A casi un mes del devastador terremoto de magnitud 7,3 en escala de Richter que azotó a Haití, la presencia de tropas estadounidenses aún se mantiene en la nación caribeña; sin embargo, las labores de asistencia de estos militares han disminuido considerablemente pese al incremento de las necesidades de la población, lo que pone en tela de juicio su propósito en Puerto Príncipe.

Tras el movimiento telúrico del pasado 12 de enero, militares estadounidenses se apostaron en las instalaciones del campo de golf del exclusivo Country Club en Puerto Príncipe, donde sólo se le permitía la entrada a extranjeros y la clase alta de la capital haitiana, para crear una base militar.

El mismo lugar sirvió para que los damnificados buscaran refugio y crearan una ciudad de carpas donde han encontrado un poco de ayuda.

Según el reporte del colaborador en Haití para teleSUR, Ethan Dupain, los estadounidenses llegaron al lugar el 16 de enero pasado y dicen que distribuyeron alimentos y agua durante los primeros días. Desde entonces, varias organizaciones internacionales han asumido el control de la ayuda, pero los 360 soldados se han quedado con un papel poco claro.

Jeff Zabala, capitán del Ejército de Estados Unidos (EE.UU.) que lidera el lugar, indicó que el lugar fue elegido porque el campamento ya estaba allí y el terreno pertenece a un ciudadano estadounidense, por lo que las tropas vigilan el borde del refugio para impedir que los haitianos se acerquen al club.

Joseline Pierre, una de las desplazadas que se encuentra en este campamento, explicó que aunque el lugar es de extranjeros y estaba cerrado, "el terremoto rompió sus muros y por eso entramos acá. Antes no podíamos entrar. El terremoto destruyó nuestras casas y por eso vinimos acá".

Dupain reportó que los soldados estiman que más de 60 mil desplazados viven en refugios improvisados en el campo de golf a la espera de que les entreguen carpas y que, en contraste a otros refugios, han recibido comida, agua y atención médica; sin embargo, no todos se han beneficiado.

"Todavía no encuentro nada desde el terremoto. Sólo el agua que a veces dan en la calle que he podido encontrar", dijo Marseil Walene, otra de las desplazadas del sismo del pasado 12 de enero.

La presencia militar estadounidense en Haití ha desencadenado muchas críticas por parte de países americanos y de otros continentes, que insisten en que la instalación de las tropas busca controlar a la nación caribeña a través de la colocación de bases militares que complementen las ya existentes en las islas cercanas.

Pese al rechazo internacional, el pasado 21 de enero, el Pentágono anunció el envío de un nuevo contingente militar de unos 4 mil soldados a Haití, que se sumarán a los más de 10 mil marines que ya se encuentran en la nación caribeña.

Cifras mortales

Esta semana, el primer ministro de Haití, Jean Max Bellerive, estimó que el número de muertos por el terremoto del 12 de enero asciende a 212.000 y dijo que es preocupante la situación de los niños, los heridos y los sobrevivientes de la tragedia.

"La última cifra que he recibido de mis colaboradores es de 212.000" muertos, dijo Bellerive a la cadena estadounidense CNN.

Por otra parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) anunció este viernes que envió y distribuyó en Haití ayudas para 250.000 niños que quedaron huérfanos o separados de manera dramática de sus padres.

Francia le solicitó este viernes a Unicef la constitución de una comisión mixta con Haití para facilitar los trámites de adopción.

El embajador francés encargado de las adopciones internacionales, Jean-Paul Monchau, se encuentra desde hace algunos días en Puerto Príncipe para presentar una propuesta a las autoridades locales.

También arribó este viernes a la capital haitiana el ex presidente estadounidense Bill Clinton, nombrado este miércoles como Coordinador de ayudas internacionales por el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

Al llegar a la sede del gobierno haitiano, Clinton se encontró con cerca de 200 personas que reclamaban a voces la distribución de tiendas de campaña.

"Nuestros niños se queman al sol. Tenemos derecho a tener tiendas para repararnos, tenemos derecho a un refugio", dijo la joven madre Menton Natacha, una de los manifestantes.

Mientras cumplían tareas de socorro, los pilotos estadounidenses James Jaloe y John Ward murieron este viernes en un accidente en República Dominicana, cuando al mando de un helicóptero de rescate volvían de Haití El helicóptero se estrelló contra una montaña y estalló en llamas, en cercanías de Restauración, 280 kilómetros al noreste de Santo Domingo, la capital dominicana, informó la agencia italiana ANSA.

TeleSUR / MM / ANSA / Telam

 

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