Massera murió acompañado por familiares.
Massera murió acompañado por familiares.

Las autoridades médicas del Hospital Naval, en Buenos Aires, informaron que el ex dictador Emilio Eduardo Massera falleció por un "paro cardiorespiratorio no traumático como consecuencia de sus secuelas neurológicas". Massera, de 85 años, formó parte, junto con Jorge Videla y Orlando Agosti, de la Junta Militar que tomó el poder el 24 de marzo de 1976 instalando una de las dictaduras más cruentas que haya tenido la Argentina.

El ex represor dirigió el campo de detención ilegal ubicado en la ex Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) por donde pasaron centenares de detenidos políticos que fueron sometidos a torturas y muchos de ellos se encuentran desaparecidos.

Según la información médica, Massera sufrió varios episodios de ACV, el primero en 2002. En el momento de su muerte, se encontraba acompañado por familiares.

"Paro cardiorrespiratorio no traumático" fue el motivo de la muerte del anciano represor que señalaron los médicos del Hospital
Naval al comunicar el fallecimiento a los juzgados que lo tenían imputado; y atribuyeron esa falla cardíaca a un accidente cerebro
vascular (ACV) que había sufrido la semana anterior.

De acuerdo a las normas procesales cuando ese certificado de defunción llegue a cada uno de los juzgados en los que estaba imputado, los magistrados deberán dictar la extinción de la acción penal por muerte y el consiguiente sobreseimiento del ex dictador. Paradójicamente, quien fue considerado el principal "cerebro" del terrorismo de Estado hoy encuentra la muerte tras haber sido
declarado inimputable por juntas de expertos que concluyeron que los jueces estaban impedidos de actuar porque Massera no estaba en condiciones mentales de afrontar un nuevo proceso.

El "Almirante Cero", como lo llamaban sus subordinados en los centros clandestinos de detención donde se torturaba embarazadas,
se robaban bebés, se sometía a vejámenes a prisioneros antes de matarlos o de arrojarlos al mar desde aviones en vuelo y se
apoderaban de sus bienes; no pudo escuchar una nueva sentencia que lo condenase.

Hace cinco lustros el octogenario dictador escuchó al camarista Carlos León Arslanian anunciarle que lo habían condenado a prisión perpetua; fue al término del histórico juicio a las juntas militares del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional.

Las leyes de impunidad (obediencia debida y punto final) y los indultos dictados por el ex presidente Carlos Menem lo volvieron nuevamente a las calles, a disfrutar de la libertad que les había negado a millares de jóvenes hombres y mujeres.

La derogación y declaración de "nulidad insalvable" de esas leyes y de los perdones presidenciales provocaron la reapertura de
decenas de causas y Massera volvió a ser señalado como el jefe naval más emblemático del terrorismo de estado, el responsable
máximo del horror y la muerte en esos años.

Esta vez su deteriorada salud física y mental fue el obstáculo que encontró la justicia para volver a sentarlo en el banquillo de los acusados, en el mismo sitial donde muchos de sus ex camaradas de armas fueron condenados a prisión perpetua que cumplen en establecimientos del Servicio Penitenciario Federal.

Juntas de peritos y profesionales médicos constataron que el deterioro neuronal del otrora poderosísimo jefe naval era tal que
le impedía sentarse frente a los jueces para afrontar un proceso: su estado de salud era "altísimamente delicado" y su muerte se
consideraba a cada momento más previsible.

(Fuente: Télam)

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