mercuri

(Resumen del capítulo anterior: Filoso Fofó, payaso y analista político de este circo, ha escapado sin darse cuenta del centro de día para idos donde estuvo sin darse cuenta luego de un panic attack que atravesara segundos antes de subir a un escenario para debutar como comediante del estandap. Vistiendo una suerte de camisón que no impide que se le vea el culo, camina hacia el parque de motorhomes donde vive. Sin atormentarse, le resulta curioso no recordar nada de lo inmediato, pero la sensación más fuerte que tiene es la de mucha hambre y si algo le preocupa es que en la casilla donde vive haya algo para morfar. Apenas llega, y tras romper el candado porque no tiene las llaves encima, entra y se dispone a hervir algo de arroz cuando suena el teléfono.

Es Mauricio quien lo interroga desde el otro lado de la línea. Ya de entrada, se muestra poco capaz de pronunciar el nombre completo de Filoso Fofó, payaso y analista político de este circo. Una vez reprendido por Fofó, Mauricio se defiende alegando que las letras de las guías telefónicas son muy chiquitas y es difícil leer los nombres porque están muy encimados, por lo cual de paso le propone –los tiempos electorales son una usina de proyectos– hacer guías telefónicas más espaciosas, como se le ocurrió a su tío Mauro, para que los nombres puedan caber mejor. Finalmente Mauricio vuelve a proponerle a Fofó que lo acompañe con su voto para cambiar.

Filoso Fofó, entonces, le pregunta a Mauricio si puede ser tan tarado como parece. “¿Qué te parece?”, responde Mauricio.)

—Por momentos dudo de que puedas ser tan tarado, Mauricio –confiesa Filoso mientras sostiene el teléfono entre la oreja y el hombro izquierdos, habida cuenta de que una mano la tiene ocupada revolviendo el arroz y la otra la está empleando eventualmente para rascarse un cachete del culo.

—¿Eso quiere decir que soy tarado o que no lo soy? No entiendo –replica Mauricio.

—¿En serio no entendés? Para mí que vos entendés todo Mauri…

—¿Entonces si entiendo todo por qué te parezco un tarado? No entiendo.

—Decís taradeces, repetís como loro, hablás como un bobo… Hacés que Daniel parezca el Potro Rodrigo al lado tuyo. No sólo eso: parece una mezcla del Potro Rodrigo con el General Patton al lado tuyo, Mauricio.

—¿Pero por eso te parezco un tarado? Honestamente, no te entiendo –se pone reflexivo Mauricio –. Está bien que por ahí soy un poco distraído. Y leer nunca tuve qué… y no me gusta mucho hablar –se pone dubitativo –, y sí, también soy un poco vergonzoso … me pongo un poco nervioso… me abatato…

Filoso Fofó advierte que Mauricio se bajonea y eso lo apena. Y claro, cómo no… si todos somos humanos…

—… ¿en serio te parezco un tarado, Fofó? –sigue Mauricio –. Ahora me hacés dudar. Siempre creí que fui una persona exitosa y que puedo manejar este país como lo hice en el club y en la ciudad. Además cuento con equipos donde están los mejores y sabemos lo que queremos hacer y, sobre todo, la gente que me acompaña sabe lo que quiere hacer y eso me da comodidad. Pero también es cierto que mucho no me gusta esta labor, o sea… me enorgullece pero… me aburre.

—Y claro –comprende Fofó.

—Además, seamos sinceros… ¿a vos te parece que a mí me gusta verme como un pastor latino del club 900? –confiesa Mauricio.

—Setecientos –advierte Fofó.

—¿Setecientos qué?

—El Club Setecientos, Mauri.

—Bueno, ese. Claro, ya sé que debo parecer un tarado pero es por Barba Durán, yo hago lo que él me dice.

—Durán Barba –corrige Fofó.

—Bueno, dejá de corregirme vos. Que no sos mi asesor, ¿eh? Me tienen cansado, cheeee… –se enoja tímidamente Mauricio.

—Está bien Mauri, perdoname. Pero entendeme, loco. Vos me llamás para que te vote como presidente y no podés siquiera decir mi nombre. Tampoco el nombre del que te dicta todo, papá, ¿qué querés que piense? Vos sos el que se postula para algo que te aburre… Ponele que retiro lo de tarado, no te quiero ofender…

—Gracias Fifí –agradece Mauricio.

—Fofó, Mauricio, pero bueno, ponele, está bien: al decirte tarado no quería ofenderte sino describirte, pero okei, retiro esa palabra. O sea, no sos un tarado, okei, pero… a ver… cómo decirlo… ¿no se te ocurrió que podrías estar haciendo otra cosa que te guste más en lugar de sufrir tanto en la política? O sea… viejo… vos sabés que nadie debería votarte, que a vos no te importa nada de todo eso… ¿no te parece? Al menos es lo que me parece a mí.

