María Corazón Aquino no pudo vencer al cáncer que padecía y falleció a los 76 años. La ex mandataria es considerada un ícono de la democracia en el estado insular y miles de personas la despiden en el gimnasio de la universidad filipina.
"Nuestra madre murió pacíficamente a las 3:18 del 1 de agosto de 2009 debido a un paro cardiorrespiratorio", dijo el senador Benigno "Noynoy" Aquino III, que informó a la agencia DPA que su madre será enterrada el próximo miércoles junto a su padre.
"La familia optó por un funeral privado", manifestó, alegando que tras dejar el cargo, ella se intentó mantener en la privacidad. "Queremos pasar el máximo tiempo posible con ella", añadió.
"Ella hubiera querido que le agradeciéramos a cada uno de ustedes por todas las oraciones y su continuo amor y apoyo", agregó. "Su deseo para todos nosotros era que rezáramos los unos para los otros y para nuestro país".
Miles de personas acudieron al gimnasio de la universidad de Manila, donde se llevaron sus restos mortales para exponerlos en público. Numerosas personas celebraron vigilias públicas en su memoria en iglesias en todo el país.
Gran parte del país ha estado rezando por Aquino, quien lideró una revolución incruenta de cuatro días en 1986 que derrocó a Ferdinando Marcos.
Su esposo, Benigno Aquino, un famoso opositor de Marcos, había sido asesinado en el aeropuerto tres años antes al regresar del exilio por esbirros de Marcos. Tras su asesinato creció la resistencia contra el dictador, que finalmente terminó en un levantamiento popular y provocó el exilio de Marcos y su familia en Hawaii.
Corazón Aquino, que antes de esto era ama de casa, presidió el país entre 1986 y 1992. La ex mandataria gozaba de gran prestigio en su país y a nivel internacional por haber devuelto la democracia a Filipinas. La revista estadounidense Time eligió a Aquino "mujer del año" en 1986 y en 1987 fue nominada al premio Nobel de la Paz.
"Hoy, Filipinas perdió un tesoro nacional", dijo la presidenta Gloria Macapagal Arroyo en un comunicado emitido en Washington, Estados Unidos, donde se encuentra realizando una visita oficial que decidió suspender.
"Cory Aquino ayudó a liderar una revolución que restauró la democracia y el poder de las leyes en nuestro país en un momento de gran peligro", indicó. "Estoy anunciando hoy que oficialmente cumpliremos diez días de luto nacional".
Las banderas filipinas fueron izadas a media asta tras la muerte de Aquino, mientras que muchos habitantes depositaron flores frente a su casa en la ciudad de Quezon, un suburbio de Manila.
En muchas partes de la ciudad se podían ver en los últimos días cintas amarillas atadas a las farolas de las calles, los árboles, los portones y edificios en honor a Corazón Aquino, ya que el amarillo fue el símbolo de Aquino en su lucha contra Marcos.
Los cinco hijos de Aquino estaban a su lado cuando murió, indicó Boy Abunda, un amigo cercano de la familia. "Sus hijos estaban rezando el rosario cuando murió pacíficamente", dijo a periodistas frente al hospital. "Todos lloraron en silencio".
Abunda dijo que Aquino "básicamente estaba dormida la mayor parte del tiempo" los últimos días antes de su deceso.
El ex presidente Fidel Ramos, quien sucedió a Aquino en la presidencia, dijo que cree que no sólo los filipinos, sino todo el mundo, lamenta la muerte de su antecesora.
"Cory Aquino representó lo mejor de los filipinos, el pasado y el futuro", añadió.
El derrocado presidente Joseph Estrada, quien fue sacado de la presidencia por un levantamiento popular respaldado por Aquino, dijo que los filipinos extrañarán la guía de Cory.
"Hoy, nuestro país perdió a una madre", indicó. "Hubiésemos deseado que hubiese vivido más tiempo porque la necesitábamos, en especial ahora, que nuestra Constitución está siendo amenazada de nuevo. Ahora, debemos honrarla persiguiendo los principios que ella representaba y luchando por nuestra democracia como ella lo hizo".
(Fuente: Télam)
