Ballenas
Amanece en calma. Una niebla densa hace del cielo y del mar un solo cuerpo. El viejo mira el mar. Espera a la ballena. A su espalda, lo que alguna vez fue su casa, se encuentra intacta. Las paredes de color ocre, las columnas gra
Amanece en calma. Una niebla densa hace del cielo y del mar un solo cuerpo. El viejo mira el mar. Espera a la ballena. A su espalda, lo que alguna vez fue su casa, se encuentra intacta. Las paredes de color ocre, las columnas gra
Nico se frena en medio de la vereda y abre los brazos para que lo alce. Cuando está arriba, vuelve a levantarlos. —¡Mamá! —dice. Intenta treparse por encima de mí y me clava las rodillas en el pecho, señala un punto alto en direcc
Un sonido irreconocible rasgó el silencio de la noche. Mara abrió los ojos de golpe. No se sobresaltó, no tenía palpitaciones, ni siquiera el nene se movió dentro de ella.