Parece que habrá sólo azul y amarillo.
Parece que habrá sólo azul y amarillo.

El Comité Ejecutivo de la AFA confirmó que el clásico entre Central y Newell’s, como se había planificado, se jugará el domingo a las 15, en el Gigante, “con el arbitraje de Héctor Baldassi”, según precisó a Télam el delegado centralista, Enrique Ochoa.

La realización del encuentro “no corre riesgos y se jugará tal y como estaba previsto, el domingo a las 15, en el Gigante, con el arbitraje de Héctor Baldassi”, aseguró Ochoa.

Y hasta el momento, la decisión de Rosario Central es no vender en su sede las 3.900 entradas que le corresponderán a Newell’s Old Boys para el clásico si el club del Parque de la Independencia se niega a hacerlo, por lo que en ese caso el partido se realizará sin público visitante.

“Si Newell’s no pone a la venta las 3.900 entradas disponibles para el clásico, Central no lo hará, por lo que ese espacio en la tribuna visitante quedará libre, ya que tampoco será ocupado por hinchas locales”, anunció un vocero de la dirigencia canalla.

En tanto, el presidente de Newell’s Old Boys, Guillermo Lorente, anticipó que la comisión directiva, con él a la cabeza, resolverá este miércoles en Rosario (el titular rojinegro estuvo este martes a la noche en la AFA) si finalmente van a vender en las boleterías del estadio del Parque de la Independencia las 3.500 populares y 400 plateas que les cederá Rosario Central.

La cana dijo OK

Por otra parte, la policía rosarina realizó este martes una inspección al estadio de Rosario Central, escenario del encuentro, indicando que está “todo en perfectas condiciones”, según anunció el jefe de la seccional novena, Hernán Brest.

Los enfrentamientos registrados entre parciales de ambos equipos y la policía, al atacar los de Newell’s la sede auriazul de Mitre 853, se originaron en la decisión de la dirigencia centralista de autorizar solamente la venta de esas 3.900 localidades para el clásico, en vez de habilitar las dos bandejas para los visitantes como se acostumbraba.

El presidente auriazul Horacio Usandizaga anunció esa medida al cabo de una reunión que mantuvo con sus colegas rojinegros Guillermo Lorente (titular) y Claudio Martínez (vice primero), y el secretario de seguridad de la provincia de Santa Fe, Carlos Iparraguirre.

“Unos 500 barras e hinchas rojinegros caminaron ocho cuadras armados con piedras y palos, algunos de más de dos metros de largo, sin que la policía rosarina se enterara”, confió a Télam un testigo de los hechos.

Por su parte, el dirigente rojinegro de la agrupación Socios e Hinchas Autoconvocados, Lucio Acuña, aclaró que su sector adhirió “a la marcha”, pero “no” la organizaron.

Los protagonistas principales de la pelea con hinchas “canallas” y el ataque a la sede fueron integrantes de la barra brava rojinegra, a diferencia de las numerosas marchas organizadas por los autoconvocados, en los cuales prácticamente no hubo hechos de violencia.

En tanto, la comisión directiva de Rosario Central informó que se hará cargo de los gastos de reparación de los vidrios y los daños sufridos por los comercios aledaños “a pesar de ser totalmente ajenos a los grupos violentos que los provocaron”.

Las últimas palabras de Lorente, llamando a “parar la pelota y bajar los decibeles”, permitieron intuir en el ámbito afista que “la sangre no llegará al río” y finalmente Newell’s terminará vendiendo las entradas para sus hinchas.

“En 2008, cuando Eduardo López era presidente de Newell’s, se acordó entre los clubes entregar 8.000 entradas al visitante en cada clásico del año, pero eso ya no rige para 2009”, advirtió el directivo centralista Ochoa.

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