La presidenta Cristina Fernández de Kirchner arribó este domingo a Los Cabos –ciudad mexicana anfitriona de la VII Cumbre del G20 que se extenderá durante este lunes y martes–, donde la mandataria argentina defenderá su postura, adelantada a empresarios norteamericanos, de que para superar la crisis, primero “hay que cambiar las recetas”.

“Creo que el principal problema que hoy afronta el mundo, más que económico es una falta de liderazgo político claro y concreto de cómo abordar la crisis y cuáles son los instrumentos para hacerlo”, dijo la Presidenta en el encuentro empresarial del viernes pasado en el Council de las Américas, donde adelantó cuál es su diagnóstico de la situación económica mundial.

Allí también aseguró que en “en el primer G-20 –que tuvo lugar en Washington– cuando todavía (George W.) Bush era presidente, discutimos sobre la caída de Lehman Brothers y sobre lo que aparecía como la crisis de la primera economía del mundo, esto es Estados Unidos, con una caída del 25 por ciento del PBI. En la última reunión del G-20, en Cannes, discutimos todo el tiempo sobre lo que pasaba en Grecia. Me parece que algo está fallando”.

La propuesta del gobierno argentino es conocida: inyectar al mercado de producción de bienes y servicios. “Nosotros no acompañamos las políticas de ajuste, sino las de crecimiento”, sostienen en la delegación argentina en obvia sintonía con las palabras de CFK. “El capitalismo es consumo y necesitamos aumentar el consumo, si no hay consumo, no va a haber crecimiento de la economía, no va a haber desarrollo”, señaló la Presidenta el viernes.

Para fortalecer esta posición, la Argentina está expectante de la posición que asumirá el flamante presidente francés François Hollande con quien Fernández de Kirchner mantendrá un encuentro bilateral y quien ya funcionó como aliado durante la preparación de esta cumbre para que el tema del empleo no fuera dejado de lado.

La otra reunión confirmada de la Presidenta es con el presidente ruso, Vladimir Putin. Pero además, también podría llevarse a cabo una bilateral con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. De confirmarse, Fernández de Kirchner volvería a Buenos Aires luego de la Cumbre del G-20 y no viajaría al encuentro de Río + 20, que se realizará en Brasil la semana que viene

La Cumbre de jefes del G20 que se desarrollará a partir de este lunes en México, será la séptima en su tipo, tras el encuentro inicial concretado en Washington en 2008, cuando la economía mundial ingresó en estado de zozobra a causa de la crisis de las hipotecas Subprime en Estados Unidos y la caída de Lhemon Brothers.

En esta cumbre se revisarán los avances de los compromisos establecidos en los encuentros anteriores, celebrados en Washington (2008), Londres (2009), Pittsburgh (2009), Toronto (2010), Seúl (2010) y Cannes (2011).

Si Bien el G-20 es un foro que cobro vida en la década del 90, su relanzamiento fue en 2008 a raíz de la crisis financiera internacional, la mayor en su tipo desde la década del 30 y que en la actualidad enfrenta un nuevo maremoto por la posible salida de Grecia de la zona euro y los serios problemas que enfrentan dentro de ese bloque países como España e Italia.

En la primera cumbre realizada en la capital estadounidense, el objetivo fue planear de manera coordinada las acciones inmediatas para la gestión de la crisis y analizar las causas de su origen.

Desde entonces, los líderes de los países miembro acordaron un plan de acción basado en tres pilares: políticas contracíclicas para evitar el desplome de la demanda global, la identificación de medidas para fortalecer la regulación del sistema financiero y el reconocimiento del principio del libre mercado.

La Segunda Cumbre tuvo lugar en Londres, en abril de 2009, mientras los líderes aún hacían frente a la crisis. Allí acordaron movilizar de manera coordinada de 5 mil millones de dólares en estímulos fiscales para detener la caída de la demanda global, la aprobación de apoyos de capital para el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional por 1,1 billones de dólares, así como una propuesta para incrementar la representación de economías emergentes en ambas instituciones.

En Londres, los líderes acordaron la creación de un Consejo de Estabilidad Financiera (Financial Stability Board) para monitorear el estado de los mercados y su nivel de riesgo.

Allí también surgió una de sus tantas asignaturas pendientes que fue el compromiso de concluir la Ronda de Doha a favor de la expansión del comercio y mayor acceso a mercados por parte de países en desarrollo, que aún brilla por su ausencia.

La Tercera Cumbre de Líderes del G20 tuvo lugar en Pittsburgh, el 25 septiembre 2009. Por entonces, si bien la economía global presentaba signos de recuperación, el desempleo aumentaba en las economías más avanzadas.

La Cuarta Cumbre se llevó a cabo en Toronto, Canadá, en junio de 2010. Por entonces, la recuperación que comenzaban a mostrar las principales economías del mundo era nuevamente amenazada por la inestabilidad en los mercados financieros europeos, así como por altos niveles de déficit y deuda acumulada en algunos países desarrollados.

Ese mismo año, en los primeros días de noviembre, se celebró en Seúl la Quinta Cumbre de Líderes del G20, la primera en ser presidida por una economía emergente.

Allí, entre otras medidas, se adoptó un acuerdo sobre desequilibrios cambiarios y se continuó impulsando la reforma a los organismos financieros internacionales.

En noviembre del año pasado se celebró en Cannes la Sexta Cumbre, en un contexto en el que la crisis europea, en especial la situación griega, fue el centro del debate y acaparó la mayor parte de las discusiones.

De cara a la séptima cumbre, México, como país anfitrión tuvo a su cargo definir las prioridades del nuevo encuentro, entre las que ubicó la necesidad de alcanzar una estabilidad económica a nivel global e implementar reformas estructurales para el crecimiento y el empleo.

También instan a lograr una mejora en la arquitectura financiera internacional, promover la seguridad alimentaria y atención del tema de la volatilidad del precio de las materias primas e impulsar el desarrollo sustentable y el denominado «crecimiento verde» que incluye mejoras en la productividad, la innovación y la investigación de cara a la conservación del medio ambiente.

Fuentes: Télam, Página 12

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