Estados Unidos se prepara para llevar adelante su mayor reforma financiera desde la gran depresión de 1930, según anunció el presidente Barack Obama. La intención, explicó, es proteger a los habitantes de futuras crisis económicas devastadoras, como la que está sufriendo el país. Al justificar su nuevo plan, el mandatario culpó de la actual recesión a las décadas de "errores y oportunidades perdidas" y a la falta de un marco apropiado para lidiar con abusos y excesos.
Obama sostuvo que la ausencia de control sobre Wall Street posibilitó abusos sistemáticos que incrementaron los riesgos financieros, tanto para las familias como para las grandes empresas. "Mi gobierno propone una reforma radical del sistema de regulación financiero, una transformación a una escala no vista desde las reformas que siguieron a la Gran Depresión", afirmó Obama durante un discurso en la Casa Blanca.
La amplia serie de modificaciones en las regulaciones financieras daría a la Reserva Federal (banco central) mayor poder de control y crearía una nueva agencia para proteger a los consumidores en sus transacciones bancarias.
Un borrador de 85 páginas del plan, que ahora pasará al Congreso para su consideración, detalla los intentos del gobierno de modificar un régimen regulatorio que, según el equipo de Obama, se volvió demasiado poroso para las innovaciones y complejidades de los mercados financieros actuales.
Dado que el Congreso está embarcado en proyectos de ley de salud, los plazos que propone Obama son ambiciosos, ya que pretende que los legisladores aprueben el nuevo régimen regulatorio hacia fines de año.
El Presidente sostuvo que el plan será presentado el martes próximo a los legisladores y que consiste, explicaron, en "un conjunto muy fuerte de medidas regulatorias que creemos pueden impedir que se repita este tipo de crisis».
Christina Romer, presidenta del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, dijo el miércoles por la mañana que el proyecto del gobierno logra "el equilibrio apropiado» y no pretende "torpedear todo el sistema».
Sin embargo, el jefe del bloque republicano de la Cámara baja, el opositor John Boehner, pronosticó que "el gobierno federal pretenderá decidir el interés a cobrar en las tarjetas de crédito y la clase de productos financieros que estarán disponibles».
En su discurso, Obama recordó que en los últimos años se multiplicaron los instrumentos financieros complejos, como los activos respaldados por hipotecas, cuyo objetivo era distribuir el riesgo, pero que en realidad no hicieron más que concentrarlo.
Fueron esquemas construidos sobre "arenas movedizas" que alimentaron un apetito de riesgo desenfrenado, que llevó a las entidades crediticias "a rebajar sus estándares para atraer nuevos prestatarios", sostuvo. Y remató: "Ha llegado el momento de que eso cambie".