—Eeee… y sí… –Mauricio se pone profundo, respira largamente. Y confiesa: –Yo no quisiera ser presidente, ya demasiado tuve que trabajar en la ciudad. Y trabajar no es para mí, Fefo, nunca tuve que hacerlo. No sé para qué me metí en esto…

—Y claro… –concede Fofó, ya cansado de corregir a su interlocutor –. Y ser presidente imaginate… –intenta asustarlo.

—Puff –imagina Mauricio –además todos los días un cóctel. O dos… tres, cuatro, quién sabe… Debe ser agotador.

—¿Y no pensaste en dedicarte a otra cosa? Un hombre joven como vos, pintón, brioso…

—¿A qué te referís con brioso? –curiosea Mauricio.

—Que tiene brío, brioso –explica Fofó.

—Ah, claro, brioso… me gusta… me suena a furioso –se entusiasma Mauricio –. ¿Y qué podría ser algo brioso para dedicarme?, ¿podría ser presidente? Podría ser un presidente malo, brioso –Mauricio se relame –. Un dictador podría ser…

—No es tan fácil ser malo, Mauri.

—No creas, nunca tuve mucho problema para ejercer la maldad. Y siempre me fue bien con la maldad. Cuanto más malo era mejor me iba. Pero bueno, los años me fueron ablandando y es cierto Fafá, a esta altura de mi vida más que presidente quisiera tener una banda de rock –confiesa Mauricio.

—No digas –se asombra Fofó.

—Sí. Ese es mi sueño –dice con cierto orgullo Mauricio.

—¿Y qué tocás? –curiosea Fofó.

—Canto –suena sonrojado Mauricio. Fofó hace silencio. Mauricio sigue: –¿Lo conocés a Fredy Mercuring, del grupo Queen? Una banda de New York, es buenísima.

—Claro, la de Güiar de chempions –se ufana Fofó.

—Exacto. Bueno, mi sueño es cantar como él… –se emociona Mauricio.

—¿Y? ¿Qué onda? –indaga Fofó, interesado en las presuntas dotes artísticas del candidato de derechas.

—Hice algunas presentaciones, pero en fiestas privadas o en los festejos electorales, cuando nos iba bien. Pero más onda karaoke, todavía no intenté armar una banda que es lo que me gustaría.

—¿Con temas propios, Mauri?

—No, sería una banda tributo a Queen. Hay tres o cuatro temas que ya me aprendí, como “Frens tuvi frend”, “Mama Mía”, “Básico”…

—¿Básico? –pregunta Fofó. Mauricio explica cantando: “Baaaaa sico, baaaaa sico, ai guanchu rai mai baaaa sico”.

—Ah, Baisicul, qué buen tema –entiende Fofó.

—Es hermoso, realmente –admite Mauricio con un dejo de emoción.

Un silencio cómplice se adueña de la charla durante unos segundos. Fofó lo rompe: –Che, Mauri, por qué no te venís un día a Dakar, nos comemos un asado, conocés a mis amigos, nos fumamos un porringo y cantamos unos temas de Queen, ¿te copás, broder?

—Y… la verdad… –Mauricio duda –en medio de la campaña…

—Pero dale, si cada vez que hablás la embarrás, ¿no te parece que es hora de hacer algo más interesante con tu vida que pretender regir los destinos de millones de personas que te chupan un reverendo huevo?

—Y… suena bien la propuesta, hace mucho que no como carne… Me parece que voy a ir, Fif… Fon… ¿Fileto?

—¿Fileto qué?

—Tu nombre, Filantro, Filuso…

—Filoso, Mauri. Dale, venite, ahora te mando un guasap con la dirección –invita Fofó mientras Mauricio se queda repitiendo “Filoso… Filoso”. Tal vez así logre fijar en su cerebro el nombre de su nuevo amigo y dejar de necesitar que se lo dicten.

Más notas relacionadas
  • Hasta luego

    Entonces, luego de unos días de licencia, los tres personajes principales vuelven a la ofi
  • Para algo

    (Resumen del año que vivimos en peligro: finalmente, ganó Mauricio. ¿Y ahora?) En algunas
  • Y llegó el futuro

    (Resumen del capítulo anterior: mientras en el mundo real cerca de 25 millones de ciudadan
Más por Andrés Abramowski
  • ¡Vamo a hacer otra escalera!

    Cinco de la mañana arriba. Caliento el agua, guardo los sanguchitos, paso a buscar a las p
  • Lágrimas de león

    La masiva y federal marcha en defensa de la universidad pública hizo pisar el freno por pr
  • El testigo

    El calor parecía aumentar en el local, lleno de ansiosos, humo y voces. Le dije que por es
Más en Columnistas

Dejá un comentario

Sugerencia

Todo conduce al paro: rechazo absoluto a la oferta salarial de Pullaro

En la asamblea departamental Rosario de Amsafé surgieron cinco mociones, todas impulsan me