunas de las firmas que confluyen en Davos, Bilderberg y más allá. En línea, este periodista estima que uno de los grandes problemas que las mismas deben afrontar es que, al elevarse de subdesarrollados a emergentes, las naciones multipolares han fortalecido sus estados, impulsado la investigación científico técnica, priorizado sus industrias y mejorado la calidad de vida de sus poblaciones.

Para colmo, y a pesar de las diferencias entre sí, se han asociado. Existen dos líneas de articulación, ambas trascendentes: el ensamble China – Rusia – Irán, y la vinculación BRICS + y OPEP +. Cuando los esperanzados voceros periodísticos occidentales auguran confrontaciones entre esos protagonistas del presente en proyección argumentando diferencias históricas, conceptuales, organizacionales, no logran atisbar que precisamente en esa heterogeneidad radica su potencial. En estas Fuentes se ha dicho: están los que integran y están los que excluyen. Mientras, como vimos, el Norte abruma a sus aliados, la Multipolaridad los ayuda a crecer.

Europa

Pocos días atrás, el investigador económico Michael Hudson lanzó algunos trazos que permiten visualizar el trasfondo de la actualidad.

“Bueno, son los Estados Unidos los que dicen que Ucrania está estancada. Lo que quieren decir es que las contraofensivas de Ucrania han sido totalmente ineficaces. Ucrania ha perdido la guerra (…) el señor Zelensky está enviando a todos los ucranianos que puede encontrar, especialmente a los ucranianos húngaros, a los ucranianos de habla rusa y a los ucranianos rumanos, a la lucha para que los maten. Entonces, tal vez (los norteamericanos) podamos convencer a Rusia de que no limpie, no asegure su victoria. ¿Por qué no decimos simplemente que estamos en un punto muerto y dejamos las cosas como están ya que están ganando con tanta fuerza?

Rusia ha dicho: Ya hemos fijado las condiciones para nuestra paz. Por supuesto, podemos negociar en cualquier momento. Nuestros términos son: simple y total rendición. Vamos a deshacernos del nazismo. Nos aseguraremos de que Ucrania nunca se una a la OTAN. Y vamos a asegurarnos de que los rusoparlantes y Crimea sean parte de Rusia. Entonces, cuando quieran negociar, es decir, decir sí a nuestros términos, estaremos encantados de hacerlo. Pero mientras tanto, nos quedaremos aquí sentados. Y si quieres enviar más y más tropas, está bien.

Ahora, los estadounidenses piensan que, está bien, si Rusia no toma más territorio, es un empate. Pero en realidad no es un empate. Si lees los discursos del presidente Vladimir Putin y los discursos del Secretario de Asuntos Exteriores Serguèi Lavrov, dicen: Bueno, Ucrania es sólo la punta del iceberg. Estamos hablando del panorama general. El panorama general es, por ejemplo, que Rusia se convirtió el 1 de enero en el administrador principal de los BRICS+. Y mientras tanto, Estados Unidos está perdiendo la lucha en todo el mundo. Está perdiendo la lucha económica contra Rusia y China. 

Rusia está aumentando su producción industrial, no sólo militar, sino también en la producción de aviones y automóviles. China está creciendo y Estados Unidos no. Y, sobre todo, Europa está entrando en una depresión provocada por el colapso, o mejor dicho, la destrucción de la industria alemana como resultado de las sanciones contra Rusia. Y también las sanciones que Estados Unidos insiste en que Europa imponga contra China. Estados Unidos le ha dicho a Europa que en realidad sólo se puede comerciar con nosotros y nuestros aliados de la OTAN.

