El caos y la anarquía se apoderan de la capital haitiana, Puerto Príncipe. Sobrevivientes a la calamidad esperan por cualquier insumo, mientras que los innumerables cargamentos de ayuda enviados por la comunidad internacional parecen no llegar, particularmente a las zonas más populares de la ciudad donde los heridos se refugian entre escombros y cadáveres que aún quedan en las calles.

Tras cinco días de la catástrofe, los haitianos advierten de un estallido social. El sábado miles salieron a las calles armados de palos, piedras, cuchillos, picahielos para conseguir ropas, bolsos, juguetes y cualquier tipo de mercancías que encontraban a su paso en viviendas y locales comerciales destrozados por el terremoto del pasado martes.

Los hechos registrados, dan fe de lo grave que se ha tornado la situación humanitaria en la nación caribeña, al tiempo que la militarización del aeropuerto de Puerto Príncipe, por parte del Comando Sur de Estados Unidos, ha demorado el flujo de la ayuda humanitaria mundial.

Los sobrevivientes batallan por agua y alimentos, mientras observan el sobrevuelo de los helicópteros estadounidenses que les hace pensar que la ayuda está llegando, pero inexplicablemente, ellos no la ven.

El enviado especial de teleSUR a Haití, Reed Lindsay, reporta que los militares estadounidenses son los que deciden quien entra al aeropuerto y quien queda afuera.

El Comando Sur determina además cuales aviones de ayuda humanitaria aterrizan y cuando.

Un vuelo cargado con ayuda humanitaria enviado por el Gobierno de Argentina, tuvo que esperar un días en República Dominicana, antes de lograr la autorización para entrar a Haití, mientras que organizaciones no gubernamentales denunciaron que no pudieron enviar sus cargamentos.

Brasil, Francia y Rusia se quejaron de la dificultad para conseguir autorización para el aterrizaje de sus envíos de ayuda humanitaria.

Entre tanto el embajador de Estados Unidos en Haití, Kenneth Merten, negó problemas en el aeropuerto.

"Creo que el aeropuerto está funcionando bien. el problema es hacer llegar la ayuda a la gente, hay una cantidad limitada de camiones, de vehículos, de combustible", dijo el diplomático.

El pasado jueves, el Departamento de Estado estadounidense anunció que personal militar de ese país asumió el control del aeropuerto de Puerto Príncipe.

Ante la lentitud con la que fluye la ayuda, tras el filtro militar impuesto por Estados Unidos en el terminal aéreo haitiano, la desconfianza en las acciones para "apoyar" en la catástrofe no se hacen esperar.

No es la primera vez que Estados Unidos se involucra directa y unilateralmente en Haití.

La injerencia ocurrida en 1991, cuando el presidente constitucional de Haití, Jean-Bertrand Aristide, fue derrocado tras un golpe de Estado que, según el mismo ex dignatario, fue organizado por Estados Unidos y Francia, que crearon grupos armados para desestabilizar el país.

Posteriormente, el mandatario haitiano regresa a su país en 1994 para culminar su mandato y es sucedido por su antiguo Primer Ministro, René Préval, quien fue elegido con 88 por ciento de votos.

Al finalizar el mandato de Préval, Aristide vuelve al poder, con una marcada política anti imperialista y exige sobre todo a Francia el pago o la devolución de 90 millones de francos-oro, que fueron pillados por el gobierno francés a Haití entre 1825 y 1885; pero en 2002, ya la administración de George W. Bush, como presidente de Estados Unidos, toma la decisión de derrocar a Aristide para lo cual consulta con Francia.

El 29 de febrero de 2004, Aristide es secuestrado por las fuerzas especiales estadounidenses, que lo montaron en un avión y lo exiliaron a Suráfrica.

 

teleSUR/ sv – MM

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