David Rivas, joven madrileño de 33 años que nació con serias discapacidades en sus brazos, consiguió aprobar el examen práctico de conductor y se convirtió en la primera persona en el mundo que obtiene un permiso para manejar con sus pies.
El joven ha superado el examen práctico en un recorrido "exigente", según su profesor y director de la autoescuela, José Mari Andrés, que le ha llevado durante más de 50 minutos por el centro de Bilbao y la autopista A-8. A la una de la tarde, en plena hora punta y con varias manifestaciones en las calles. Su aplomo ha sorprendido a sus compañeros de autoescuela y a los propios profesores.
Rivas ha aprendido a conducir en un vehículo adaptado que le permite dirigirlo con ayuda de un mando que mueve con el pie izquierdo, mientras que con el derecho frena y acelera. Usa los pedales como un joystick y no tiene problemas ni para ponerse el cinturón. Diplomado en Asuntos Sociales, trabaja como encargado de coordinar las citas telefónicas de la Fundación Integralia. Para aprender a conducir, David pidió una excedencia de un mes en su puesto de trabajo y así poder sumergirse por completo a sus clases en la autoescuela. Empezó en marzo, y cursó una media de diez horas casi diarias. Su novia, Bea, parapléjica, siempre le ha animado a luchar. Hoy ha estado junto a él. Casi más emocionado que el propio David se mostró su profesor. "Ha mostrado una seguridad total. Esto es importante para el resto de discapacitados. Le da una independencia imposible de lograr de otra forma. Esto era impensable hace 5 años. Ha marcado un hito", señaló Jose Mari a este periódico.
"Siempre me ha molado el tema de los coches, desde que era pequeño, pero hasta que no vi la posibilidad…Un día Jose Mari (su profesor) me dijo: "Venga, vente y probamos", declaró Rivas tras suspender el primer examen práctico. Antes, en junio, tras aprobar la prueba teórica, tuvo que "convencer a Tráfico" de su capacidad para poder conducir y pasó una prueba específica para conductores discapacitados, en la que fue evaluado por un examinador y un médico. De momento, David, que a las 16.30 ha cogido un avión rumbo a su casa en Madrid, no piensa en comprarse un coche, pues al precio del vehículo hay que sumarle, aproximadamente, los 30.000 euros que cuesta adaptarlo a su conducción.
Fuente: Diario El País, de España
