Trabajadores del diario El Ciudadano denunciaron “nuevos incumplimientos de la empresa” que conduce el socio del Multimedios La Capital y titular del grupo Ámbito, Orlando Vignatti, quien «evade pagos a la obra social» y «se niega a discutir paritarias».
En un parte de prensa publicado este viernes en Facebook, los trabajadores fundamentaron la medida de alerta por la “falta de pago de obra social y aportes sindicales y previsionales” y por un reclamo largamente solicitado de “blanqueo de los compañeros cuya situación laboral es irregular”. Además, los periodistas repudiaron la falta de “voluntad para sentarse a discutir la paritaria 2013 y las recategorizaciones”.
“Nos declaramos en asamblea permanente ante nuevos incumplimientos patronales”, comienza el texto del comunicado que agrega: “Ante nuevos incumplimientos por parte de la empresa con respecto a distintos temas, los trabajadores del diario El Ciudadano decidimos retomar el estado de asamblea permanente declarado el pasado 20 de noviembre de 2013, y que quedó entre paréntesis ante la apertura de una mesa de negociación”.
Los trabajadores anunciaron que realizarán una nueva asamblea el próximo miércoles donde evaluarán “cuáles serán los pasos a seguir en defensa de nuestros derechos, por la continuidad de nuestra fuente laboral y la consecuente permanencia de un canal más de información para los rosarinos”.
El Ciudadano, desde su nacimiento cuando lo fundó el mismo Orlando Vignatti, ha atravesado una recurrente historia de conflictos originados en especulaciones empresariales, amenazas de cierre, cambios poco claros de propietario, entre otros –sobre los cuales no profundizaremos en esta oportunidad–.
El ciudadano Vignatti
Con una acumulación primitiva del capital harto polémica, Vignatti llevó sus inversiones a las comunicaciones, y luego de pasar por rubros como la cableoperación saltó al papel con El Ciudadano y la Región, un proyecto que amagó con plantar una alternativa frente al Decano de la Prensa Argentina, pero que rápidamente se fusionó a éste de la mano del grupo UNO de Daniel Vila y José Luis Manzano, dejando a la ciudad con un nivel de concentración de medios de las más altas del país.
Ya en 2000, a dos años de su fundación, El Ciudadano formaba parte de una estrategia bifronte del Multimedios en lo que respecta a gráfica de la ciudad.
Con algunas idas y vueltas en su conducción –como el novelesco paso del ex presidente leproso Eduardo López–, y las épicas movilizaciones para evitar su cierre y descontrol sostenidas por los trabajadores y su gremio, el manejo del diario “volvió” a quedar a cargo de Vignatti, quien ostenta el extraño privilegio de manejar uno de los dos matutinos que tiene Rosario, e integrar el directorio del otro.
La resistencia gremial a los embates patronales permitió que a pesar de esas maniobras el proyecto editorial persista, aunque no sin importantes costos para su planta de trabajadores.
La lucha de los laburantes de El Ciudadano –acompañada por el Sindicato de Prensa de Rosario (SPR)–, no ha sido fácil. Ha tenido que lidiar con una patronal poderosa y que sortear el silencio cómplice del resto de los medios de la ciudad, que por pertenencia al Multimedios La Capital, o por los pactos tácitos que existen entre los empresarios del sector, censuraron cada uno de los conflictos que sostuvieron los trabajadores con paros, piquetes, marchas y –deben también destacarse–, apoyos de organizaciones sociales, estudiantiles, políticas y de derechos humanos de la ciudad.
