Felix Crous

Luego del espectacular operativo desplegado en Rosario por fuerzas federales al mando del secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, el titular de la Procuraduría contra el Narcotráfico (Procunar), Félix Crous, quien monitoreó el accionar junto al asesor letrado de la Procuraduría General, Juan Patricio Murray, dialogó con este medio para analizar los resultados y brindar detalles sobre la investigación que le dio origen. “El balance es positivo porque se cumplió el objetivo que nos habíamos propuesto”, indicó Crous, y agregó que “éste fue un operativo con su particularidad, que fue combinarlo con una operación de seguridad”.

El jefe de fiscales antinarcóticos detalló que la movida del miércoles pudo realizarse “después de haber avanzado sobre bandas como las de (David Delfín) Zacarías, de Isabel Quebedo, sobre los proveedores” mayoristas de estupefacientes. Y remarcó: “Nosotros tenemos la política de ir sobre los proveedores, porque solo eliminar un bunker para que lo reabran a la semana es una política estéril y es malversar los recursos del Estado”.
De acuerdo al planteo de Crous, lo que se vio en la ciudad “es otra fase” de un proceso de investigación en el cual los pesquisas detectaron que “en este momento la provisión de drogas en Rosario está debilitada y entonces era importante avanzar sobre los lugares de distribución”.

“Yo creo que el gobierno provincial junto con el federal –evaluó el fiscal– habrá analizado que también era un momento propicio para desplegar una operación de prevención territorial, y con toda lógica nos transmitieron la inquietud de que era imprescindible que al momento en que las fuerzas federales estuvieran en el territorio haciendo tareas de prevención, no estuvieran activos los lugares de venta porque esto presagiaba un conflicto en cada punto de venta. Y un conflicto de violencia. Así que funcionó contemporáneamente como una secuencia de intervención y ocupación posterior”.

Sobre el espectacular despliegue de fuerzas federales, Crous señaló que es algo “singular, no es la tarea habitual de la investigación criminal, que es más quirúrgica, que no tiene la visibilidad que ha tenido en este caso”. Y añadió: “Nosotros somos conscientes de que el objetivo nuestro tiene que articularse con el objetivo de seguridad, venimos trabajando con la Superintendencia de Drogas Peligrosas durante muchos meses en el rechequeó permanente de los búnker, que pos supuesto mutan, cierra, reabren, cambian de lugar y de ocupantes, e hicimos ese aporte en el marco de esta tarea conjunta”.

El titular de la Procunar destacó que la del miércoles “fue una operación exitosa desde lo
logístico, ya que no hubo un solo inconveniente y especialmente no hubo un solo disparo”. Y luego remarcó: “Me parece que en ese sentido pacificar no puede hacerse a través de la violencia, sería una contradicción en sí misma, y la estrategia que está abordando desde lo ideológico, doctrinario y desde lo operativo la Secretaría de Seguridad me parece que es un gran acierto”.

―¿Cómo se sigue de aquí en adelante?
―Es un asunto que las autoridades políticas, primero provinciales y luego locales, deberán elaborar. En ese sentido no tengo nada que decir desde mi incumbencia, pero imagino que es la oportunidad para que, por ejemplo, se capacite la policía de proximidad como la que el gobierno federal está capacitando en Rosario, para que ocupe el territorio y brinde seguridad comunitaria de acercamiento a los ciudadanos. Ahora claro, no hay forma alguna de tener una herramienta idónea si además es corrupta. Osea que creo que también es momento para que se realice una reforma policial radical con conducción civil y con una división de asuntos internos externa a la propia policía, que es lo que alguna vez se intentó en la provincia de Buenos Aires para tener el verdadero control de una nueva fuerza. Eso es lo que me parece a mí que Santa Fe debería comenzar a pensar para darle seguridad a los ciudadanos. La experiencia de trabajar sobre la criminalidad organizada y territorial durante tantísimos años me muestra que cuando la policía es parte del problema, el problema no se va nunca.

―¿Apuntó este operativo también a sectores de la policía provincial que pueden haber estado en connivencia con las bandas narcocriminales o ser parte de ellas?
―No. Este fue un procedimiento en el cual nosotros relevamos y estudiamos todas las denuncias sobre las terminales capilares del sistema del narcotráfico, los puntos de expendio, y fuimos a neutralizar esos puntos. Las otras investigaciones, si se quiere, son más ortodoxas en términos de criminalidad compleja.

―¿Esta fase de la investigación sobre la narcocriminalidad y este operativo, están relacionadas con las primeras que desarrolló en su momento el fiscal Murray en Rosario, antes de incorporarse a la Procunar?
―Sí. En este caso lo que hicimos es trabajar con las prestaciones que da la nueva fiscalía de distrito. La fiscalía de distrito lo que hizo fue concentrar el trabajo disperso en las diferentes fiscalías a lo largo del tiempo sobre puntos de venta. Se nos había reclamado muchas veces el no actuar sobre los búnker. Y es comprensible una mirada de urgencia, especialmente desde la comunidad, que padece esa realidad tan perturbadora. Pero para todo hay un tiempo y no tiene ningún sentido que nosotros detuviéramos a todas las personas como las que detuvimos ayer (por el miércoles), cuyas características en muchos casos los pone compartiendo la condición de víctima y victimario. Ayer encontramos a una mujer en un búnker a punto de parir. Ese no es el eslabón más duro de la narcocriminalidad. Nosotros podríamos ir con la topadora, arrasar el búnker, sacarnos una foto y esto no impacta en los más mínimo. Nuestra política fue la inversa, fue tratar de afectar la provisión y en el momento en que se produce esa debilidad de la provisión, trabajar sobre el expendio. Y ahora las políticas públicas no son responsabilidad del Poder Judicial. Cada uno tendrá que hacer lo suyo.

―¿Este operativo se relaciona con otras investigaciones a nivel nacional sobre narcotráfico?
―La cocaína no crece en el fondo de la casa. De algún lugar viene y una cosa se relaciona con la otra. De todas maneras el centro de nuestra preocupación son las personas, no la droga. En este caso específico, nos preocupa mucho más el nivel de violencia asociado con la comercialización de la droga. No tanto con el consumo sino con el negocio, con el submundo que se va creando alrededor, con las disputas de submercados, del mercado marginal que pueden ser las grandes urbes de América del Sur destinados a otros mercados. Donde, por otro lado, se ha incorporado poder adquisitivo. Entonces es una temática compleja que exhibe muchísimas facetas y que hay que atacarlas con distintas herramientas. Uno no puede abordar el lavado de dinero, una criminalidad compleja en serio, con la misma lógica con que se piensa la pacificación de un territorio.

Artículo publicado en la edición 138 del semanario El Eslabón.

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