El acto se realizó en al bar Magnum de Córdoba y Lagos. Foto: Federico Tartufoli.

Familiares y amigos de Cambiaso y Pereyra Rossi, junto a organizaciones políticas, de derechos humanos y ex compañeros de militancia recordaron este martes a los dirigentes asesinados por la dictadura. La causa se encuentra en instancias previas al juicio oral.

Según indica el expediente judicial abierto en la Justicia federal de San Nicolás, un grupo de entre cinco y diez personas irrumpió el 14 de mayo de 1983 a las 10.30 en el Bar Mágnun, ubicado en la esquina de calle Córdoba y Ovidio Lagos, donde tomaban un café Cambiaso y Pereyra Rossi.

De acuerdo a la investigación, luego de reducir a los militantes, el grupo comando arrastró a Cambiaso y Pereyra Rossi hasta los vehículos que habían dejado estacionados frente al local y, posterior a los interrogatorios y las torturas perpetrados en un centro de operaciones clandestino improvisado en las afueras de la ciudad, alrededor de las 17 del mismo día, los militantes fueron fusilados por los integrantes del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional de Tigre, Luis Abelardo Patti, Juan Amadeo Spataro y Rodolfo Dieguez, en un camino rural de la localidad de Lima provincia de Buenos Aires, a dos kilómetros de la Ruta Nacional 9.

Este martes, como ocurre todos los años, el Colectivo de ex presos políticos y sobrevivientes, la agrupación HIJOS Rosario y el Movimiento Evita, entre otras organizaciones, acompañaron a los familiares en el acto en el bar Magnum de Córdoba y Ovidio Lagos.

En la actividad se escuchó la palabra de Gladys Cambiaso, hermana de Osvaldo,  Carlos Pérez Rizzo, Gloria Canteloro  y José Berra, del Movimiento Evita y ex compañeros de militancia de Cambiaso y Pereyra Rossi; Hugo Ríos de la Corriente Nacional Descamizados, y representantes de organizaciones de derechos humanos como José María Budassi de la Mesa de la memoria por la Justicia de San Nicolás,  Lúis Megías del Colectivo de ex presos;  Álbaro Baella y Juane Basso, por la agrupación Hijos Rosario.

Baella, abogado integrante del equipo jurídico de Hijos, fue el encargado de comentar el estado de la causa judicial por el secuestro y asesinato de Cambiasao y Pereyra Rossi. «Es una buena noticia, que a 30 años y tras todo lo que costó de trabajo, estemos hoy contestando el requerimiento de elevación a juicio en esta causa», refirió el letrado, quien aclaró que ese escrito es un paso previo a la realización del juicio ora y público.

En el acto también se proyectó un fragmento de una entrevista realizada a Eduardo Pereyra Rossi en agosto de 1982, en la que habla de cómo se sumó a la militancia en Montoneros.  Al cierre de la actividad se descubrió una baldosa con los nombres de los militantes asesinados, sobre la vereda del bar.

El Gato Andrada y Chuly Rodríguez

El 1 de noviembre de 2011, el fiscal federal de San Nicolás, Juan Patricio Murray, confirmaba a este medio la citación a prestar declaración indagatoria de una larga lista de imputados en la causa por el secuestro y asesinato de los militantes Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi. La nómina de represores incluía al ex ídolo de Central Edgardo Gato Andrada, y al organizador de los cruces de los Andes, Víctor Chuli Rodríguez, que se completaba con los ya detenidos por otros juicios Reynaldo Bignone, Pascual Guerrieri, Ariel Porra y Juan Andrés Barba Cabrera.

Entre la importante prueba recogida por la investigación encabezada por Murray se cuenta una declaración testimonial brindada por Eduardo Tucu Costanzo. El Tucu, recordó en una entrevista con El Eslabón –de la cual compartimos a continuación un fragmento– los principales datos aportados a través de su testimonio ofrecido en San Nicolás.

―¿Cómo tomó conocimiento de lo que sucedió con Cambiaso y Pereyra Rossi?

―Hablando, tomando café con los muchachos. El que más me contó fue el Barba Cabrera. Cabrera hacía seis meses que lo venía siguiendo a Cambiaso. Cabrera vivía en Pérez a pocas cuadras de Cambiaso.

―¿Qué pudo reconstruir de los hechos de ese operativo?

―Me cuenta Cabrera que Pereyra Rossi venía de Buenos Aires y Cambiaso lo iba a esperar en la terminal. Pero parece que Cambiaso lo hace bajar antes. Y toda la patota encabezada por Pascual Guerrieri y Victor Hugo Rodriguez, alias Chuli, se vienen de la terminal con el operativo ya fracasado. Pero otro muchacho, de nombre legal Daniel Ferrere, los ve entrar a Cambiaso y Pereyra en el bar Magnun, los llama por handy y todos convergen ahí. Los primeros son Guerrieri y Rodríguez y al volante en ese auto venía uno que le decían Choper, creo que Vanzinni el apellido.

Choper me cuenta a mi que estaba ahí el kiosquero que vendía las revistas, que miraba y no sabía como ponerse.

Entonces llega la patota. Guerrieri adentro los tenía apretados. Campilongo, uno del destacamento también estaba en la puerta y no dejaba pasar a nadie por la vereda. Y se los llevan a Cambiaso y Pereyra Rossi, en el camioncito que usaban para transportar los cuerpos, a Oroño al fondo, donde estaban haciendo la Circunvalación. Ahí los tienen todo el día torturándolos y a la noche se los llevan y le entregan a Patti.

En el auto de Cambiaso, un Fiat 1500 lo llevan tirado en el suelo a él y ahí va Porra con los pies arriba de la espalda. Y en otro auto lo llevan a Pereyra Rossi y lo va pisando Filtro, creo que de apellido Sebastián, ex yerno del Coronel Pozzi.

―Usted también mencionó en su declaración judicial  como otro integrante de la patota al ex arquero de Central Edgardo Andrada.

―Él entra a trabajar creo que en el año 80, lo nombra Guerrieri. Y él era uno más de la patota. Y él también estaba. Porque Choper después me cuenta todo cuando yo estaba preso en el Batallón 121. Y ahí me cuenta con lujo de detalles todo. Choper, que ahora tiene taxi y remís en Pérez, fue toda la vida chofer del jefe del destacamento. Cambiaban los jefes y él seguía. Él estaba en la puerta del bar Magnum.

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