-Queremos que reduzca su comercio con China, dice Estados Unidos, y el jefe de la Unión Europea, el señor Josep Borrell, dijo a China: Bueno, ya sabes, China, importamos mucho más de lo que exportamos. Tiene que estar parejo. Y China dijo, bueno, hay muchas cosas que nos gustaría importar de ustedes, los europeos, como la maquinaria de grabado ultravioleta para fabricar chips que fabrica Holanda. Y Borrell dice: Oh, no podemos, Estados Unidos no nos permitirá enviarles ni venderles nada que potencialmente se utilice en el ejército. Y China dice, bueno, cualquier cosa que pueda usarse económicamente puede ser militar porque el ejército es parte de la economía.

De modo que Europa se está aislando voluntariamente, limitando su comercio y sus inversiones a Estados Unidos, cortando el comercio con Rusia. Y sin el gas y el petróleo rusos, la industria manufacturera, la industria química, la industria de fertilizantes y la agricultura alemana, francesa e italiana seguirán contrayéndose. Y entonces, el estancamiento del que habla Estados Unidos realmente significa que estamos reduciendo nuestros aliados en Europa. Estamos perdiendo el tercer mundo. Y lo que está sucediendo en Ucrania, luchando hasta el último ucraniano, ahora parece una lucha similar en el Cercano Oriente, donde parece que hay un punto muerto similar, que realmente ha estado inflamando a la mayoría global del mundo y al Sur global.

Creo que los estadounidenses ya se han dado cuenta de que van a perder la guerra en Ucrania. Y el problema, como se lee en el New York Times y el Washington Post, y especialmente el Financial Times, es que si perdemos la guerra en Ucrania, ¿cómo ganará Biden las elecciones de noviembre? Debido a que ha estado presionando, toda su política parte de pretender que podemos destruir a Rusia. Dijo que nuestras sanciones van a provocar el colapso de la industria rusa. El pueblo ruso se enojará tanto con la guerra que habrá un cambio de régimen. Derrocarán al señor Putin y podremos incorporar a otro Boris Yeltsin que realmente destrozará a Rusia de la misma manera que nuestros asesores neoliberales lograron destrozarla en los años noventa.

Bueno, eso no ha sucedido. Entonces, ¿qué va a pasar? Bueno, la gente de relaciones públicas del Partido Demócrata se reunió y todos decidieron: Está bien, lo que queremos decirle a la gente es que realmente no importaba Ucrania. No importa porque no tenemos que ganar en Ucrania porque Estados Unidos puede luchar [con] una especie de poder blando. Y tenemos otras formas de dominar el mundo y mantener a Estados Unidos en el número uno, aunque estemos desindustrializando nuestra economía. Aunque seamos el mayor deudor del mundo, podremos dominar. Y el nuevo impulso de relaciones públicas del Partido Demócrata es lo que se llama ´poder blando´”.

Difícil decirlo con mayor claridad.

Esa es la verdad: restregarse con arena el paladar.

Vamos entonces sobre algunas noticias, y evitar así que los factores puntuales sean narrados ante la opinión pública a la bartola, generando inconsistencias analíticas.

Breaking news

El canal de Suez es la ruta marítima más corta entre Asia y Europa. Por allí transita el 15% del comercio oceánico mundial; la interrupción de su navegación fuerza a los comerciantes a utilizar alternativas, lo que a su vez provoca retrasos en la entrega de determinadas mercancías y aumento de costes. Zarpamos con un ejemplo: el fabricante estadounidense de coches eléctricos Tesla tiene previsto paralizar la mayoría de los talleres de su planta en Alemania un día después de la salida de este artículo, el 29 de enero, debido a la escasez de componentes. La empresa sueca Volvo Cars suspenderá la producción de automóviles en su planta de la ciudad belga de Gante varios días a la semana por los retrasos en el suministro de piezas.

