Los yanquis ahora aprobarían la despenalización del faso.
Los yanquis ahora aprobarían la despenalización del faso.

Por primera vez en la historia, la mayoría de los estados norteamericanos aprueba el consumo de cannabis, tanto para uso médico como recreativo, y –según las últimas encuestas– la cantidad de opositores bajó del 84 al 46 por ciento.

Aunque el uso de marihuana es ilegal en Estados Unidos, en virtud de una ley ratificada por el presidente Richard Nixon en 1970, un total de 15 Estados y la capital federal permiten su uso médico, para paliar el dolor de forma paralela al tratamiento tradicional de enfermedades graves, como el cáncer. En 2009, el presidente Barack Obama permitió que el Departamento de Justicia aprobara una directriz por la que se compromete a no perseguir a los pacientes que usen cannabis por ese motivo.

A pesar de ello, el gobierno, a través de la policía judicial, el FBI, ha seguido inspeccionando y cerrando aquellas tiendas de las que sospecha que son en realidad puntos encubiertos de tráfico de drogas. Sobre todo, se ha centrado en reducir el número de dispensarios en California, donde la marihuana medicinal quedó legalizada en 1996. La mayoría de Estados requieren que el dispensario de marihuana funcione como empresa sin ánimo de lucro. Todos, sin excepción, exigen que se venda, además, con receta médica.

En EE UU, el apoyo público al consumo de marihuana, según las encuestas de Gallup, aumentó sólidamente a lo largo de los años 70 del siglo pasado, en la resaca de la revolución social de mayo de 1968. En su punto álgido, en 1979, rozó el 30%. En los 80, la respuesta de la mayoría silenciosa y conservadora provocó un efecto bumerán. En 1990 el apoyo al uso recreativo de la marihuana volvía a bajar a cotas mínimas, por debajo del 19%. Desde entonces sólo ha subido constantemente a lo largo de los años, de forma especialmente significativa en los primeros meses de esta nueva década.

Calma tu dolor

Efectiva para tratar el dolor, según muchos médicos, la marihuana ha logrado incluso el respaldo de determinadas ramas del gobierno EEUU. En verano de 2010, el Departamento de Veteranos, que depende de la Casa Blanca, permitió a su red de médicos que la receten a aquellos soldados que regresen del frente y registren secuelas físicas y psicológicas (sólo en aquellos estados donde el cannabis medicinal se haya legalizado).

Han pasado ya 30 años desde que la Casa Blanca emprendiera su campaña contra el consumo de drogas y, entre ellas, la marihuana. La célebre frase de la primera dama Nancy Reagan, "simplemente, di no a las drogas", es ya cosa de los libros de historia. La generación que nació durante los años de presidencia de Ronald Reagan, aquellos menores de 30 años, apoyan la legalización en un 62%, que también es la mayor cifra registrada en los anales de Gallup. El grupo de edad entre 30 y 49 la apoya en un 56%.

La encuesta de Gallup se realizó entre el seis y el nueve de octubre, con 1.005 entrevistas telefónicas a personas mayores de edad en los 50 Estados y la capital federal.

Fuente: El País, de España

 

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