Militantes y dirigentes del peronismo de la provincia de Santa Fe hicieron profesión de fe kirchnerista en el cierre de un año de escasa cosecha electoral para ese espacio por estas pampas. El rezo en Rosario fue encabezado por el propio Néstor Kirchner junto con su fiel defensor, Agustín Rossi, que aprovechó el entusiasmo del acto y la presencia del ex presidente para avisar que insistirá en el intento de gobernar la provincia. Kirchner, en cambio, puso en duda que vaya a ponerse al frente de la boleta oficialista para las presidenciales del 2011. “No importa quién, importa la idea, seguir cambiando la patria”, dijo. También hizo mención a las interferencias en el helicóptero presidencial: “No nos perdonan haber terminado con la impunidad” para los crímenes de la dictadura, señaló.

La mención a la posibilidad de volver a ceder el lugar de candidato a presidente en representación del espacio que conduce surgió de Kirchner tras una nueva convocatoria a “acompañar a la presidenta a seguir profundizando el cambio, la justicia, la igualdad”; y tras remarcar que “el proyecto nacional y popular se va a profundizar”.

El objetivo político, planteó Kirchner, es “que el pueblo en 2011 pueda levantar la bandera de victoria con los compañeros que corresponda, no importa quién, lo que importa es la idea y seguir cambiando la patria", sostuvo, en el marco de un discurso con varias invocaciones al diálogo y a “dejar de aturdir a la sociedad y a la gente con peleas de bajo vuelo”.

“Nos atacan por lo que hicimos bien”, marcó el ex presidente en otro tramo de su cierre del acto en Sportivo América, donde hubo más gente que espacio, mucho calor, alguna escaramuza en el amontonamiento de adentro y alguna corrida en la calle. Igual, la mayor tensión fue por una bengala encendida y rápidamente apagada por jóvenes militantes, que los hubo muchos y de varias agrupaciones.

No fueron pocos tampoco los dirigentes sindicales cegetistas que dieron el presente y en los corrillos los allegados a Rossi destacaron la presencia de numerosos presidentes comunales y “veinte intendentes”. En la mesa principal montada en el escenario se vio al de Carcarañá, Mauro Decándido, compartiendo uno de los extremos con el concejal rosarino Héctor Cavallero y el funcionario nacional Juan Manuel Abal Medina. En la otra punta se ubicaron el vicepresidente del PJ provincial Jorge Fernández junto con el también llegado de la Rosada Héctor Icazuriaga. En el centro, Kirchner, flanqueado por Rossi y el también diputado nacional santafesino Gustavo Marconato.

Más allá de la evaluación fina que puedan hacer a la hora de contar los porotos de un acto que generó mucha expectativa por marcar el retorno del ex presidente a un territorio adverso en lo electoral, los kirchneristas locales pueden darse por satisfechos por la muestra de vitalidad que dieron.

Rossi redondeó esa impronta de renacimiento en su discurso, que terminó con un virtual lanzamiento de candidatura: “Queremos tener la oportunidad de gobernar la provincia”, dijo, poniendo como eje el rechazo al “continuismo” del actual gobierno socialista pero también la promesa de “no volver al pasado” de la sociedad entre reutemismo y obeidismo.

“La provincia, como el país, es de todos y todos tenemos derecho a recorrerla”, había arrancado el Chivo, reivindicando el derecho suyo y de Kirchner a realizar un acto como el de este lunes.

De allí y hasta el final con pedido de pista para la disputa electoral provincial, Rossi hizo lo que hace cotidianamente desde que asumió la presidencia del bloque kirchnerista en la Cámara de Diputados de la Nación: defender las gestiones de Néstor y Cristina poniendo el eje en políticas sociales como el plan de inclusión jubilatoria y la asignación familiar universal que, señaló, “el relato de los grupos mediáticos desconoce”.

También defendió las políticas nacionales de preservación de la producción y el empleo ante la crisis internacional, enarbolando la intervención estatal ante conflictos laborales de la región como los de General Motors, Paraná Metal y Mahle.

Esa actitud de defensa del gobierno nacional por parte de Rossi fue elogiada por el propio Kirchner en su discurso, que agradeció “la batalla permanente“ del Chivo en el ámbito legislativo.

Apenas comenzó a hablar en el acto, Kirchner dijo que llegaba a la provincia y la ciudad “con la mirada de frente” porque ni en su gestión de gobierno ni en la actual se dejó de “invertir fuertemente” en ambos territorios, “por más que a veces lo quieran negar”, se quejó.

En cuanto a las interferencias al helicóptero presidencial, las ligó a los juicios a los represores de la dictadura y a las “amenazas permanentes” que está recibiendo Cristina.

Pero el tono general del discurso no fue de confrontación. Abundaron los “vengo con los brazos abiertos” y los “ofrezco mi corazón” que, en rigor, Kirchner nunca dejó de usar.

El llamado a no confrontar y a dialogar incluyó a “los productores santafesinos”, a los que pidió no dejarse influenciar por la belicosidad de los dirigentes de la mesa de enlace ruralista.

Después del acto en Sportivo América, Kirchner partió a un hotel céntrico para compartir una cena con empresarios de distintos rubros.

(Fotos: prensa Rossi)

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