Por tanto, Europa, en una recesión combinada con alza de precios no puede recortar las tasas de interés en 2024. Además, el aumento del coste del transporte marítimo de contenedores incrementará la inflación a lo largo del año. Todos aguardan la publicación del Índice de Actividad Empresarial del Viejo Continente para indagar ¿qué pretende usted de nosotros, Joseph Biden? El diario emiratí Al Ain, que desconoce la comunicación de masas pues al igual que el Financial Times se dirige a un público en extremo selecto, se pregunta y se responde: “¿Es posible que Europa evite las secuelas de la crisis del mar Rojo? La respuesta es no. Cuanto más dure este conflicto, más afectará a las empresas europeas y a las economías occidentales en su conjunto”.

Es preciso ser sincero y ventilar las verdades, pues la imputación circula igual. La acción intensa de los yemeníes en el estrecho de Bab el Mandeb evidencia una coordinación de Ansarallah, a través de Hezbollah -Líbano- con la Guardia Revolucionaria Islámica -Irán- y en definitiva con el conjunto de la Resistencia instalada en la región. Todas, organizaciones político militares con representación masiva, y no grupos terroristas como pretenden los embusteros que dicen lidiar por la democracia.

El tráfico por el mar Rojo ya mermó a la mitad en comparación con el año pasado; las cadenas de suministro están restringidas; los barcos que llevan alimentos deben buscar rutas alternas y entregan cargamentos vencidos, que los receptores se niegan a abonar. Las compañías aseguradoras occidentales no se sacrifican por la OTAN y solo ofrecen cobertura a naves chinas y rusas, dejando a la intemperie a las demás. Eso no es todo, pues los movimientos originan modificaciones afuera, y adentro. Lo que hace falta es empacar mucha moneda, Vender el alma, rifar el corazón.

De hecho, Ansrallah consolidó su presencia en el propio territorio. Como vimos en ediciones previas, el panorama de la nación más empobrecida de Oriente Próximo era muy complejo y sin definición encapsulada a la vista. La vertiente, configurada básicamente por hutíes -un tercio de la población- de religión zaydi -vinculada al chiísmo-, viene enfrentando hace casi una década el hostigamiento persistente de los Estados Unidos, Gran Bretaña, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes, sin ceder terreno ni claudicar banderas. Pero ahora, con su posicionamiento internacional decisivo, incrementó la influencia sobre las Fuerzas Armadas del país así como su prestigio ante otras franjas internas.

Es que el otro factor a tomar en cuenta para retomar el panorama, es que los Estados Unidos, al respaldar a Israel en el genocidio desplegado sobre la población gazatí, vienen cayendo en la consideración pública global con la velocidad de un avión MIG-25. China acaba de acelerar la batalla mediática al denunciar que desde la Segunda Guerra Mundial la potencia norteña provocó 201 de los 248 conflictos armados registrados en el planeta. Aunque muchos ya lo sabían, posicionar el dato implica advertir que los multipolares no creen en nada que surja desde esa región americana. Encima, al presidente ruso Vladimir Putin se le ocurrió reclamar la propiedad de Alaska; una movida sagaz que debería ser observada por la Argentina.

Sin embargo, la Argentina no está para sutilezas. El presidente Javier Milei volvió a sorprender señalando ante la CNN, un par de días atrás, que el jefe de Estado de Colombia, Gustavo Petro “es un comunista asesino que está hundiendo” su país. El desborde resultó ostensible: ni siquiera Biden llega tan lejos cuando polemiza con su adversario chino Xi Jinping. Apenas briznas de cólera cercanas han surgido en el vínculo Zelenski – Putin ¿La nación austral está en guerra con Colombia? Si no lo está, las declaraciones contundentes desde un medio internacional contienen demasiadas inquietudes.

Por un lado vale señalar el ambiente. La institucionalidad argentina, con el arribo del liberalismo radicalizado a la cima del Estado, parece haber dejado de lado ciertos ejes de razonabilidad esenciales para el funcionamiento social. También, para desplegar con armonía los imprescindibles vínculos con el resto de las naciones. Lejos de apuntalar un debate con administraciones de distinto signo, la brutalidad conceptual de Milei ya había ofendido de modo directo al coloso asiático y al vecino verde amarelo.

