La policía islámica de Indonesia detuvo a unos 60 punks que participaban de un recital y los trasladó a un centro especial para “reeducarlos”. Los jóvenes fueron bañados, rapados y despojados de sus piercings a título de “rehabilitación moral”.

La insólita medida fue implementada en la provincia de Aceh, donde el sábado pasado tuvo lugar un concierto del que participó cerca de un centenar de apasionados del punkrock. Este acontecimiento irritó a las autoridades locales de la región más conservadora del archipiélago.

Pese a que no están acusados de ningún crimen, los jóvenes fueron llevados a un centro especial donde son sometidos a un curso militar de diez días, que cumplen rapados y despojados de todo accesorio punk, y que alternan con plegarias y sesiones de “purificación” con agua.

“Sus ropas son desagradables. No se lavan, viven en la calle, no rezan. Los aleccionaremos”, explicó el jefe de la policía local, Iskandar Hasan, quien aseguró que instruyó a los agentes para que sean preservados los derechos humanos de los detenidos.

La explicación no calmó para organizaciones de defensa de los derechos del hombre en Indonesia, que exigieron la inmediata liberación de los jóvenes.

En Banda Aceh –castigada por el tsunami de diciembre de 2004– los jóvenes rebeldes denunciaban un progresivo intento de represión por parte de las autoridades, que en los últimos años aplican penas al adulterio y la homosexualidad, que consideran delitos.

En Aceh, la única provincia donde se aplica la sharia, creció en los últimos años la pasión por el rock. Y si bien gran parte del 90 por ciento de musulmanes (sobre 240 millones de habitantes) practica un Islam moderado, de un tiempo a esta parte han aumentado las facciones más radicales, con casos de persecuciones y “rondas islámicas”.

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