Cristina se salió del protocolo todo el tiempo y saludó a la multitud.
Cristina se salió del protocolo todo el tiempo y saludó a la multitud.

Se produjo a las 12.40 del 10 de diciembre de 2011. Fue un hecho histórico, porque las palabras son hechos, tienen carnadura real y tangible, cuando son coherentes con acciones que cambian la historia. “No soy la presidenta de las corporaciones. Soy la presidenta de los 40 millones de argentinos”. Hubo que esperar muchos años para que un titular del Poder Ejecutivo lo dijera con tanta claridad. Y fue una mujer, que de paso hizo añicos la metáfora machista que relaciona testículos con valentía. Cristina recibió la banda de manos de su hija e incluyó en su fórmula de juramento a su compañero de militancia de toda la vida. “Un proyecto nacional, popular y democrático”, dijo con todas las letras.

Pocos dirigentes políticos pueden hoy estructurar su discurso citándose a sí mismos, recordando qué dijeron hace unos años, para luego comparar esos dichos con lo que efectivamente hicieron.  No son muchos los que pueden exhibir logros tan concretos, tantas cifras, tantas estadísticas y datos irrefutables. En un mundo donde los banqueros reemplazan a los políticos; cada vez son menos los que logran armar un discurso con contenido, un discurso polìtico en términos políticos, un discurso de militante. La contundencia de las palabras de Cristina dejaron una vez más sin palabras a la oposición, que por estas horas se repite en sus gestos vanos: demonización, creación de supuestas peleas internas, malos augurios para el futuro. La imagen de Ricardo Alfonsín enarbolando sus lentes cual banderita boba quizás sirva de síntesis.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner prestó juramento en el Congreso ante la Asamblea Legislativa y asumió su segundo mandato, en una emotiva ceremonia en la que recibió la banda presidencial de su hija Florencia. "No vamos a dejar las convicciones, vamos a trabajar por una Argentina justa y solidaria", dijo.

Cristina ingresó a las 12 por la explanada de la avenida Entre Ríos, tras recorrer por la Avenida de Mayo el trayecto que separa a la Casa de Gobierno del Congreso Nacional, en medio del saludo de agrupaciones políticas, sociales y sindicatos, además de público en general que se acercó espontáneamente a saludar a la Jefa de Estado.

Una vez en el edificio, la presidenta -que lució un vestido negro con detalles de encaje- fue recibida por dos comisiones de diputados y senadores de diferentes fuerzas políticas y las autoridades de ambas cámaras.

La presidenta, junto al vicepresidente Amado Boudou, firmaron los libros de Honor de la Cámara de Diputados y del Senado, tras lo cual se dirigieron a través del Salón de los Pasos Perdidos al recinto de sesiones de la Cámara baja.

El primero en prestar juramento fue Boudou, que juró por "Dios, la Patria, los Santos Evangelios, desempeñar su cargo con lealtad y patriotismo" el cargo y observar y hacer observar "fielmente" el cumplimiento de la Constitución.

Luego, la presidenta lo hizo "por Dios, la Patria y los Santos Evangelios" y, visiblemente emocionada, afirmó que "si así no lo hiciera, que Dios, la patria y El, me lo demanden", en alusión al ex presidente Néstor Kirchner, lo cual generó un fuerte aplauso por parte de los presentes.

Sin embargo, el momento más emotivo de la ceremomia fue cuando Cristina recibió la banda presidencial de manos de su hija Florencia, con quien se abrazó fuertemente, tras lo cual la presidenta levantó el bastón de mando, tallado por el artista Juan Carlos Pallarols.

El discurso, que se extendió por más de una hora y 10 minutos fue aplaudido en más de 60 oportunidades, aunque el tramo más celebrado por los asistentes fue cuando la presidenta afirmó que no era "la presidenta de las corporaciones" sino "la Presidenta de los 40 millones de argentinos".

"Este día falta alguien, quien hace exactamente 8 años y 5 meses venía a decirle a todos los argentinos que él pertenecía a una generación diezmada", afirmó la Presidenta, al iniciar su discurso, en referencia a la figura de Néstor Kirchner.

El mensaje estuvo marcado por la reafirmación del modelo económico, la política de derechos humanos y las leyes impulsadas por el gobierno nacional, entre las que mencionó la de Servicios de Comunicación Audiovisual, la estatización de las AFJP y la de movilidad jubilatoria.

La presidenta dirigió además un especial agradecimiento al Congreso y a los legisladores que respaldaron la política del gobierno nacional.

Casi al final de su discurso, la Presidenta adelantó el llamado a sesiones extraordinarias del Congreso y pidió la sanción de las leyes de Extranjerización de Tierras y la Penal Tributaria.

Tras concluir su mensaje, la presidenta permaneció unos minutos en el estrado y saludó con las manos en alto a los presentes, que la despidieron con fuertes aplausos y al ritmo de la marcha peronista y con una lluvia de papelitos.

Entre las presencias internacionales, y en uno de los palcos bandejas, ubicado al costado del estrado se encontraban el príncipe Felipe de Asturias y los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff; de Bolivia, Evo Morales; de Uruguay, Jose `Pepe` Mujica; de Chile, Sebastián Piñera; de Paraguay, Fernando Lugo, así como altos funcionarios de China y Japón, entre otros.

También, estuvieron todos los integrantes del gabinete nacional y los gobernadores de Buenos Aires, Daniel Scioli; de Santiago del Estero, Gerardo Zamora; de Jujuy, Eduardo Fellner; de Chaco, Jorge Capitanich; de Tucumán, José Alperovich; de Santa Fe, Hermes Binner; de San Juan, José Luis Gioja y de Santa Cruz, Daniel Peralta, entre otros.

También, asistieron titular de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, y el ministro del tribunal Eugenio Zaffaroni; el secretario gremial de la CGT y dirigente del gremio de taxistas, Omar Viviani y el titular del Sindicato Gran Buenos Aires de Trabajadores de Obras Sanitarias (SGBATOS), José Luis Lingeri.

Además, participaron de la ceremonia, el titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló; Juan Carlos Schmid (de Dragado y Balizamiento) y Norberto Di Próspero, de la Asociación del Personal Legislativo.

Fuente: Télam
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