Esta lumpenización del planteo político oficial evidencia una conducta general que daña las relaciones exteriores pero también la cadencia interior. Dentro (y fuera, atenti) de La Libertad Avanza late la idea justificatoria de “Milei es así” e interpretaciones sobre cierta “franqueza” que linda con una “transgresión” cautivadora de los desenfadados por su efecto “refrescante”. En realidad da cuenta de un pequeño país vociferante; también, de una comunidad perturbada que admite el ridículo de sus gobernantes ante el mundo.

El exabrupto del padre de Conan, empero, bien puede generar interrogantes que, asentados sobre los factores antedichos, inquietan. O deberían hacerlo. ¿Porqué el mandatario aparece ante las cámaras portando un desenfoque actitudinal que lo emparenta con un joven que, en horas de la madrugada, retorna al hogar tras una actividad festiva? ¿El ataque guarda ligazón con la lucha que el gobierno colombiano propone, a brazo partido, contra los carteles que arrasan su territorio?

Y algo más. Dado su confeso alineamiento ¿es probable que alguien, en el Norte, le sugiriera expresarse en esa dirección ante un difusor como CNN?

Una semana antes, Petro había lanzado un digno y limpio discurso en el Foro Económico Mundial de Davos. Sus palabras amoscaron a funcionarios estadounidenses e israelíes, y a empinados empresarios. ¿El operador sionista en la Rosada es un sicario al cual se le ordena sobre qué blanco disparar?

Son preguntas que tendrían que circular intensamente en una sociedad que dice cuidar formas, y contenidos.

En la interioridad de la Tierra de las oportunidades los reflejos de la feroz dinámica mundial se imbrican con las dificultades propias. Los sondeos con vistas a las elecciones de noviembre dan cuenta de un vigor renovado para el ex presidente Donald Trump. En ese plano, lector, es preciso considerar varios elementos. La situación social estadounidense es grave; mucho más de lo que admiten medios y redes. Luego, la política internacional ha absorbido buena parte de los recursos que en la gestión anterior se destinaron a la promoción industrial. La salida de juego de Ron de Santis es una constatación del poderío sectorial del rubicundo.

Y dos apuestas de audacia infinita. Trump dijo, una semana atrás, que si llega a la primera magistratura impedirá que se desate la Tercera Guerra Mundial. (La cuestión es que durante su presidencia, efectivamente desactivó numerosos conflictos que parecían inevitables). En tanto, indicó en New Hampshire que los ataques a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001 fueron “una puesta en escena” planteada para que millones de inocentes fueran asesinados en Oriente Medio. “No hubo tal ataque exterior contra el World Trade Center. No existieron ataques como ustedes los percibieron aquí y en otros países”, afirmó Trump.

Leyendo y releyendo, este periodista piensa que en los Estados Unidos, las cartas están echadas.

En algunos meses, la tensión llegará a su climax. Después, la luna en sangre y tu emoción. Y el anticipo del final. En un oscuro nubarrón.

*Área Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal

¡Sumate y ampliá el arco informativo! Por 1000 pesos por mes recibí todos los días info destacada de Redacción Rosario por correo electrónico, y los sábados, en tu casa, el semanario El Eslabón. Para suscribirte, contactanos por Whatsapp.

Más notas relacionadas
Más por Gabriel Fernández*
  • Memoria y corazón

    Yo no sé, no. Manuel llegó gritando: “¡La verdulera me dijo que por la escasez de lluvia e
  • Revisitando a Sábato

    Hace más de 50 años leí Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sábato. Recuerdo que me impresio
  • De lo macro a la acción

    La Justicia condenó a Cristina Fernández, asistimos a un show mediático con consecuencias
Más en Columnistas

Dejá un comentario

Sugerencia

Como en “El cuento de la criada”, para denunciar la violencia de género

“Milei, Pullaro y Javkin nos quieren como criadas. No lo vamos a permitir”, decían los car