El presidente estadounidense, Barack Obama, decretó la continuidad de la medida impuesta a La Habana hace casi cinco décadas y que desde mediados de los años 70 es extendida de forma anual por el gobierno de los Estados Unidos.
"Por la presente determino que la continuación durante un año de estas medidas referentes a Cuba conviene a los intereses nacionales de los Estados Unidos", indicó Obama en un memorándum a los secretarios de Estado, Hillary Clinton, y del Tesoro, Timothy Geithner.
El anuncio se produjo a horas de la Asamblea General de Naciones Unidas, que en los últimos años, a iniciativa de La Habana, ha condenado mayoritariamente la medida que Cuba afirma le costó pérdidas por más de 90 mil millones de dólares en las pasadas décadas. La decisión sorprende dado que la llegada de Barack Obama al gobierno produjo fuertes expectativas en un cambio en la relación. El actual mandatario norteamericano era considerado como un líder más pragmático que su antecesor, George W. Bush.
En ese sentido, el Jefe de Estado tomó varias medidas que flexibilizaron las relaciones con La Habana, como fue permitir el aumento en el envío de remesas a la isla, o la reanudación de vuelos comerciales entre ambos países.
Justamente, ambas medidas anunciadas en abril de este año, fueron recientemente reguladas por Washington para entrar en vigencia.
Asimismo, eliminó sanciones para promover un mayor flujo de telecomunicaciones con la isla y en los pasados meses retomó las conversaciones migratorias, a las que se prevé en breve sigan negociaciones para restaurar el servicio postal directo entre ambos países interrumpido hace más de cuatro décadas.
Washington también apoyó la decisión de la Organización de Estados Americanos (OEA) en junio de eliminar la exclusión por también más de cuatro décadas de Cuba del organismo hemisférico, si bien las autoridades de La Habana dejaron claro que no tienen interés en regresar al sistema interamericano por el momento.
