Motoqueros (capítulo 36)
Desde que fundaron el sindicato, la comisión directiva y los afiliados –que sobrepasan el número de 600– se reúnen o encuentran en el club Saladillo, que se ha solidarizado totalmente con la causa motoquera.
Desde que fundaron el sindicato, la comisión directiva y los afiliados –que sobrepasan el número de 600– se reúnen o encuentran en el club Saladillo, que se ha solidarizado totalmente con la causa motoquera.
La movida empezó de la mejor manera. Están en una asamblea, en el mismo club donde se encontraron por primera vez, a la que asisten más de cuatrocientas personas.
El día empieza a insinuarse sobre el curso del Paraná. El sol no apareció aún, pero su claridad se esboza, con levedad, sobre la superficie amarronada del río. Ellos caminan en dirección a la costa, aunque sin llegar hasta allí. P
La respuesta a su pregunta de la vez pasada –¿y eso cómo se hace?– la tiene ahora ante sus ojos. Están en el club Saladillo, en la cancha de básquet, a donde llegaron por medio de un amigo de Joe que es de la comisión directiva.
Ahora están tomando la birra que acaba de traer Joe. Está bien helada, por lo que Joe le dice: Está buena, ¿no?… A lo que responde: ¡Diez puntos!…
¡Vos tenés que ver más lejos de tu nariz!…, le dice Joe. Le suena raro, pero Joe habla de esa forma. Se nota que estudió en alguna facultad porque tiene un lenguaje que no es el mismo que el de los otros repartidores. ¡No te enti
Justo cuando está por salir con un pedido, le tocan el hombro. Sorprendido, frena, y se da vuelta: el que lo había tocado es Joe. ¿Qué hacés por acá?…, exclama, como si estuviese viendo un aparecido o a un ser sobrenatural. Pero n
Hace varios días que trabaja en la hamburguesería. Lo tomaron rápidamente porque tenía antecedentes y posee moto. Desde que trabaja allí, todas las imágenes del mundo –incluida la suya– mutaron en su estética: ahora todo es rojo y
Vuelve a la casa después de haber estado con El Mencho. La cuestión está más clara que el aire: le propone integrarse a su banda como dealer. Eso le hace dudar, porque no tiene interés en moverse por izquierda.
Va cruzando el parque, bajo árboles añosos. A su alrededor, parte de la barra canta ahora: El vino y la droga me vuelan la mente / yo vengo a alentarte con toda esta gente / Ganes o pierdas no me interesa / te sigo re loco siempre