Hija de desaparecidos, ex militante de H.I.J.O.S y directora de un instituto de menores, Raquel Robles es la flamante ganadora del Premio Clarín de Novela con su obra Perder. Allí relata la dolorosa historia de una madre que pierde a su hijo en un accidente automovilístico.
La novela nació cuando la autora estaba embarazada de su primer hijo e imaginó el "pánico" de perderlo, disparador sobre el cual construyó la trama de su historia, galardonada de manera unánime por un jurado integrado por José Saramago, Rosa Montero, Alberto Manguel y Juan Cruz Ruiz.
"La protagonista pierde a su hijo y se refugia en la literatura compulsivamente y después va generando las posibilidades para poder reconstruir una vida posible, mas allá de la supervivencia", cuenta Robles en una entrevista con Télam, mientras remarca sus palabras: "construir una vida, no a pesar de eso sino con eso".
"Hacía lo necesario para sobrevivir -dice la novela desde sus primeras páginas- porque nunca tuve coraje para matarme y no tenía fuerza de voluntad para acciones tan drásticas. Me hacía la comida, iba al baño, dormía. Y entre cada una de estas actividades, a veces mientras las realizaba, leía. Era la única manera que había encontrado de huir. Del mundo, pero sobre todo de mí".
La protagonista -detalla Robles- "es una mujer que ya ha perdido antes; no es el primer golpe que recibe. Tiene una vida normal y feliz hasta que pierde a su hijo y a partir de ahí todos a su alrededor intentan intervenir: su marido, los amigos, la familia, los médicos", explica.
"Pero ella trata de defenderse -continúa-, de que no la molesten, y se va a otro lugar del mundo y, aunque no quiere, va generando posibilidades de estar bien y cualquier bienestar le da culpa, porque la vida inexorablemente genera situaciones para poder reconstruirnos", señala.
¿Para superar la pérdida de sus padres se refugió en los libros, como su protagonista? "Sí, por supuesto, los libros son mis mejores amigos y tengo una biblioteca muy grande", dice Robles y admite que esa pérdida "seguramente" influenció en esta novela "aunque yo misma no sabría decir cuánto, pero seguramente que sí porque es lo que soy".
"En la escritura -explica la santafesina- uno va inventando una trama o un mundo que te reconstruye o te posiciona distinto en el tuyo propio y eso es muy sanador, y después hay algo del trabajo que va mas allá de esa catarsis, pero hay un aspecto que tiene que ver con posicionarte en otro lugar, con la posibilidad no de resolver pero sí de poner fuera de vos cosas que están en vos".
Madre de dos hijos, directora del Instituto de Menores San Martín, que aloja a chicos de 13 a 15 años, y de dos proyectos para chicos privados de su libertad, Robles, habló sobre su militancia en HIJOS: "Yo hago un ejercicio político de todas las cosas que hago, ahora trabajo en la Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia con los chicos y lo vivo como una militancia".
"Entiendo al Estado desde una posición política y pienso la vida como una vida de acción, de intervenir en el mundo, de modificar las cosas que me parecen injustas o que no me gustan o me parecen mediocres. En ese sentido, no tengo recuerdo de un momento de mi vida que no haya estado haciéndolo".
¿Sentís que es algo que heredaste de tus padres? "Sí, seguramente que sí".
La autora -cuya novela premiada será editada por el sello Alfaguara- contó que escuchar su nombre en el auditorio del Malba "fue un shock. La verdad, la comparación es poco feliz pero tenía la sensación de que fue un accidente, como algo que se pone en un lugar… estas ahí con el cuerpo pero el alma se va a otro lado. Fue muy fuerte, muy sorprendente".
