Dos equipos de la tercera división de Italia protagonizaron una verdadera batalla campal, luego de que un jugador del Foggia no cediera el balón, que un rival había tirado afuera para que atendiesen a su compañero lesionado, y convirtiera un gol.

La violencia en el fútbol es un tema de preocupación para todas las federaciones y asociaciones mundiales vinculadas al deporte más popular. La pasión y la efusión que se ve dentro de una cancha, generalmente contagia a los simpatizantes que, a su vez, despotrican en actitudes poco agradables. ¿Pero que ocurre cuándo los desmanes son originados dentro del campo de juego?

Por caso, en Italia, la rudeza, exasperación y violencia fueron parte del partido que disputaban el Unione Sportiva Foggia y el Calcio Gela, por la Lega Pro Prima Divisione (tercera división del fútbol italiano). Las corridas, trompadas, golpes y demás acciones violentas se originaron luego de que el Foggia consiguiera el empate (2-2) ante el rival de turno. Claro, lo que no tuvieron en cuenta los Satanelli es que el gol llegó tras un saque lateral que el Gela le había concedido luego de ver un jugador del Foggia lesionado… Los players del team rossonero no devolvieron la pelota, aprovecharon la pasividad de sus rivales (que pedían que realicen la correspondiente devolución del balón desesperadamente), sacaron un lateral largo y, tras un rebota dado por el arquero, consiguieron el empate. Y ahí se armo el tole tole.

Los jugadores del Gela comenzaron a correr a los del Foggia; motivo por el cual intervinieron colaboradores, entrenadores, players (tanto titulares como suplentes) y hasta la policía… en ambos equipos. Una vergüenza.

Con el escándalo en su punto máximo y totalmente desbordado por la situación, el árbitro decidió suspender el partido. Y sí, ya no había fútbol.

(Fuente: Diario Olé).

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