“Binner la recibía de traje, pero era Calcaterra el que la revisaba. Calcula que ella fue unas 10 veces a su casa”, fue una de las acusaciones que blandió la monja Pelloni contra el hermano del ex gobernador en una entrevista con Alejandro Grandinetti en LT8. “En una ciudad como Casilda nadie salió a decir nada, quiere decir que es un pueblo dominado y esta gente es autoridad. Son los Binner, es la clínica Promediar ¿quién los discute?”, inquirió la religiosa.

“No se ofenda pero nos cuesta creer. No conocemos a Dante pero sí a Hermes”, repuso el periodista, notablemente incómodo ante las denuncias de Pelloni.

“Yo lo lamento, yo he estado con Hermes Binner y lo he felicitado cuando era intendente pero la dignidad y las personas están primero”, planteó la hermana.

La historia de los mellizos de Zavalla está plagada de misterios, de los cuales no está exenta la propia madre, quien en el peor de los casos, podría ser el eslabón más débil de una cadena de ilícitos que tienen como indiscutibles víctimas a los niños robados y privados de su libertad e identidad.

No es la primera vez que la persona de Montenegro aparece en la prensa. En enero de 2013 fue señalada por la militancia social de Nuevo Alberdi como la “Gorda Liliana”, y acusada de regentear un búnker de drogas relacionado con la presunta narcobanda Los Monos. Por una disputa de territorio del negocio de venta de estupefacientes, alrededor de ese búnker hubo una balacera que hirió a varios dirigentes del Movimiento Evita del barrio, quienes además tuvieron que irse de sus domicilios y al día de hoy permanecen ocultos y fuera de la ciudad bajo un estricto programa de protección de testigos.

Pero ese pasado de Montenegro, que algunos de los involucrados en la causa por el robo de los bebés han hecho rodar para desacreditar sus denuncias, no cambia el principal eje –ni debería hacerlo– de la investigación, ni deja de ubicarla en la condición de víctima. Aunque agrega aún más preguntas al controvertido caso.

¿Por qué Dante, el hermano del ex gobernador Binner saltó con semejante verborragia a confrontar la versión de Liliana Montenegro y a decir que nunca la conoció? ¿Por qué los diarios La Capital y El Ciudadano no dieron una sola línea –hasta el momento– de la denuncia realizada por la monja Pelloni contra el ginecólogo de Casilda? La especulaciones se disparan aún más cuando se toma en cuenta que la denuncia de la religiosa se realizó en una radio (LT8 del Grupo UNO), desde la que siempre se levantan sus notas, tanto en la versión web como la impresa del Decano de la prensa. ¿Por qué se “extravió” la historia clínica de Liliana Montenegro? ¿Por qué el presidente comunal de Zavalla, primero dijo que venían desde tiempo atrás acompañando el embarazo de la mujer y luego avaló la tesis de Binner de que quizás nunca estuvo encinta? ¿Por qué las denuncias, tanto la de la propia Montenegro, como la que dijo haber presentado el presidente comunal de Zavalla coinciden en el día, que curiosamente fue cinco días después de la fecha de parto? Las preguntas brotan a borbotones y podrían ocupar varios centímetros más de columnas, aunque hay una sola que nadie deja de hacerse: ¿Dónde están los pibes?

Artículo publicado en la edición de este sábado del semanario El Eslabón.

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