Hacia fines de los 90 los latinoamericanos que trabajaban en España hacían cola para mandar dinero a sus países de origen y así mantener a sus familias a la distancia. Los sueldos siempre fueron bajos, pero en euros. Hoy las colas están frente a las embajadas de los países latinoamericanos. Los emigrados se vuelven en masa porque no consiguen trabajo. Un trabajador rosarino, que se fue de la Argentina con su familia durante la crisis de 2001, contó a Redacción Rosario que hace tiempo está sin empleo y se quiere volver, pero le cuesta juntar el dinero para el pasaje.
“Llegué con mi familia a España en 2001. Trabajé manejando un camión primero, y después un taxi. Me fue bien, laburando mucho pude ahorrar algo, pero hace un año me despidieron y no consigo otro empleo”, contó a Redacción Rosario desde Sevilla, vía correo electrónico, Darío Storni, que ofreció un retrato directo de la crisis europea que describen los medios de todo el mundo.
“No podemos volver ahora, te soy sincero, porque no tenemos ni para el pasaje. Nos fuimos comiendo todos los ahorros y ahora no llegamos”, contó el joven rosarino de 37 años al tiempo que agregó que conoce a muchos argentinos “que ya regresaron” o bien están preparándose para hacerlo. “En Sevilla está más complicado que otras regiones de España”, agrega Storni.
En este sentido, recientes estadísticas confirman que Sevilla “rompió su techo histórico de desempleo” y que las personas sin trabajo suman ya 227 mil. Según datos de la oficina del Servicio Andaluz de Empleo reproducidos por el Diario de Sevilla, en sólo tres meses se han sumado más de 10 mil nuevos desempleados.
La historia de Storni es apenas un ejemplo del masivo éxodo de latinomericanos que se está verificando en España, y que las propias estadísticas oficiales confirman.
Hace poco menos de dos décadas, en cualquier ciudad de España se podían ver larguísimas colas frente a locales pintados de amarillo y negro, los de la firma Western Union, que se dedica a transferir dinero en forma instantánea desde y hacia cualquier parte del mundo. Quienes enviaban dinero eran trabajadores latinoamericanos que destinaban parte de sus ingresos, magros pero en euros, para sostener a sus familias a la distancia.
Muchos de ellos eran ecuatorianos que trabajaban en la industria de la construcción, que fue un verdadero boom por aquellos años de bonanza económica en España. Justamente, ese auge de la construcción fue el que resultó una burbuja, una frágil ilusión que estalló, se profundizó con la crisis del euro, y dejó ver la dura realidad de una economía endeble que volvió a alcanzar índices récord de desocupación, que hoy registra más de 5 millones de personas sin empleo.
Tan importantes eran por aquellos años las remesas enviadas por los ecuatorianos, que llegaron a representar uno de los principales ingresos del país latinoamericano.
Pero no sólo eran ecuatorianos los trabajadores que ofrecían su fuerza de trabajo en la España de entonces. También colombianos, peruanos, cubanos y argentinos.
Hoy la situación cambió profundamente. Así lo confirma el informe "Extranjeros residentes en España", difundido el 29 de noviembre de 2011 por la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración de España. La cifra de personas extranjeras de cinco de las principales nacionalidades latinoamericanas que viven en España (ecuatorianos, colombianos, peruanos, cubanos y argentinos) se redujo en el tercer trimestre de 2011.
El informe puntualiza que la segunda nacionalidad extracomunitaria con más residentes en España, los ecuatorianos, se redujo en 3.234 personas.
El estudio oficial señala que lo mismo ocurre con los colombianos, la tercera comunidad en importancia, que ha disminuido en 1.751 personas, y los peruanos, que cuentan con 1.511 residentes menos.
El informe indica una "tendencia al equilibrio" entre la cifra de ciudadanos de procedencia comunitaria y los de terceros países, ya que, a 30 de septiembre, los primeros eran 2.517.268, el 48,46 por ciento, frente a las 2.677.622 personas del llamado Régimen General, que sumaban el 51,54 por ciento restante.
La Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración destaca que la cifra de extranjeros de terceros países ha disminuido en 19 provincias.
El principal motivo de la marcha de los latinoamericanos es la elevada tasa de desempleo. En el tercer trimestre de 2011, alcanzó el 21.5 por ciento, según datos del Instituto Nacional de Estadística de España (INE).
También los españoles emigran. Algunos optan por Alemania, donde no tienen un acceso sencillo. Otros eligen la Argentina, donde el ingreso no les resulta tan engorroso. En Ezeiza no se los suele recibir con la cara de traste fascista que en muchas oportunidades exhibe el personal de Migraciones en el aeropuerto de Barajas, Madrid, y que ha dado lugar a quejas oficiales de parte de las autoridades argentinas ante los casos de ciudadanos maltratados y deportados.
Uno de los temas de fondo que agrava la situación de los desocupados son los subsidios por desempleo. Cada vez son menos los que lo perciben, como producto de una crisis que lleva demasiado tiempo.
La tasa de desempleo es todavía mayor entre los extranjeros. En el tercer trimestre del año, el desempleo de este sector aumentó en 15 mil personas (el 1,32 por ciento) hasta situarse en 1.154.200, lo que elevó la tasa de desempleo de los extranjeros al 32.72 por ciento.
La llegada de Mariano Rajoy al gobierno, que asumirá entre el 22 y el 23 de diciembre, implica una temible profundización de los ajustes, y no augura un futuro mejor para los trabajadores latinoamericanos, que optan por retornar a sus países de origen, en lo que constituye el último avatar de la difícil, a veces tirante y siempre fluctuante relación entre América latina y España.
Fuentes: Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración de España, Euronews Diario Público y Diario de Sevilla | Foto: Sergio Barrenechea/EFE
